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—¡Silencio, Hembra Mortal! –exige la Luna–, creo que puedo resolver el problema que te agobia, pues ningún ser merece la soledad, ¡Te haré el milagro, de concederle el macho que tanto anhelas!

Esmeralda no lo podía creer, ¡Al fin sentiría lo que tantas personas llaman amor!

—Pero todo favor tiene su precio.

Ojos De AceitunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora