Me quedo en la tierra de los dioses.

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Percy Jackson no me pertenece, pertenece al escritor talentoso Rick Riordan.

Al lugar donde volvimos a aparecer era como un paraíso, tenia muchos arboles alrededor del claro donde nos encontrábamos, un pequeño estanque estaba al lado, sus aguas en veía muy limpio, las estrellas brillaban intensamente que daban un buen espectáculo, las miré, infinitas y brillantes estrellas, no dure mucho tiempo mirándolas ya que sentía que me iba a caer para arriba.

"¿Dónde estamos?" pregunté mirando alrededor.

"Aquí es donde nosotros siempre nos reunimos" respondió Chichiní "te llevaremos a donde te vas a quedar"

Seguí a los dos dioses detrás de ellos, la luz de la luna iluminaba muy bien nuestro camino, nos metimos entre los árboles, caminamos mientras oíamos a los pequeños animales por todos lados, también vislumbre a uno y que otro búho, después de un rato nos encontramos con un árbol más grande que los otros el cual, tenía una entrada, los seguí para dentro.

"Aquí te quedarás" me dijo Chichiní.

Debo admitir que el lugar estaba bien, se veía que alguien vivía ahí, era como una cueva pero de árbol, un gran árbol, hasta el fondo, a la derecha estaba una especie de tapete.

"Es increíble" les dije mirando todo "¿de quién es este lugar?"

"Kiwikgolo" respondió de nuevo Chichiní, al parecer Papa' no quería hablar nada "dios del monte, accedió a prestártelo este lugar mientras estés aquí"

"¿Y él?" pregunté.

"Tiene muchos otros lugares" respondió sonriendo Chichiní y dirigiéndose hacia el tapete.

"Esta será tu cama" me dijo "y ahí están tus cobijas"

"Genial" dije inseguro.

"Mañana haremos aviso de tu llegada" me aviso el dios del sol.

"Como quieran" conteste yo, no es como si tuviera opción.

"¿Entonces ya es todo?" pregunto Papa' hablando por primera vez "yo me tengo que ir"

"Es todo" respondió Chichiní sin mirarlo.

El dios de la luna se fue sin más, ahora que me fijaba bien, entre estos dos dioses había cierta tensión, como si se estuvieran conteniendo en arrancarse la cabeza mutuamente, debía darles crédito, disimulaban muy bien, definitivamente, mejor que los olímpicos, pero claro, no pensaba decir nada de eso, capaz de que me pulverizan.

"Esperamos que estés cómodo" me dijo Chichiní "tiende una cobija sobre el xtikat"

"¿El qué?" pregunté confundido.

"Sobre el petate" aclaró "uno usalo como almohada y el otro como cobija"

"Ahh, gracias" dije "¿y qué es lo que voy a hacer aquí?" pregunté sin más por la misión.

"Dormir, por supuesto" contestó el dios.

"Ahh, claro" dije rascándome la cabeza "me refiero a la misión"

"De eso hablaremos mañana" contestó "no te precipites"

"Claro, entonces mañana"

El asintió.

"Buenas noches, Perseus Jackson" dijo Chichiní inclinando la cabeza respetuosamente.

Estos dioses me comenzaban a caer bien, al menos mostraban algo de respeto y no te recibían con malas miradas y tratar de dejarte claro de que debemos adorarlos, hice lo correcto, también incline la cabeza respetuosamente.

"Gracias señor" dije algo sorprendido "buenas noches a usted también"

Chichiní también salió y me quedé solo, fui a cerrar la puerta y regresé a mi cama.

Era un petate tejido, me pareció que a mano, era en forma de rectángulo, tome uno de las fijas que estaban a un lado y lo tendí, después tome otro haciéndolo de almohada y con el último me tapé, cabía bien en ese petate.

"Buenas noches, listilla" dije recordando a Annabeth "espero que tengas dulces sueños"

Y con ese pensamiento me quedé dormido.

Bueno aquí está un nuevo capítulo.
Hola Isabel :-) :-)  respecto a tu pregunta supongo que ya sabes la respuesta, después de todo, escribo sobre dioses mesoamericanos, saludos :-) :-)

Una misión con dioses mesoamericanos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora