Pensaron que podían vivir en paz, que ya no existía la maldad hasta que el dragón negro empezó a despertar.
¿que hará el hijo de Song Oh Gong cuando la encuentre a ella?
Aclaraciones: los personajes originales de la serie no son míos, los utilizo para hacer una bonita historia para ustedes y para mi; por que si, amo escribir cosa trágicas y eso; espero les guste, me ayudan con una estrella y un comentario para seguir.
Advertencias:
Lenguaje vulgar.
Escenas explicitas (mas adelante :#)
***
Cuando su padre decidió dejarla vivir en aquella casa, nunca pensó que tan difícil iba a ser pisar hasta el mismo suelo que su progenitor, o toda su gala de empleados que parecían no soportar la presencia de la chica.
¿Era por el tamaño de sus ojos?¿por el color negro corto de su cabello?...o por que veía espíritus. ¿ideas?
Orión era hija de un magnate muy poderoso en Corea, era vil, cruel y sin corazón; muchas personas lo conocían por marginar a aquellas personas que nacían de dos nacionalidades diferentes, también por ser el monstruo en la creación de modelos de autos.
Ella odiaba a su padre, Cheol OhYeong era un hombre que no la quería y la mantenía siempre en su cuarto-que era por mucho la torre de la mansión mas alejada- cuando habían reuniones de su papá, ella se ocultaba en su cuarto o iba a la iglesia, único lugar en donde los espíritus no la molestaban.
Orión era inteligente, a decir verdad, lo era por mucho. En su escuela destacaba por sus altas notas y honoríficos que recibía; pero también destacaba por su apodo..."niña fantasma". Desde pequeña ha visto espíritus, demonios aterradores que la molestaban y lo único que le servia de defensa era un rosario plateado que su abuela le regalo cuando era pequeña.
Gracias a su desgracia muchos niños la molestaban y la marginaban, incluso ahora, que ya estaba en secundaria, los abusos eran peores, en especial de aquellas niñas que ahora le echaban la culpa de la desaparición de Taeyon, la única persona que era buena con ella y la defendía con sus sutiles groserías.
- ¡sal maldita anormal! - gritaron entrando al baño donde Orión yacía oculta.
- ¿estas segura de que entró aquí Yeri? -
- claro que si Sojin, es Yeri, no dudes de ella -
Aquellas muchachas que entraron al baño eran hijas de empresarios, y por lo tanto, al haber crecido entre riquezas las malcriaron. Orión era a quien molestaban y humillaban, al no estar Taeyon para defenderla ella debía de esconderse.
¿por que no se defendía?, prefería ser golpeada a que su padre la encerrara de por vida en una torre, sin comunicación y sin poder hacer lo que quiere como rapunzel. Si, como la de la historia. Así que paso escondiéndose de los abusivos por mucho tiempo hasta ahora, en el que ya no tenia por donde escaparse.
- sal rata asquerosa - susurraron.
La niña podía escuchar como caminaban por todos los baños, empujando las puertas y aquel sonido que Yeri hacia con sus uñas decoradas al pasarlas por cualquier zona lisa solo le daba escalofríos. Con la mirada comenzó a buscar una salida, alguna puerta secreta que la sacara de ahí.
Y la encontró. No una puerta secreta como pensó, arriba del water estaba aquella ventana que la llevaba al patio trasero de su escuela, ese que los alumnos de tercero utilizaban para fumar y hacer sus porquerías.
Como pudo lo abrió en silencio y lanzó sus cosas al exterior, se subió a la tapa del wuater y con todas las fuerzas que tenía impulso su cuerpo hacia arriba, su estomago se encogió y tuvo que lastimar sus propias manos para arrastrarse.
- ¡está ahí! - gritaron.
No esperó a que alguna de las secuaces de Yeri la atrapara, como pudo se limpió el uniforme y salió corriendo por la mano derecha, donde se supone no había nadie a esa hora de la tarde. Justo tubo que haberse equivocado en sus suposiciones, por que si de haber sido así, no estaría chocando con chicos de primero.
La persona con la que se topó era uno de los de tercero, Lee Hansol, un chico rebelde que odiaba a las clases y siempre paraba defendiendo a chicos de primero o segundo de los abusones. Muchas chicas se morían por el, lo amaban tanto que hasta club de fans tenia.
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- que hace alguien de primero aquí - dijo con un tono de molestia.
Orión salto asustada y miró detrás de ella, vio como Yeri gritaba de furia.
- ¡lo siento! - susurro ahogada, se alejo del muchacho y salio corriendo, desapareciendo por los arbustos.
Yeri salió de una de las puertas que estaban cercanas junto a sus secuaces, cuando vieron a Hansol se asustaron.
- ¡Hyung! - soltó asustada y avergonzada.
- que hacen aquí - dijo molesto - no deben estar aquí.
- estábamos buscando a alguien - susurro Sojin.
- largo ahora - Hansol las miro impaciente - ¡ahora!
Las chicas salieron corriendo con el alma en sus bocas, no todos los días te encuentras con Hansol deambulando fuera de horas de clase.
*
Orión llegó al puente mas cercano de su casa, era un departamento en medio de la ciudad, a su progenitor le encantaba las cosas ostentosas y aquel flat de dos pisos era una de ellas. Tenía mas de 4 habitaciones, un comedor grande, un bar lleno de licores y una cocina en donde habían dos mujeres que hacían los tres almuerzos del día, un barman y un ama de llaves que odiaban a la hija de su amo.
Suspiro y se puso aquella mascarilla en su rostro, con silencio para que nadie se diera cuenta camino hacia la parte de atrás del edificio y se metió por la puerta de emergencia, como siempre saludo al señor Heo Jinho, un guardia de edad al cual le dejaba caramelos todos los días que salia.
- señorita Cheol, su padre esta arriba con la señora Rin - dijo el anciano recibiendo los caramelos de la niña.
- ¿con la bruja? - intento no mostrar una cara de incomodidad.
- suerte con ellos - susurro el señor.
Orión entro por el ascensor del estacionamiento, presiono el último piso y espero cómoda con el sonido irritante de la música.
Al llegar a su casa, toco dos veces la puerta, muy bajito para que la ama de llaves la escuchara, la puerta se abrió y la jalaron al interior.
- ¡que te he dicho de compórtate en tu escuela! - grito su padre sujetando su brazo con fuerza y haciéndola subir las escaleras, su amante solo miraba la escena tomando una copa de champagne - ¡sabes que no soporto que me llame el director y me diga que no faltaste a la ultima clase!
La cachetada que hizo que volteara su cara solo la dejo en silencio.
- ¡tienes que aprender a no molestarme maldita niña! - el señor Cheol se acomodó en su lugar y soltó el brazo de la chica - vendrán unos negociantes, no quiero que vengas, enciérrate o piérdete; aléjate de aquí.
Orión toco su mejilla y camino en silencio a su cuarto, que era la ultima puerta bien oculta tras un florero de palmera, como pudo entró a el y soltó su mochila. Tocó su mejilla con una expresión de angustia y dolor.
