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Los ojos del castaño con mechas verdes estaban clavados en su celular, leyendo la nueva noticia y admirando la fotografía adjunta a ésta. Se sentía emocionado, sentía que explotaría en cualquier momento y saldrían arco iris de todo su cuerpo más intentaba disimular al encontrarse rodeado de sus compañeros. El podía ser un chico serio por fuera, pero en el fondo en realidad era demasiado empalagoso y cariñoso,  por supuesto que solo dejaba ver su verdadero ser con su mejor amigo. Nadie más que Jimin conocía a la perfección a Kim Taehyung. 

Estaba tan ensimismado, leyendo, que no sintió cuando una persona se acercó a él y dejó su mochila sobre el escritorio compartido, tomando asiento a su lado y acercando la silla para posar su cabeza en su hombro.

—¿Qué lees? —Preguntó.  

Taehyung no demoró en percibir el perfume de su mejor amigo, y se dejó abrazar mientras el pelinaranja levantaba la cabeza de su hombro para observar con curiosidad el celular del castaño.

—¡Hey, llegaste a tiempo! —Comentó Taehyung observando la hora en la esquina de su teléfono, antes de bloquearlo y girarse hasta su mejor amigo. Jimin sonrió y asintió varias veces acomodándose en su asiento —¿Qué tal ha sido esta vez?

—¡Oh, asombroso! ¡Yo he conocido a un ángel! —El menor lo observó con la ceja encorvada antes de que Jimin retomara —Espero volverlo a ver mañana. —Suspiró reposando su cabeza sobre su palma.

Taehyung afiló la mirada y se concentró en el suave rubor en las mejillas de su mejor amigo. Se acercó a él tocando su cachete con el dedo índice antes de tomarlo por la barbilla y obligarlo a que lo mirara.

—Tú... estás sonrojado. —Aquello aumentó el tono en las mejillas del pelinaranja —¿Quién es? —Preguntó serio.

—Ya te lo dije... un ángel. —Jimin guiñó un ojo y su mejor amigo estuvo a segundos de lanzar otro comentario cuando la profesora de matemáticas hizo acto de aparición, interrumpiendolo.

Se acomodó en su sitio,  dejando de lado aquella conversación y sacó sus materiales para comenzar con la clase.
Transcurridos unos minutos, el castaño había terminado totalmente sus ecuaciones y había sacado su celular para seguir con la noticia que había leído.

Jimin se había quedado atascado en la tercera ecuación, mordiendo la punta de su lápiz.  Acortó la distancia entre ellos y se aproximó al cuaderno de su mejor amigo, con intención de copiar.  La mano de Taehyung rápidamente lo golpeó en la cabeza y el pelinaranja soltó un chillido en tanto el menor cerraba su cuaderno.

—Si tienes alguna duda, pregúntamelo. No copies. —Lo miró fijamente mientras sobaba la cabeza de Jimin la cual acababa de golpear y bajó mano hasta su nuca,  acariciandolo —Quiero que lo aprendas, no que seas un burro. —Habló estaba vez mirándolo con dulzura.

—Odio matemáticas. —Musitó —No lo entiendo en absoluto.

—Ah, Jiminie, ¿cuando dejarás de ser tan despistado?  —Taehyung estiró el cuaderno del menor para analizarlo y una leve sonrisa de esbozó en sus labios. Tomó el lápiz de su acompañante y comenzó a marcar los signos antes de concentrarse nuevamente en su teléfono, sin interés —Nunca olvides que los signos iguales se suman y los contrarios se restan. Un simple error puede cambiar todo el resultado.

Jimin bufó retomando sus ejercicios, esta vez haciendo lo que le había dicho el castaño con mechas verdes.

—Admiro tu inteligencia ¿ya te lo había dicho?

—Once mil y dos veces, para ser exactos. —Bromeó. —Eso no es ser inteligente, Jimin, simplemente presto atención. Algo que tú nunca haces. Las cosas más obvias pasarían frente a tus narices y tú no lo notarías.

9393 [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora