Una misión con dioses mesoamericanos.

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Percy Jackson no me pertenece, pertenece al escritor talentoso Rick Riordan.

Abrí los ojos lentamente, sin duda estaba en casa de Kiwikgolo.

"Al fin despertó" dijo una voz.

Volteé a ver de quién se trataba y me di cuenta de que era un chico casi de mi edad.

"Voy a avisar" dijo para después levantarse.

Después de un rato llegaron Xanat, Kiwikgolo y Chichini.

"Qué bueno que al fin despiertas" dijo Xanat aliviada "¿cómo te sientes?"

"Solo un poco cansado" dije sentándome "y también hambriento"

"Ahora mismo te traeré algo de comer" dijo levantándose

"¿Y qué ha pasado durante este tiempo?" les pregunté "¿cómo han estado las cosas con Aktsini?"

"Ya hemos enviado un mensaje a los olímpicos" respondió Chichini "ellos al parecer, comenzaran a prepararse en caso de un enfrentamiento, tú debes quedarte"

"Claro" dije pensando en la posibilidad de que Tártaro atacara al campamento mestizo.

"Ellos aún tratan de despertar a Aktsini" dijo Kiwikgolo "nos ha sido un poco difícil controlarlos por Nitlan un"

"Nitlan un" repetí "los incita a pelear"

"Trata de separarnos" explicó Kiwikgolo.

Por un segundo creí que Kiwikgolo voltearía hacia Chichini pero no lo hizo.

"Mi hermano me habló sobre tu miedo" me dijo Chichini "supongo que tu plan funcionará, por eso puso eso en tu collar de cuentas"

Dirigí mi mano hacia mi collar, ahora también se encontraba lo que parecía ser una caracola en miniatura.

"Por eso desde que lo tienes puesto, has estado calmado" dijo Kiwikgolo.

"Ya entiendo" dije observando "oigan, no dejarán que Nitlan un los controle, ¿verdad?"

En ese momento llegó la diosa Xanat con comida y tortillas.

"Hablaremos cuando termines de comer" me dijo Chichini.

"Bien, pues yo me voy" dijo Kiwikgolo "tengo que irme"

Kiwikgolo se retiró, Xanat puso el plato de barro junto a mí y después volvió a irse, miré mi plato, eran frijoles, pero tenían unos pequeños ingredientes que no conocía, Xanat llegó otra vez con un plato y se la ofreció a Chichini.

"Tome, por favor, coma" le dijo ella arrodillada y tendiendo el plato con la cabeza inclinada "debe tener hambre"

Esa acción me sorprendió, en ese momento recordé que Chichini era el que parecía ser el rey de los dioses, Chichini sonrió agradecido mientras tomaba el plato.

"Gracias" dijo inclinando la cabeza mientras ponía su palma en la cabeza de la diosa.

Me empecé a preguntar si yo había hecho mal en no mostrar más respeto hacia Chichini, pero enserio, todos parecían tratarte bien, bueno, al menos no trataban de pulverizarme, además el no exigía que se inclinaran ante él ni nada por el estilo.

"Comienza a comer Perseus" dijo Chichini "y por si te lo preguntas, son frijoles con gasparo, esos que son rojos y verdes"

"Ahh, claro" dije.

Comencé a comer, la verdad sabía diferente a los frijoles que anteriormente había probado, los de lata, esos gasparos también sabían bien.

"¿Aquí siempre le echan gasparo al frijol?" pregunté.