30. Probably perfect

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Con una enorme sonrisa, Jinyoung se paseaba por la cabaña, mientras hablaba por teléfono con su amigo Youngjae. —Está bien, mañana iremos a tu despacho... claro, entenderás porque estoy tan interesado en ayudarlos —rió para finalizar la llamada, yendo al cuarto para ver al mayor y a los niños con sus bolsos listo para partir hacia Seúl.

Al acabar metieron todo dentro del auto, sonriendo Jinyoung condujo al aeropuerto, comentando con los niños que no debían estar asustados por el vuelo, al igual que a Jaebum quien se notaba más nervioso que de costumbre entrelazando sus manos mientras su pierna se movía de arriba hacia abajo en el asiento del copiloto, intentando distraerse con el blanco paisaje que mantenía la cuidad. Haciendo reír al castaño.

Llegaron al aeropuerto, luego de ingresar las maletas fueron a la zona de embarque, tras chequear los boletos, Jinyoung cubriendo su rostro con una mascarilla, tomaba la mano del mayor calmando la ansiedad de este.

—No estés nervioso, será un vuelo corto, no tienes de que preocuparte. —esbozó una sonrisa, haciéndose notar por las arrugas en sus ojos, a lo que Jaebum asintió con suavidad.

Jaebum bajó completamente tenso, su mandíbula estaba rígida, la turbulencia antes del aterrizaje fue el peor desafío antes vivido, además que no tenía como manejar aquella situación, aumentando su tensión. 

Jackson los esperaba en el estacionamiento, los pequeños corrieron a abrazarlo y el no dudó en corresponder el inocente acto. Sonriendo Jaebum se acercó, un poco temeroso del inexpresivo rostro del rubio, pero cuando estuvo suficientemente cerca, el chico simplemente lo abrazó con fuerza, no podía estar enojado con ese chico, escuchó los audios, y al verlo de vuelta junto a Jinyoung así de feliz, supo que las cosas habían resultado bien entre ellos. El rubio condujo hasta el apartamento, aún tenían tiempo, y gracias al cuarto vacío, podían vivir tranquilamente allí por un tiempo, aunque al pelirrojo no le gustaba la idea de vivir en las alturas, estaba acostumbrado a la tierra, la brisa y la vida en la tranquilidad de aquel pueblo.Al llegar, los niños rápidamente recorrieron el lugar, Jaebum sorprendido por el espacio y la vista de la cuidad, se sentía un poco abrumado por la multitud y los diversos autos circulando en el primer piso.

Un largo suspiro salió de sus labios, no le gustaba mucho la cuidad, pero por estar cerca del castaño, estaba dispuesto a aceptar el estilo de vida que llegarían a tener.

—¿te encuentras bien?

—solo un poco perturbado, hay muchas personas, Jackson.

—Te acostumbras rápido, en China hay el doble. —rió el rubio abrazando los hombros del mayor.

—Espero acostumbrarme. —murmuró sin dejar de mirar por la ventana a las personas andar por las calles, se veían tan pequeñas desde el octavo piso.

—¿Quieres ir a comer? Conozco un lugar que amaras, la carne es deliciosa. —rió el chino apartando al pelirrojo de la ventana. —Jinyoungie, niños vamos a comer, el chico favorito de todos invita.

El grupo salió y camino un poco entre las calles hasta llegar a un conocido lugar por ambos residentes, una anciana los recibió con una amplia sonrisa indicándoles la mesa que regularmente utilizaban, sin consultar por la comida estaba dispuesta a servirles, pero al distinguir a los nuevos invitados se acercó acariciando la mejilla de Jackson.

—han traído un nuevo amigo y dos pequeños ángeles. —sonrió acariciando los cabellos de ambos niños.

—Es el novio de Jinyoungie —respondió BamBam apuntando a Jaebum. —y nosotros somos sus primos. —sonrió el pequeño disfrutando las caricias.

—Jaebum, BamBam y Yugyeom, —presentó el niño de cabellos ámbar a sus primos. —llegamos hoy, abuela.

—Son unos niños muy guapos e inteligentes, y Jinyoungie, tu novio es muy atractivo. —rió la anciana entregándole el menú del día. —cuando decidan que comerán, me llaman.

El pedido no tardó en ser escogido y entregado, disfrutando la comida los niños hablaban animados, felicitando a la anciana por la grandiosa comida, al igual que Jaebum, quien miraba cada movimiento que hacia la mujer, su andar era lento y se veía que trabajaba sola en el local, posiblemente necesitaría ayuda y él un trabajo, antes de salir se acercó a ella, con una tímida mirada.

—Abuela, ¿necesita ayuda aquí?, puedo venir a ayudar si lo desea, —se ofreció mirando a la anciana.

—Eres muy amable, pero no podría pagarte bien todo el trabajo que hay, no muchas personas vienen. —suspiró la anciana. —pero si estás dispuesto, puedes venir mañana, con un chico guapo como tú, de seguro aumenta la clientela. —sonrió acariciando la mejilla del pelirrojo para luego despedirle.

Jaebum caminó rápidamente hasta llegar donde el grupo sonriendo amplio, tomó la mano de Jinyoung, sentía que una de sus metas ya estaba lográndose, mañana sería un largo día, debía conseguir los papeles necesarios para vivir en aquella enorme cuidad, además de comenzar a trabajar con la anciana.

Por la mañana, Jinyoung despertó escondido en el pecho de Jaebum, aspirando su aroma, acarició con la punta de su nariz el pecho desnudo del chico, sonriendo al ver como la piel reaccionaba a su paso, sus manos acariciaron su espalda, dispuesto concretar la idea del día anterior, pero su suerte parecía no querer lo mismo, su alarma sonó, recordándole que tenían una cita en pocas horas con Youngjae, suspirando largo se abrió paso a la ducha, saliendo a los minutos ya vestido. Despertó al pelirrojo, acariciando su espalda, distinguiendo allí un nuevo tatuaje, asustado un poco acaricio este. La sombra de un lobo, en contraste con la gran luna llena a su espalda, beso la tinta, con un sonoro sonido que hizo al mayor abrir los ojos.

—¿Qué haces? —preguntó con una ligera risa el mayor tras el escalofrío que recorrió su columna.

—Te despierto, necesitamos salir, vamos a ver a Youngjae. —sonrió pasando los dedos por la marca. —¿este es permanente?

—Permanente, un recuerdo de lo que era y cambie por ti. —sonrió besando los labios del chico, acariciando la nuca del castaño.

—No me hagas arrepentir de salir de la cama y ve a ducharte. —suspiró largo yendo a la habitación de los pequeños para prepararlos.

En la oficina del pelinegro, ambos niños estaban sentados en silencio, moviendo sus piernas mientras los adultos comentaban cada acción a tomar, el primer paso era arreglar la documentación de los tres chicos, elemental para que asistan a primaria y para Jaebum.

—Disculpa, ¿podemos hacer que esos niños estén inscritos como mis hijos?, soy su único familiar vivo, y no quiero que por algún tema legal los separen de mí, lo vi en una película y no quiero que les pase eso. —comentó Jaebum apoyando ambas manos en el escritorio del pelinegro.

—Si es lo que deseas, se puede, de hecho, puede agilizar los papeleos, ya que no habrá que buscar otros parientes vivos o lejanos. —sonrió Youngjae acercando los papeles a Jinyoung para que leyera el procedimiento legal. —El único problema que veo. Es presentar el por qué no están registrados, nadie creería que son lobos que se volvieron humanos, con una buena justificación puedo enviar esto hoy mismo.

—Vivían en el bosque con la madre de los pequeños y ella murió, tenían una cabaña, pero no sabían nada de registros. —sugirió Jinyoung haciendo encoger de hombros a ambos chicos. —es como una leyenda o la película aquella de los chicos que se pierden en una isla siendo pequeños, o como tarzan.

—Intentaré con aquello, haré unos arreglos y los enviaré. Cuando los reciba podrán ser orgullosos la familia Im. —sonrió pelinegro, guardando los papeles en la carpeta para despedir a ambos chicos y entregar una paleta a cada niño.

La tarde transcurrió, Jaebum asintió a su nuevo trabajo, mientras Jinyoung le enseñaba a los pequeños a leer, aprovechando el día libre, necesitaba que aprendieran lo fundamental para nivelar con los demás niños de primaria.

El miércoles, los niños se encontraban frente al colegio tomados de la mano con fuerza mientras Jinyoung y Jaebum los despedían desde la entrada, animándolos a hacer nuevos amigos y disfrutar de las diferentes actividades.

—Son pequeños inteligentes, estarán bien, no te preocupes Jinyoung. —rió Jaebum acariciando la espalda del castaño, quien apretaba la mano del pelirrojo.

—Lo sé, pero estoy acostumbrado a tenerlos a mi lado. —suspiró caminando de regreso al apartamento, Jackson se encontraba el China, así que el lugar se veía más vacío que de costumbre, a pesar de querer aprovechar el tiempo a solas, el trabajo de ambos lo hacía imposible, y con solo un par de besos, se despidieron para ir a sus trabajos.

Strawberry Milk [JJ Project/Bnior]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora