Capítulo 15

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CAPÍTULO 15

A la mañana siguiente Bizarro se despertó con una gran sonrisa y con el cuerpo muy relajado. Buscó con la mano a Jason pero parecía que no estaba, eso le alarmó e hizo que se despertara de golpe buscándole con la mirada pero no le veía en el cuarto.

Estaba preocupado ¿y si lo que pasó anoche fue un sueño? ¿Y si a lo mejor Jason había cambiado de opinión porque le hizo daño y le había dejado?

Raudo se vistió pero se calmó cuando le escuchó andar por el pasillo y entrar al cuarto

– ¡Jason! ¿Estás bien? ¿Por qué te habías ido? – preguntó nervioso mirando si tenía alguna herida de anoche – ¿te duele algo? No deberías estar de pie después de...

– Tranquilo grandullón – le paró con una sonrisa – tenía que atender unas cosas para lo de hoy y a parte te he traído esto – señaló una bolsa de papel que por su olor se notaba que había café y unos bollos

– No deberías haber hecho eso, yo debería estar cuidándote ahora y no...

– No soy una tía – dijo de mal humor, era cierto que le dolía gran parte del cuerpo y que le molestaba andar; a partir de ese día decidió que jamás se burlaría de Damian o de Tim cuando no quisieran sentarse – también he comprado para Artemis, mejor que vayamos a su cuarto y nos tomamos esto mientras vigilamos a esos tipos

– ¿Puedes andar? ¿Quieres que yo me encargue de la misión mientras...

– ¡B! – le llamó con el ceño fruncido y ahí decidió callarse y no insistir por lo que le siguió hasta el cuarto de la amazona que los recibió con unas ligeras ojeras y algo cansada

– Me sorprende que puedas caminar – miró a Jason provocando un sonrojo en él pero antes de que preguntara se explicó – estamos en un motel de mala muerte y yo estoy encima de vosotros ¿creéis que las paredes son gruesas? – rodó los ojos algo traumatizada por escuchar a sus compañeros – pasad – les indicó con la cabeza a la pareja que estaba más que avergonzada por haber sido descubierta.

Después de planificar cómo y dónde atacarían salieron del motel y cada uno se fue a sus puestos vigilando cualquier contratiempo que le pudiera surgir pero todo iba según el plan. A lo lejos Artemis vio al tipo que se encargaría de toda la transacción, Bizarro lo vio desde el cielo y Jason desde el otro extremo en una cafetería fingiendo ser un transeúnte más.

El hombre en cuestión llevaba una maleta e iba en dirección a un tipo que parecía ser un empresario de mirada fría e impasible, ese tenía que ser el hombre del edificio seguro, según los archivos que tomó "prestados" de la base de datos policial Bizarro era uno de los grandes en la mafia en aquella ciudad mientras que el otro de la maleta era uno de los socios del Espantapájaros

– Está en posición ¿hacemos algo? – susurró discreta Artemis desde su auricular

– Esperemos, necesitamos pruebas – susurró Jason fingiendo beber de su café y aguantando las molestias de estar sentado

– Red Hood no creo que...

– Bizarro, como vuelvas a decir que lo deje te hago tragar kriptonita azul ¿entendido? – se puso serio pues en la otra línea los escuchaba Artemis

– Se están moviendo – avisó la pelirroja

– Voy a seguirles – se levantó el líder y los siguió discretamente al par que solo se dedicaban a andar hasta que entraron por una de las puertas traseras del edificio donde harían los negocios. A plena vista, irónicamente era lo más discreto para esa situación. Red Hood usó un pequeño dispositivo que le permitía ampliar las frecuencias y escuchar desde lejos cualquier conversación y escuchó atento a todo lo que decían, por el momento solo decían cosas sin interés pero la cosa se puso interesante cuando hablaron del contenido del maletín

El amor no existe... o eso creía (Bizzajay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora