Capítulo 18

3.8K 629 123
                                    

Capítulo final

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo final.

Asiento sin apartar la mirada de ella, asiento frenéticamente porque mis labios no son capaces de reaccionar.

—Ahora. Ya. —me apura.

Vuelvo a asentir y corro dentro de casa para coger las llaves y mi celular, en menos de un minuto vuelvo junto a ella y tira de mi brazo para que la siga.

—Yo... Isabella, yo...—la lengua se me traba y ni yo logro entenderme.

—No digas nada, no ahora.

Sabía que ella tenía algo que ver, algo me lo decía y algo me dice que Julia... ¿Qué hay si Julia es D y me mintió todo este tiempo?

Sigo caminando tras de la chica mientras dobla en las esquinas y se mete a calles que desconozco. Suelta espasmos y eso me pone nervioso, ya estoy sudando frío. Casi me caigo de espaldas cuando para de golpe en medio de la acera.

—Yo... lo siento, ¿sí? Sólo, perdón.

La miro extrañado, todo ahora me parece confuso y me siento engañado.

—No sé porque pides perdón, ¿eres culpable de algo? ¿Has hecho algo malo?

—Sí. —su voz apenas sale, pero he conseguido oírla.

—Tú... ¿qué?

—No te lo dije a tiempo. No debí... hacerle caso. Me odiará, Ariel. —limpia una lágrima con la manga de su suéter— Me odiará cuando te vea entrar por la puerta.

Mi corazón late desbocado y no sé cómo sentirme con sus palabras. Es como si ella...

—¿No quiere que sepa que es ella?

—Ella no quiere muchas cosas.

Frota las manos en sus ojos y con un movimiento de cabeza me indica que la siga otra vez. Vamos pasando calle tras calle, casa tras casa y ya hemos caminado un buen rato. Las nubes ya están coloreadas por el atardecer y ni siquiera he prestado atención por donde hemos venido, no me sé el camino de regreso a mi casa.

En el momento que Isabella deja de caminar para abrir la reja de una casa de dos pisos y un bello jardín, he muerto y vuelto a vivir de los nervios que tengo. Las manos me sudan y tiemblo ligeramente.

Me hace pasar dentro de la casa y de inmediato me envuelve una sensación de tranquilidad, todo es tan acogedor que por un momento los nervios se van y pareciera que todo marcha como siempre.

Pero no.

Un carraspeo de la chica me trae de vuelta a la realidad y con un gesto me dice que la siga por las escaleras. El piso de arriba está oscuro, aunque el sol aún no se esconde por completo, hay tres puertas blancas, supongo que una de ellas es el baño.

Isabella se acerca a una de ellas y la abre lentamente, solo un poco para poder ver dentro. Un destello de luz sale. Se gira hacia mí y mueve la mano, llamándome.

—Ven aquí.

Trago duro. Estoy a segundos de conocer a la persona que tantas sonrisas me ha sacado con sus palabras. Mi cabeza no deja de dar vueltas y me siento mareado.

Camino, vacilante.

Ella abre la puerta por completo y deja que yo pase primero. Junto a la ventana hay una cama con mantas azules y un cuerpo pequeño entre ellas.

No sé si acercarme o no, pero de aquí puedo ver su rostro y... otra vez estoy confundido.

—¿Isabella? ¿Qué es...? —volteo a verla y lágrimas inundan sus lindos ojos.

—Ella es Laura, mi hermana gemela. —sorbe la nariz, con su labio inferior temblando— Y está muriendo.

*******************

*******************

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No me odien. 


Los quiero un montón :* 

Nadie se lo esperaba, ¿ah? ¡Boom! 

Nos leemos prontito, son libres de enviarme mensajes

-P.

DILO POR LA RADIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora