CAPITULO 7

740 57 0
                                    

Decidí que lo mejor sería acomodar todas mis pertenencias y dejar aquel lugar a mi gusto, sabiendo que, seguramente, pasaría una larga temporada allí.

Pasé el resto del día inspeccionando el apartamento, incluso me di la libertad de explorar por mi propia cuenta parte del edificio... Sabía que estaba videovigilado y que en esos momentos me estarían espiando... Por no hablar de que en cada planta habían mínimo tres guardias... Escapar sería una misión complicada.

Bajé a la planta principal donde se encontraban las puertas de salida, y tuve un impulso por salir corriendo de ahí, pero lo retuve, sabiendo que en menos de dos segundos estaría muerta...

Volví al ascensor sin mucho ánimo y pulsé la cuarta planta... La planta donde se encontraba el despacho de Adam.

Quería saber las clausulas de mi contrato y lo que iba a cobrar por mancharme las manos de sangre.

Una vez las puertas se abrieron me dirigí a su despacho, recordando el camino sin ningún error.

Llegué a la puerta y mi mano viajó a la manilla de ésta, pero me detuve al escuchar mi nombre dentro del despacho... No era mi estilo husmear detrás de las puertas, pero era una situación diferente.

Pude distinguir la voz de Ryder, que parecía estar discutiendo con su padre.

-Me niego a que ella esté en mi grupo...- escuché como Ryder reprochaba- Ponla en el grupo que lleva Dimitry, o en el de Marcus... En el que sea, menos en el mío...

-No seas crío, Ry...- río su padre- Solo hay que ver su trabajo... Es impecable- dijo casi con admiración- Y teneros a los dos en el mismo pelotón sería ideal... Pareceis cortados por el mismo molde- observó.

Bufé al escuchar eso... Sabiendo que no era cierto.

-Ya claro- rio con ironía Ryder. Y creo que fue la única vez en la que estuvimos de acuerdo con algo...

Decidí interrumpir después de dar un par de golpes en la puerta y escuchar como dejaban de hablar.

-Adelante- escuché la gruesa voz de Adam.

Giré la manilla y empujé ligeramente hacia dentro, dejando ver las caras sorprendidas de Ryder y su padre al verme.

-¿Que se te ofrece?- habló Adam.

-Un contrato muy bueno, espero...- dije cerrando la puerta detrás de mí.

-Ya veo... Mañana por la mañana sin falta lo tendrás preparado... Y no me mires así, con el tiempo te darás cuenta de que trabajar en grupo es más rentable...

-¿En grupo?- reí yo- Ni hablar... No he trabajado nunca en grupo, no pienso empezar a hacerlo ahora... Me niego- espeté cruzandome de brazos.

Vi por el rabillo del ojo como Ryder sonreía y agachaba la cabeza, haciendo que algunos mechones cayeran desordenados encima de su frente, dándole un aspecto despreocupado que me gustó bastante.

-Creo que no lo has entendido, pequeña... Aquí trabajamos en grupo, y para mi desgracia, mi padre ya te ha metido en mi pelotón...- habló Ryder- Así que esta misma noche te quiero ver en mi despacho, pasadas las doce tenemos misión... Más te vale estar preparada.

Abrí los ojos incrédula ante todo aquello... ¿Quien se creía para darme órdenes?

-Primero de todo, no me llames pequeña si quieres conservar la lengua de ahora en adelante... Y segundo, ¿Que concepto no entendéis de que no trabajo en grupo? Si buscáis la palabra solitario en el diccionario, sale una foto mía...

-Harás lo que se te diga... O más bien dicho, lo que yo te diga... Soy el cabo del pelotón, así que será mejor que aprendas a callar y a obedecer... Pequeña- volvió a repetir la palabra con cierto rintíntin.

-Da gracias a Dios que no tengo una pistola ahora mismo conmigo... Porque te juro que no hubieses durado ni dos segundos después de haberme hablado de esa manera...

Ryder iba a contestar cuando su padre intervino, desviando la atención del otro, para que no nos matasemos con la mirada.

-Alexa, ¿Estarías más conforme si fueras cabo del pelotón junto a Ryder?

-Nos vamos entendiendo...- susurré.

-¡No! Imposible... Esto... Esto es el colmo- gritó Ryder llevándose las manos a la cabeza exasperado.

Reí internamente al ver aquello y vi como la mirada de su padre se posaba amenazadora sobre él, produciéndome un escalofrío. Creo que fue la mirada más fría que vi en toda mi vida, y eso en cierto modo me asustó... No sabiendo de que era capaz ese hombre.

Vi como Ryder bufaba y se veía obligado por su padre a aceptar aquello.

-Bien... Las ganancias de las misiones se reparten entre los miembros... Aún que claro, yo me llevo gran parte de esas ganancias- dijo Adam.

-¿Te llevas parte de las ganancias sin hacer nada?- pregunté incrédula- Nosotros arriesgamos nuestra vida para ganar todo ese dinero... ¿Y tú mientras tanto estás en tu despacho sentado en tu butacón bebiendo una copita de vino? No me jodas- reí yo dándome la vuelta y dirigiéndome a la puerta- No cuentes conmigo...- espeté poniendo una mano en el pomo de la puerta dispuesta a irme.

Escuché como un revólver era cargado a mis espaldas y sonreí para mí misma, acordándome que estaba bajo amenaza de muerte.

-Vaya mierda...- susurré soltando la manilla de la puerta y dándome la vuelta.

-Creo que quedó muy claro que pasaría si intentabas escapar ¿No?- siseó Adam apuntando con su revólver hacia mi.

Levanté las manos con inocencia y reí con sarcasmo mientras negaba con la cabeza.

-Adelante, me ahorrarías el trabajar para ti... En algún momento todos moriremos ¿No es cierto?

-Porfavor, papá... Mátala ya... Me ahorrarías la carga de tenerla en mi pelotón- sonrió irónico Ryder.

Levanté las cejas sorprendida ante eso pero aquello me hizo más gracia aún.

-No me habéis traído hasta aquí para matarme, chicos... Sabéis que me necesitáis, no saquemos las cosas de su contexto... Me necesitas Adam... Si no, ¿Porqué tanta preocupación por encontrarme después de todos estos años? Esta situación es total y completamente absurda... Avísame cuando tengas el contrato ¿Quieres?- dije yo bajando las manos- Y tú- me dirigí a Ryder- Espero estar informada  de hasta el último detalle de la misión...- dicho eso me fui por donde había venido y ambos se quedaron con una expresión confusa en el rostro, dándose cuenta que quien manejaba la situacion realmente, era yo.




AlexaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora