"¡Armin!" Llamé golpeando la puerta, frotando mis ojos con cansancio. Estaba tan emocionado por ver qué tan lejos habíamos llegado que apenas había dormido. Por supuesto que me di cuenta de que no habíamos llegado demasiado lejos, pero independientemente de eso, estaba emocionado por descubrirlo. Un hombre extraño abrió la puerta, con una expresión vacía en su rostro.
"¿Qué quieres?"
"¿Está un muchacho llamado Armin aquí?" Pregunté, asumiendo que se les había hecho compartir la habitación.
"Aquí estoy." Dijo él, el conocido rubio emergiendo del camarote.
Maniobramos nuestros pasos a través de los corredores aparentemente interminables, y eventualmente llegamos a una de las plataformas superiores.
"¿Quién era él?" Pregunté con curiosidad por conocer el nombre del individuo que estaba en la habitación de Armin.
"Su nombre es Jean. Tengo que compartir el camarote con él y otro muchacho llamado Marco." Asentí un poco preocupado por el bienestar de Armin.
Jean era más grande que yo, y mucho más grande de lo que era Armin. ¿Y si algo iba mal? Traté de no pensar en eso tan pronto llegamos al casco* de la embarcación. Corrí al frente, inclinándome para obtener una mejor perspectiva del agua debajo de nosotros. El buque de acero se abría paso a través de las olas, y el agua salpicaba los costados.
"¡No te inclines demasiado!" Armin me llamó desde atrás. "Podrías caerte." Dándome la vuelta, le sonreí. Corrí hacia el pequeño chico y lo levanté con mis manos en su cintura.
"¡Voy a lanzarte a ti primero!" Bromeé, dando la vuelta y sosteniéndolo cuidadosamente sobre mí.
"¡Bájame!" Él rió antes de que yo le permitiera poner sus pies de regreso en el suelo de la cubierta.
Cerramos los ojos por un minuto, mis manos en su cintura, y las suyas reposando en mi pecho. Sus ojos se destacaban a la luz, brillando hermosamente. No pude evitar sonreír ligeramente para mí mismo. Dándome cuenta de lo que estaba haciendo, lo dejé ir con rapidez, corriendo de regreso a la proa del buque antes de que las cosas se pusieran incómodas. Armin se me unió de mala gana, inclinándose cuidadosamente sobre el borde.
"Te prepongo algo..." Comencé, sonriéndole con tranquilidad. "Si te sostengo, ¿te inclinarás un poco más?" Él me miró inseguro. No lo culpo, nos habíamos conocido hacía sólo un día. Sin embargo, asintió. Puse mis manos debajo de sus brazos, permitiéndole inclinarse otro poco más. Su cuerpo dejó de temblar apenas logró mirar el hermoso océano frente a él.
"¡Mira Eren! ¡Delfines!" Exclamó riendo una vez más. Sonreí, su risa era como música para mis oídos. "¡Mira cómo van!" Se deslizó de regreso a la barrera, sonriéndome. "Gracias por sostenerme." Dijo, sus mejillas estaban enrojecidas, se veían como si brillaran. "Siempre he amado el océano. Es tan intrigante, ¿no crees?" Asentí en concordancia, de pie al lado del pequeño rubio a medida que procedimos a caminar a lo largo de la cubierta.
"No me has contado, ¿qué vas a hacer cuando lleguemos a América?" Armin preguntó en lo que supongo que fue un intento de crear una conversación.
"Voy a conseguir un trabajo. Es por eso que estamos yendo: para empezar una nueva vida. Aunque me gustaría ser escritor."
"¿Escritor? ¡Eso es asombroso!" Exclamó apretando mi brazo. "Tendrás que escribir sobre mí algún día." Rió antes de darse cuenta de su agarre y entrelazar sus manos detrás de su espalda.
No te preocupes, Armin. Sí lo hice.
*Casco: es la parte que recubre la superficie del barco, que puede ser de aluminio, madera, hierro, etc. Supongo que lo que el autor original se refería era al piso de cubierta, a la parte más aproximada al límite de la proa.
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Como el océano
Fanfic"A pesar de todos los años que han pasado, no lo he olvidado. Nunca lo olvidaré." Eren y Armin se conocen inesperadamente, coincidiendo en un corredor del crucero más grande de la época. Mientras los días pasan, ambos chicos aprender que el amor no...