Okskgaxi

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Percy Jackson no me pertenece, pertenece al escritor talentoso Rick Riordan.  

De no ser por Stayi, probablemente ahora tendría un tridente clavado en mi cabeza, inmediatamente después de esquivarla le di un buen tajo para que se convirtiera en polvo, lástima que muchos otros dracaenae estuvieran rodeándonos.

"Vaya, nos han rodeado" le comenté a Stayi.

"Así parece" respondió "tendremos que acabar con ellos"

"Algo muy fácil para mí"

"Tenemos que avanzar cuesta arriba" me dijo al mismo tiempo que preparaba su arco y flecha.

"Entendido" respondí.

Inmediatamente comenzamos a combatir contra ellos, yo lanzaba estocadas con contracorriente convirtiendo a todos en polvo mientras que Stayi lanzaba varias flechas con mucha precisión, era como la habilidad de Artemisa o Apolo, aparte de que era muy veloz.

"Perseus Jackson" dijo un dracaenae "no dejas de dar problemas"

"Jajaja, dime algo nuevo" respondí.

"¿Por qué has venido aquí?" preguntó "¿seguirás siendo acaso un peón?"

"Nah, cómo creen" respondí mientras bloqueaba su ataque "solo vine de turista por aquí"

Y acabé con ella, seguí acabando con los otros estaba tan sumido en la batalla que, al terminar, me di cuenta de que me había alejado de mi compañero.

"Oh, genial" me dije a mi mismo.

Comencé a caminar poco a poco, esperaba encontrarme con Stayi, seguramente él sabría encontrarme, él era un dios, un dios menor, pero un dios, a fin de cuentas.

No pasó mucho tiempo cuando de pronto comencé a oír unos ruidos, o más bien, unos golpes, miré por todos lados, pero tan solo estaban los árboles por todos lados.

Caminé un poco más, pero los golpes iban acercándose más y más, parecían estar golpeando como una clase de tambor.

"¿Quién está ahí?" pregunté mirando en todas partes.

Como era de esperarse no me respondió nadie, traté de acercarme a ese sonido pero mientras lo hacía, mi cabeza comenzaba a retumbar, poco a poco comencé a sentirme un poco mal de mi cabeza, traté de caminar lo más que pude pero ese sonido comenzaba a controlarme, mi mente se sentía nublada, poco a poco escuché como alguien se acercaba, al parecer, era el que me estaba haciendo eso, levanté un poco la cabeza agarrándome con mis manos, debido a que mi visión también se nubló, no pude reconocer muy bien a la criatura, parecía alguien un poco bajo, con la cabeza redonda o quizás tenía algo en la cabeza, como una especie de casco café, en sus manos llevaba algo parecido a lo que tenía en la cabeza, eso fue todo lo que pude ver.

Caí sobre las hiervas, poco a poco comenzaba a quedarme sin sentido, todos sus toques solo se repetían en mi cabeza, se llenaba de eso dejándome mareado, comencé a sudar.

"¡Ghghg!" apenas escuché como alguien gritaba, era un sonido ahogado.

Tan solo me quedé ahí por lo que sentí un buen rato con mi cabeza retumbándome hasta perder la conciencia, no sé cuanto tiempo estuve así, pero mientras tanto, me encontré en un misterioso lugar, parecía ser una pirámide, pero no sabía de dónde, comencé a oír unos silbidos de serpiente, me puse en guardia, no quería caer de nuevo en unos misteriosos sonidos.

"Tranquilo Perseus" dijo una voz a mi lado.

Voltee y casi doy un grito del susto, a mi lado estaba una serpiente grande con plumas en su cuerpo, daba un aire de un ser muy antiguo, Annabeth me había hablado de ella.

"Eres Que-Quetzalcóatl" dije mirándolo.

"Si" respondió "ese es uno de mis tantos nombres"

"Y... ¿Cómo para qué me querías?"

"Este lugar esconde muchos misterios" me dijo "es una muestra de que podemos dejar de lado las cosas materiales"

No entendía por qué me decía todo eso, y ¿en dónde estábamos?

"A veces es difícil dejar de lado nuestros rencores" siguió hablando "pero no podremos conectarnos, convivir bien si eso sigue, Perseus haz lo que tengas que hacer para aceptarnos todos"

Y como siempre, todo desapareció, y claro, no había entendido nada.

"Oye, ¿estás bien?" oí que me preguntaban mientras me sacudían "despierta Perseus"

"Que quieres" dije restregándome los ojos "estoy cansado"

"Perseus, ¿puedes levantarte?"

Poco a poco fui sentándome, al lograrlo, me sentí algo mareado.

"¿Qué paso?" pregunté agarrándome la cabeza.

"Te atacó un okskgaxi" me dijo "afortunadamente pude llegar a tiempo antes de que tuvieras serios problemas"

"¿Un oks...qué?"

"Okskgaxi"

"Genial, me atacó una criatura de nombre raro"

"No es raro" me dijo "oks de en la cabeza y kgaxi del tortillero, con lo que sería algo así como cabeza de tortillero"

Recordé esa cosa café en donde la diosa Xanat guardaba las tortillas recién hechas.

"Creo que si recuerdo un poco" le dije "recuerdo una clase de criatura con la cabeza café, supongo que era ese tortillero"

"Así es" dijo Stayi "y también llevan uno a la mano algunos como el que te atacó"

"¿Así que tienen la cabeza de tortillero?" pregunté "¿exactamente qué es?"

"Uno de los tlajananin" respondió "un mortal convertido en un okskgaxi"

"Oh" dije sorprendido "¿y qué trataba de hacerme?"

"Que perdieras el control sobre ti, por supuesto" me dijo "y él lo tomaría, en verdad es peligroso"

"Bueno...gracias"

"De nada" dijo mientras me aventaba unos plátanos"

"Come, aunque sea unos plátanos" me dijo.

Yo no tuve ninguna objeción es hacerla, en poco tiempo estuvimos de vuelta en nuestro camino, ya era muy tarde, al parecer, había estado durmiendo mucho tiempo.

Una misión con dioses mesoamericanos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora