Y pasa el tiempo y al final seguimos aquí. Tú sigues siendo tú, yo sigo siendo yo y el mundo sigue igual que como lo habíamos dejado.
Hoy vuelvo a abrir los ojos y a darme cuenta de que te has convertido en mi inspiración. Solo tengo que describir, cerrar los ojos y recordar.
Me daba miedo no estar a la altura, escribirte me hace sentir responsabilidad. Ojalá pudiera decirle al mundo lo especial que eres y lo que provocas en mí. Ojalá pudiera mostrar la mitad de todo eso. Ojalá pudiera.
Me conformaré con sentirme algo valiente y cuando no me sienta capaz, buscaré apoyo en tus brazos y en tu sonrisa. ¿Nunca te han dicho que los ojos no es lo más bonito que tienes? Dedícame tres segundos de tu boca mordiéndote los labios y hazme sentir invencible.
Y al final, lo mejor de todo es no besarnos, simplemente rozar los labios mientras sonreímos, para después abrazarmos como nunca lo habíamos hecho.

ESTÁS LEYENDO
Tinta
Historia CortaLas personas somos muy diferentes, pero tenemos miles de cosas en común.