Yo no hago cal

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Percy Jackson no me pertenece, pertenece al escritor talentoso Rick Riordan


Muy bien, de nuevo me encontraba en un lugar desconocido para mí y lo peor es que yo parecía estar hecho de humo o algo así y estaba como en el espacio, sí, en el espacio, tenía una sensación de estar a punto de caer ya sea por arriba o por abajo así que, como imaginarán, no era nada divertido, casi todo era como de un azul oscuro o negro, veía muchos puntos que parpadeaban, me dí cuenta de que podían ser estrellas, pero ¿no se supone que eran gigantes como nuestro sol?, sacudí mi cabeza, todo eso solo me dejaba confundido.

Bueno como he dicho, habían muchas estrellas, pero lo que llamó mi atención fueron los que estaban enfrente de mí, formaban una especie de camino en espiral hacia arriba, el camino aparte de estrellas tenía una especie de humo o niebla, creo que como de lo que yo estaba hecho, así que sin más comencé a subir por aquel camino, fui viendo como estaban las estrellas que formaban las orillas del camino, pero luego dejé de hacerlo por la sensación de vértigo, caminé y caminé sin saber a dónde me dirigía exactamente, de un momento a otro me pregunté en dónde se había metido Stayi', cómo había llegado aquí y qué es lo que esperaría al final de este camino en espiral, ¿acaso sería Caos quién estaba aquí?, me estremecí ante esa idea, por los dioses, si yo me fuera a encontrar con el señor Caos, el tipo que creó todo hasta el tártaro, solo podía significar problemas y que tal vez como muchos dioses, monstruos y demás no habían logrado acabar conmigo aún, quería hacerlo él mismo.

—Vamos Percy, no seas tan pesimista —me dije mientras caminaba —quizás solo te mande a alguna misión suicida como todos, aunque eso no es algo más fácil.

Al decir eso, no pude evitar ver un poco alrededor sintiéndome inseguro, ¿y si habían algunos monstruos del espacio que podrían estar al acecho?, ¿y si alguno acababa conmigo y terminaba siendo su comida?, o peor aún, ¿y si dejaban mis restos aquí y simplemente me caería hacia la nada por toda la eternidad?, me estremecí por segunda vez, quizás debería dejar de pensar en tantas cosas, no me atrevía a mirar atrás pero sabía que ya había recorrido una buena parte del camino, al verme de nuevo las manos las puse al frente y traté de tocarme, me sorprendí al ver que mis manos tan solo se traspasaban, la verdad yo no parecía estar hecho de humo exactamente, era de un tono blanquecino, ¿quizás sal?, evité la idea de probar mis manos, y otra idea vino a mi mente, ¿y si estaba muerto?, no, imposible, no había venido Thanatos a recogerme, a menos que por estar en un lugar con otros dioses ahora esté recorriendo el mundo de los muertos según ellos, la verdad no sabía como era que los muertos pasaban a la otra vida aquí, pero la verdad no había visto a nadie más por aquí, no, la verdad creía más que alguien me había llamado, tal vez sería algo acerca de mi misión actual, de tártaro o de Nitlan un, entonces recordé que Nitlan un suele aparecer con forma de aire o humo, me miré de nuevo, esto no parecía ser obra de él, ¿y en dónde estaría él ahora?, tal vez con tártaro haciendo planes malvados y riendo de forma malvada como suelen hacer los tipos malos, o quizás simplemente solo tratando de poner en orden sus ideas.

Dioses, sentía que me estaba formando muchas ideas, pero la verdad no sabía que hacer para distraerme durante este largo camino, así me la pasé un buen rato más, en algunos momentos corría para ahorrar tiempo, luego caminaba y otra vez a correr, precisamente me encontraba corriendo cuando empecé a ver que el camino se terminaba, entonces reduje mi paso poco a poco, me acerqué lentamente, adelante no veía más que la oscuridad, ¿y si entraba en un agujero negro?, traté de olvidar aquella idea, y me seguí acercando cautelosamente, sin darme cuenta comencé a temblar, podía escuchar una especie de silbido acercándose poco a poco y yo simplemente me quedé quietesito en mi lugar, no pude moverme hasta que apareció una gran cabeza de serpiente, inmediatamente la idea de monstruos espaciales regresó a mi cabeza y no perdí tiempo para dar un grito y comenzar a correr de regreso antes de que aquella serpiente pudiera engullirme, corrí todo lo que pude, tanto como pude sin mirar atrás, no me detuve ni un momento, hasta que pasado un rato comencé a ver personas caminando por el camino, todos iban de donde yo volvía mientras que algunos se encontraban tan solo sentados al lado, ellos también parecían estar como yo, de un momento a otro yo tropecé tratando de esquivar a algunos mortales y me deslicé en el camino como si se tratara de una gran resbaladilla, todos se quedaban viéndome sorprendidos, otros divertidos y otros simplemente no les importaba, pude ver a un niño que se quedó viéndome como si él también quisiera participar y me sorprendí al ver que se lanzó encima de mí cuando pasé a su lado, él simplemente se estuvo riendo mientras que yo solo esperaba poder detenerme.

Una misión con dioses mesoamericanos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora