Precioso, adorable e inocente.

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Me estoy concentrando demasiado en este fic XD Perdonadme, no sé cuántas veces pediré perdón... Pero os merecéis que me disculpe, sé que tengo pendientes los otros, pero disfruto demasiado escribiendo Radne X3


Podía ver cada gota escurriendo en la cara de Radne, gotas que se deslizaban por su piel de porcelana fina, que se habían encaramado en sus pestañas, tan blancas que parecían hechas de escarcha y que, en contraste con la oscuridad del embarcadero y la luz de la luna proyectándose dentro, sobre la espalda y los laterales del cuerpo del tritón, hacía que sus ojos se vieran rojos y más profundos, dotándolos de misterio y belleza, una belleza terrorífica y atrayente a la que Harry no quería ni podía resistirse, no mientras Radne lo mirase a los ojos de la manera en que lo hacía.

Parecía totalmente fascinado por los ojos de Harry, incluso emitía débiles y confusos balbuceos, como si intentará comunicarse, diciéndole algo que Harry no llegaba a comprender, pero que, por la expresión del tritón, podía definirse como desconcierto y curiosidad. Por su manera de contemplarlo, Harry dedujo que el tritón nunca antes había visto a un ser humano de cerca, por lo cual, era imposible que hubiera visto otros ojos más que los de las sirenas y tritones del lago, los cuales eran amarillos y dotaban a sus rostros de una apariencia feroz y, en conjunto con su horrendo aspecto, los hacía unas criaturas repugnantes. Radne no conocía la existencia de otros colores de ojos más que aquellos que ya había visto, seguramente, ni siquiera sabría de qué color eran los suyos (sólo que eran extraños), por lo tanto desconocía la infinita gama de tonalidades de la que el mundo disponía.

- Eres tan hermoso... – susurró, casi sin querer, sin pensar, admirando el gesto titubeante de Radne, quién entrecerró los ojos y frunció el ceño.

- Her... mos... so.

Repitió pausadamente el tritón, simplemente imitando el tono de Harry, replicando la palabra, sin saber qué significaba, provocando que Harry sonriera, que extendiera ambas manos y tomara la cara de Radne, tibia en sus palmas, agradable, a la vista y al tacto.

- Sí, eso es lo que eres, Radne.

Sabía que Radne no podía comprender lo que le decía, que no entendía las palabras, que era incapaz de asociarlas al significado que Harry les estaba dando y que quería transmitirle al tritón, el cual lo miraba, sin cesar, maravillado por el color verde de sus ojos y, quizá, por la ternura que pretendía hacerle llegar, una dulzura, una calidez extraña, absorbente y satisfactoria que Radne despertaba en él, que le nacía desde la boca del estómago y se extendía por todo su cuerpo, que lo consumía, no sabía por qué. No era sólo por su belleza, era más por el misterio que Harry ansiaba desentrañar, quería que ambos pudieran comunicarse, enseñarle música, nadar con él, que lo aceptara; quería decirle lo bonito que era; que fuera consciente de lo hermoso que era en realidad; quería explicarle y, más que eso, transmitirle y que comprendiera, que nadie tenía derecho a hacerlo sentir inferior, que nadie podía herirlo sin su consentimiento, que su extraordinaria y rara belleza no hacía sino convertirlo el algo mucho más especial; Quería contarle que desde el primer instante en que cruzaron una mirada no había podido sacarlo de su mente; que su recuerdo lo había perseguido en sueños; que había fantaseado con volver a verlo; con peinar con sus dedos su níveo y sedoso cabello; con un hundirse en sus ojos; con contemplarlo horas enteras.

Era tanto lo que quería que entendiera, tantos los sentimientos que se arremolinaban dentro de él, tanto lo que quería decirle, que Harry se sintió impotente, con ganas de llorar, e inevitablemente sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas que, lentamente, comenzaron a desbordarse para completo asombro de Radne, el cual, por su expresión preocupada y aturdida, Harry supo que nunca había visto algo como eso, algo normal pues, bajo el agua, las lágrimas no son más que una gota más, invisibles, casi inexistentes e insignificantes.

RadneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora