Capítulo 41

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P.D.V de Stiles.

Había pasado aproximadamente tres meses desde que mi padre conoció a mi pequeño, y por suerte, no hubieron señales de Marishka en todo ese tiempo, algo muy extraño.

Nos encontrábamos en la casa de Gaby.

— Hola, amor— me saludó Derek con las manos en la espalda y con un casto beso en los labios.

— Hola, cariño— le saludé con una sonrisa, mi pareja sonrió apenado y me tendió unas rosas blancas, tan hermosas y sin imperfecciones que me dieron mucha emoción y ternura, las tomé entre mis manos y exhalé su delicioso aroma — Gracias amor, te amo— le di un casto beso — Iré a ponerlas en agua—

Asintió y se fue hacia la sala, acercándose a la pequeña cuna que él había comprado.

— Hola Chris, mi pequeño cachorro— le saludó dandole un beso en la frente, a lo cual el bebé le respondió con una leve risita.

Empecé a buscar un florero en todas partes, hasta que por fin lo encontré. Le eché un poco de agua y las coloqué con cuidado, las posicioné en el centro de una pequeña mesa y fui hacia la sala.

— Iré a dar un paseo por el bosque— le dije a mi amado.

— ¿Solo?—

— Sí— me miró inseguro — Sé defenderme, Hale— le enseñe los pequeños rayos corriendo por mis manos, éste asintió.

— Está bien, con cuidado— le di un beso en la mejilla y salí de la casa.

Me dirigí a paso lento pero seguro hacia ese hermoso bosque mágico del qué tanto estoy enamorado. Ya era una costumbre, retiré la pared de hojas colgantes y me adentré en aquel mágico bosque.

Me senté en el tranco de un árbol caído y suspiré. Escuché una rama romperse y rápidamente me puse alerta, hice aparecer los rayos en mis manos y me escondí en un arbusto.

Bajé la guardia al darme cuenta de que se trataba de un venado con su cría, suspiré aliviado y salí de mi escondite.

Me senté de nuevo en el tronco y sentí la suave brisa chocar contra mi rostro, y sin darme cuenta, el mismo venado se encontraba enfrente de mi.

— Hey— le saludé, el venado me miró curioso, acerqué mi mano y empecé a acariciarlo — Siento que te he visto antes, claro, hay muchos venados aquí, pero tú te me haces familiar—

El venado seguía viéndome curioso, y de un momento a otro, acercó su nariz a mi vientre y empezó a olisquearlo.

— Para, me haces cosquillas— el venado me miró al rostro — Mi bebé ya ha nacido, y es hermoso, como el tuyo— me miraba atenta — Eres tú, el mismo venado del cual me encontré antes, ¿no?—

El venado se lamió la nariz. Solté una leve risita.

— Tomaré eso como un sí— giré mi atención hacia el pequeño venadito que me miraba curioso y temeroso a la vez.

— ¿Es tu cría, no?— pregunté, el venado volvió a lamerse la nariz — Es hermoso, ¿no crees, Andrea?—

— Afirmativo, señor— contestó desde los audífonos.

— Vamos a ponerte un nombre...— me puse a pensar. Miré con gracia como el pequeño trataba de brincar y correr moviendo sus patitas de manera torpe. Era claro cómo le iba a poner — Te llamaré Bambi, ¿que te parece?— el pequeño empezó a restregarse en mi pierna — ¡Hey! le ha gustado—

Confundido //Sterek//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora