Caminé por el pasillo y me dirigí al ascensor, volviendo a la planta de los apartamentos y adentrándome en el mío con rapidez.
La situación me superaba... Intenté respirar hondo para calmarme pero la tensión que se había acumulado en mi cuerpo era inaguantable... Tantos años de emociones reprimidas intentaron salir a flote y aquello me desgarraba por dentro, sintiendo una opresión en el pecho y no siendo capaz de retener un segundo más todo aquello.
Chillé desde lo más profundo de mi alma, de rabia, de dolor, frustración y tristeza se unieron en uno solo personificandose en aquel grito que salió por mis labios.
Las lágrimas se hicieron presentes y apoyando mi espalda en la puerta del apartamento me deslicé hasta llegar a tocar el suelo... Las manos me temblaban y reviví aquella noche como si solo hubiesen pasado unos segundos...
Sabía que debía pensar con la mente fria, guardar los impulsos y las emociones pero aquello era más grande que cualquier cosa... No podía seguir ocultando aquello que me atormentaba.
Me juré que si alguna vez volvía a ver a Adam acabaría con su vida utilizando mis propias manos... Pero no podía olvidar el hecho de que llegué a quererle como un segundo padre... Cómo un modelo de referencia.
Y en esos momentos me sentí la peor mierda del mundo... Ahí estaba, hecha un deshecho humano, llorando como si no hubiese un mañana e incapaz de vengar la muerte de mis padres.
Cuanto más lo pensaba más malestar me entraba, la cabeza me empezó a doler de todos los recuerdos... Y Dios, aún que no lo quisiese admitir, llorar me hizo bien... Lo necesitaba
Poco a poco conforme fueron pasando los minutos, mi mente porfin recobró la calma habitual y decidí que lo mejor sería ponerle fin a ese día de mierda... Pero en vez de ducharme y ponerme el pijama para ir a la cama, me duché y me puse un vestido ceñido negro que llegaba hasta medio muslo... Aquella noche no recordaría ni de como me llamaba.
Me calcé unos tacones, me maquillé y utilicé mi habitual labial rojo. Dejé el cabello al natural y después de ponerme la cazadora negra, cogí las llaves del coche y del apartamento.
Salí de ahí como alma que llevaba el diablo, y por el pasillo solo se llegaba a escuchar el repiqueteo de mis tacones al andar.
Llegué al ascensor y justo ahí estaba Dimitri, que me miró interrogante mientras se cruzaba de brazos.
-¿Qué? Que yo recuerde, no estoy en una cárcel, ¿Cierto?
-No creo que a Adam le haga gracia que salgas por ahí...
-Dile a Adam, que sus órdenes me importan bien poco.
Dimitri iba a responder cuando escuchamos una puerta cerrarse cerca de nosotros... El apartamento de Ryder.
Lo miré por una milésima de segundo y no perdí más tiempo.
-Aparta- gruní mirando a Dimitri.
Éste me miró y dudó entre hacer lo que yo le ordenaba o no.
-¿Se puede saber a dónde vas?- inquirió Ryder desde el otro extremo del pasillo mientras se encaminaba a nosotros.
-No soy una puta prisionera... Puedo ir a donde me dé la gana- hice una pausa y me dirigí a Dimitri- Si no te apartas ahora, juro que mañana no amaneces vivo...- susurré amenazante.
Dimitri me miró una última vez y tras mirar a Ryder, el cual negó con la cabeza para que no me dejara pasar, se apartó.
-Buen chico...- susurré pasando por su lado y adentrándome en el ascensor.

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Alexa
Fiksi Remaja"El amor te mata en este negocio, esa mierda no tiene cabida en esto, no puede traerte nada bueno..." Y de esta manera Alexa rompió la única regla que seguía y cayó de lleno en aquello en lo que nunca creyó.