La clase estaba pasando y no lograba ponerle atención, había transcurrido una semana y mi cabeza daba vueltas; la libreta que tenía enfrente mío estaba repleta de frases incoherentes y deprimentes.
Falsedad, Decepción Y Engaño.
Eran las que más sobresalían, sin duda nunca espere recibir aquella decisión ni pensé que me afectaría tanto, sin embargo, me era lógico imaginar que no eran felices, que no eran libres...
- Señorita Hernández, ¿donde se ubica la cuenta "caja"? -me saco de mis pensamientos mi profesor de Contabilidad.
- Pa-pasivo -respondí balbuceando y confundida.
- Negativo, se encuentra en Activo, ¿qué le pasa?, usted es una de mis mejores promedios y que se haya equivocado con una pregunta de la escuela secundaria deja mucho que desear. Si no está a gusto en la clase puede salir por esa dirección -me regaño señalando la puerta.
- Con su permiso.
Con mi bolso en la mano camine hacia la salida no sin antes darle una mirada de malestar al profesor. Alfredo no iba a llegar hasta media hora después, por lo que decidí caminar afuera de la Universidad y reflexionar de los sucesos que habían pasado recientemente, el más cercano pertenecía a mis padres, su matrimonio de 21 años sería quebrantado por la ley y los dos estarían libres, el amor solo es pasajero me repetía vez tras vez, no obstante estaba equivocada. Alfredo y Carolina me demostraban cada día el amor que tenían, ese sentimiento que irradiaban era hermoso y no por ser empalagoso ni cursi, cada tarde Alfredo le decía a Carolina lo guapa que era y Carolina cada noche lo consentía con unos hot-cakes "del amor" como así los solía llamar.
Mis padres dejaron de manifestarse ese amor cuando el trabajo los consumió y la economía aumentó; a pesar de ello, las semanas pasadas habían estado felices y cariñosos, y fue cuando caí en cuenta de que mis padres querían que los recordase como los enamorados o los que fueron felices hasta que el dinero los separó.
Sumida en mis pensamientos no me percaté que avancé tres cuadras y estaba enfrente de una cafetería, el olor a pan y café me llamo, así que entré. El local era muy bonito y rústico, un bisquet y un frappe se enfocaron en mi visión y me encamine a la caja para pedirlo ; una silla a lado de un ventanal era mi ubicación y ahí llegue. Unas vacaciones no me harían mal, el estar desconectada y pensar con más tranquilidad me llamaban la atención; mis destinos eran Europa y Asia, España iba por delante, Corea del sur por segundo e Italia al final. Las vacaciones eran pronto y el viajar era algo muy reconfortante para mí.
Cuando termine de comer mi bisquet observé a un chico, un escalofrío subió dentro de mí al notar su mirada fija en mis labios, su porte era muy elegante y no daba la facha de secuestrador, un miedo me empezó a apoderar cuando noté que no quitaba su vista. Con la valentía que me quedaba me dispuse a salir de aquella cafetería, dude mucho si correr o caminar como la gente civilizada, pero al no notar ningún movimiento opte por caminar y regresar a la Universidad donde Víctor y Vanessa me esperarían.
- Hay veces en las que odio a América, ay ¡Me frustra!
-¿Por qué?
- Maxon le está entregando su amor en bandeja de oro y ella le hace ojos ciegos, el toque de queda lo utiliza con Aspen y eso que el chico está feo.
- Aspen no está feo, que a ti te gusten los rubios no significa que los demás sean desagradables.
- Da lo mismo, ¿Cómo tú te sentirías en la situación de Maxon? Tienes un público entero, muchos chicos a tu alrededor, pero solo uno te llamo la atención y te manda a la Friendzone ¿Dime cómo te sentirías?
- Pues mal -respondí a la pregunta de Vanessa. Había veces en las que me estresaba que Vanessa se metiera en el libro y lo viera de una forma real, La Selección era uno de esos.
- Exacto, uno se siente mal, Maxon se siente mal; ojalá estuviera entre esas chicas y le brindara el amor a él - suspiró Vanessa dramáticamente.
- ¿A quién le vas a dar ese amor? -interrogó Víctor un poco ¿posesivo?
- Es obvio que a Maxon, el pobre está sufriendo por América -declaró Vanessa como si fuera lo más obvio.
-¿ Es otro libro?
- Sip
- Chicos, Alfredo nos está esperando -interrumpí un poco fastidiada.
- De acuerdo, nos vemos Vanessa -dijo Víctor después de darle un beso en la mejilla.
Estaba segura de que algo trataba Víctor y a pesar de que fuera mi amigo no quería que lastimara a Vane; en el coche le conté mi decisión de viajar y él me apoyo, de hecho me aseguro de que me acompañaría.
- Voy contigo pero a Italia -menciono con una sonrisa.
- No lo se, Italia no me convence ¿Qué te parece Espa...
- No, España no, es muy típico, al igual que Corea, ¿no te gustaría ir al coliseo? ¿o a la torre de Pisa?
- Puede ser, ¿Alfredo tu que opinas?
- Señorita, yo diría que se esperara a la reacción de sus padres, ellos ahorita están pasando una situación difícil -un suspiro salio de él y continuó- no le digo que no lo haga, simplemente vaya despacio y con calma.
- Supongo que tienes razón, ya veremos.
En la casa me dispuse a anotar todas las actividades que realizaron en la clase de Contabilidad, no me arrepiento de haberme salido es algo que siempre quise hacer. Una risa salio de mi al pensar eso; el tema del viaje ya lo tenía asegurado, me iría a Italia con Víctor y Vanessa, estaría desconectada y libre de preocupaciones.
Caminé a la oficina de mi padre y después a la de mi madre para juntarlos y poder hablar con ellos.
- Mamá, papá me voy a Italia.
Hola, me gustaría disculpar por no haber actualizado, estuve en semana de exámenes y es muy fastidioso estar aprendiendo la fórmula general y los isómeros, elementos y fórmulas de química.
Estaré tratando de actualizar cada fin de semana, sea Sábado o Domingo.
A esas 20 personas las quiero mucho 💟💟
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Mi destino en la boca del lobo.
Manusia SerigalaCréditos por portada a -NightxAnaisx- Camila es una chica de 20 años, muy curiosa y atrevida. Sus padres están a punto de divorciarse, las vacaciones llegan, y su oportunidad para desconectar con el mundo se hace posible. Sin embargo, una visita al...