XLVII

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Una luz se aproximó, y en el oído al pequeño cadáver una dulce voz susurró:

¡Bienvenido al Cosmos!∞

Hijo mío, levántate y deleitáte con la alegría de todas tus hermanas que viven al par del hermano Sol y sus sirvientes las nubes.

Y hací, el conjuro se cumplió,

La Luna consiguió lo que más quería en el mundo,

Un niño albino de luna.

Ojos De AceitunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora