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—No... No, no, no, no. —Jimin se encontraba corriendo atolondradamente en dirección a su parada. Su cabello naranja despeinándose por el viento y sus mejillas rosadas por la corrida que estaba echando desde que había ingresado a la estación.  

Se había quedado dormido, como todos los días de la semana anterior, y ahora estaba llegando tarde, una vez más, a su instituto. Una sanción era lo que menos necesitaba en su vida en estos momentos, y pedía a todos los cielos que se apiaden de él y lo dejasen llegar a tiempo ésta vez.

Jimin no era de los que acostumbraban a llegar tarde, desde la escuela secundaria él intentaba ser un buen estudiante, quizás no era el mejor como Kim Taehyung, pero se esmeraba para enorgullecer a su amada madre y que ésta, a su vez, no pensara tanto en su enfermedad y decayera debido a ello. Él la amaba demasiado, por Dios que la amaba, y solo quería verla sonriente y orgullosa en lugar de verla llorando debido al dolor por su estado.

Sostenía su mochila que colgaba por uno de sus hombros, agitado, despeinado, en tanto metía la otra mano al bolsillo de su pantalón para sacar sus monedas y comprar el boleto antes de perder el tren.

Miró el reloj de su muñeca, sin detener sus piernas, solo faltaban 5 minutos. Ya estaba en la estación, buscando la parada. Él llegaría... él definitivamente podía lograrlo, podía llegar a tiempo si...

Sintió un fuerte impacto que lo descolocó por un momento e hizo que perdiera el equilibrio. Cayó al suelo súbitamente perdiendo su mochila a unos metros de él. Oyó el tintineo de sus monedas escaparse de su bolsillo tras la caída y maldijo por lo bajo mientras se reincorporaba sin perder el preciado tiempo, juntandolas desesperadamente.

Levantó la cabeza, observando con curiosidad la silueta de una persona frente a él, que había volteado para observar lo que lo había embestido por atrás.  Una cabellera de color azul menta llamó su atención y se encogió, sintiéndose pequeñito, ante aquella mirada de pocos amigos que le lanzó aquel con el que había chocado.

—¡Lo... lo siento! —Pidió disculpas al joven, moviendo la cabeza con una reverencia. —No he mirado mi camino, lo siento. —Éste simplemente volvió a girarse, con toda la indiferencia del mundo y avanzó un paso cuando la fila frente a él iba disminuyendo para comprar el boleto de su tren.

¿Lo había molestado? ¿Lo había lastimado? Como sea, Jimin resopló sin darle vueltas al caso. Terminó por juntar sus monedas sin perder más tiempo y sus ojos brillaron cuando se incorporó y se encontró frente a su parada.

Taquilla del Tren 9393.

Él había llegado, con 2 minutos para las 7:00 y se sentía inmensamente aliviado de no haber perdido su tren. La gente fue comprando su boleto y él avanzó cada vez más hasta que por fin había llegado su turno.

Unos pies se detuvieron frente a una mochila olvidada en el suelo de la estación, una mano la tomó con cautela, inspeccionandola a detalle,  y unos grandes ojos lograron observar a un chico a unos metros de él metiendo las manos en sus bolsillos con un semblante de preocupación, buscando agitadamente su dinero, mientras contaba con apuro la cantidad que necesitaba. Una sonrisa se esbozó en sus labios y se acercó a la fila mientras negaba con la cabeza, posicionándose detrás del pelinaranja que seguía maldiciendo por no poder completar el dinero para su billete.

Ah, pobre chico. Algunos simplemente podían ser demasiados despistados.

—Niño... Si no tienes para el billete deberías salirte de la fila y dejar que los otros continúen. —Sugirió amablemente el joven dentro de la taquilla.

—No... yo-yo no puedo perder este tren. —Respondió casi tartamudeando. Estaba comenzando a temblar de los nervios. —Yo... yo debí haber perdido mis monedas cuando caí... —Suspiró, revolviendo su cabello con frustración, despeinándose aún más. Estaba odiándose demasiado por haber olvidado su billetera en la cómoda de su habitación tras salir apresuradamente de su nueva casa. El chico tras él se mantuvo en silencio, escuchando, inspeccionando la situación y siendo testigo de la desesperación del naranjita.

9393 [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora