Capítulo 13

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Los días pasaban y cada uno de esos estuvo plagado de conversaciones con D. Charlas sin sentido, así como otras en las que se requería cierta seriedad.

Las sonrisas no faltaban, y así como el deseo de que respondiera pronto a mis mensajes, ese deseo de querer tenerla frente a mí, clara ante mis ojos... ese deseo subía de categoría.

Es como si nada me importara más que conocerle de una vez por todas.

Y siempre que tocaba el tema en alguna de nuestras infinitas charlas hasta la madrugada, simplemente lograba cambiar el tema de conversación en un suspiro, haciéndome olvidar lo que tanto quiero para sustituirlo con uno de esos debates que tanto le gusta establecer conmigo.

Tema que se te venga a la mente ya lo hemos hablado, desde lo más sencillo como nuestra comida favorita hasta de nuestras creencias, aspiraciones y sueños.

Obviamente no he mencionado que ella ya se encuentra en una de esas listas.

¿Será solo un capricho por querer descubrir quién es? ¿Saber quién se esconde tras esas palabras dulces y profundos pensamientos?

Sea así o no, lo quiero.

Necesito saber quién es D.

El verano está en toda su gloria, haciendo sufrir con su insoportable calor, esos vientos que no traen frescura y que el salir de casa a comprar un helado a la esquina sea la tortura más terrible de todas.

El verano es una mierda.

Me gusta ir a la piscina y a los ríos, pero fuera de eso y de que puedo comer helado por montón, no hay nada más interesante que esta estación del año pueda otorgarle a mi vida.

Los parpados me pesan y solo son las tres de la tarde.

Apenas he terminado de almorzar y al volver a mi habitación me encuentro con un mensaje de D. Pero al contrario de alegrarme, decaigo.

Me informa que no estará pendiente de internet por unos asuntos personales muy importantes, tan importantes que no puede decirme nada acerca de ellos.

Bufo. Mi tarde no puede ir peor.

—Ariel, necesito que vayas al supermercado a comprar lo que me falta para la cena. —dice mi madre asomando la cabeza dentro del cuarto.

Bueno, retiro lo dicho.

Sí puede ir peor.

Yespero que los astros se alineen para que al menos al llegar al supermercadohaya un dos por uno de mis galletas favoritas.    

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DILO POR LA RADIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora