4

3.4K 353 444
                                    

Jimin le había hecho caso a su alarma esta vez, incluso la había programado 20 minutos antes de lo que habitualmente se levantaba, con el propósito de arreglarse con tiempo para lucir presentable ese día. Se había dado una larga ducha, a diferencia de las cortas y rápidas que tenía todas las mañanas, y se secó el cabello echándose una pizca de spray para darle una mejor forma, delineó sus ojos de un suave negro sobre la escasa sombra del mismo color de su cabello, combinándolo, y se puso uno de sus muchos protectores labiales.

El pelinaranja era un chico que cuidaba demasiado de su imagen normalmente, esperando la aprobación de la gente en su entorno, pero esta vez estaba siendo un poco más cuidadoso al respecto, sobre todo por el hecho de que quería que "el angel del tren" lo notara de una manera más específica.

Tomó su celular y encendió la cámara frontal, echándose un vistazo minuciosamente.

Soltó un bufido silencioso

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Soltó un bufido silencioso... Su aspecto no le convencía demasiado, pero era todo lo que él podía hacer.

Él se consideraba una persona no agraciada físicamente, con escasos dotes de belleza, después de todo ¿No era acaso su propio padre quién le recordaba sus defectos siempre? Si su padre decía que estaba subiendo de peso y se veía mal con todo lo que usaba, él le creía; si su padre le decía que era demasiado bajo y que era una vergüenza ser un hombre de baja estatura, él le creía; y si su padre le decía que él no era bonito por lucir tan femenino en lugar de masculino, él también le creía. Por lo que el problema de su autoestima se remontaba desde su niñez.

Probablemente todo había comenzado desde el día en el que el pequeño Jimin había dicho que quería llevar un vestido de princesa por su cumpleaños número 7, como el de su prima. Su padre le explicó que los niños no usaban vestidos y él se entristeció solo un poco, sin entender muy bien por qué debía ser así. A los 10, su padre había ido a su instituto tras recibir la llamada de la directora, por haber encontrado a Jimin y un compañerito dándose besitos en un salón desocupado; el hombre se enfureció tanto con él y lo castigó por tres meses, sin poder hablar con otros niños a excepción de su mejor amigo quien iba a hacer las tareas con él todas las tardes. Pero su relación padre/hijo se había roto por completo cuándo, a los 15 años, el señor Park había llegado más temprano a la casa y había encontrado a Jimin, desnudo en el sofá montando a su mejor amigo tan descaradamente. El castañito casi terminó por orinarse del susto cuando el señor Park cerró de un portazo y lo persiguió por toda la casa mientras Jimin se cubría con un cojin del sillón, queriendo morir de vergüenza. Taehyung salió de la casa, cubriendo su entrepierna con su ropa echa una bola, y el hombre salió tras él amenazando de mil maneras por corromper a su niño. Los vecinos fueron testigos de todo, con ojos expectantes y expresión escandalizada cuando la familia del menor salió para detener al hombre que juraba que lo mataría. Aquel día el señor no había hablado con Jimin, y no volvió a dirigir palabra alguna hasta por casi dos meses, ni siquiera lo había felicitado en su cumpleaños.

El pelinaranja supo que había decepcionado a su padre y que él solo podía sentir vergüenza por su hijo. Desde entonces, su progenitor solo le dirige la palabra para remarcar sus errores y defectos, más nunca volvió a tratarle con cariño y afecto. Jimin lamentaba haberlo decepcionado, pero ser homosexual no fue algo que eligió. Le gustaban los niños desde que tenía memoria, y no podía cambiarlo aunque quisiera. Se despreciaba por haber tenido que nacer así. Se despreciaba por no poder ser el hijo que su padre había querido... y odiaba que a su vez nadie lo tomara en serio a excepción de su madre.

9393 [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora