11. Mes largo.

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Aclaraciones: los personajes originales de la serie no son míos, los utilizo para hacer una bonita historia para ustedes y para mi; por que si, amo escribir cosa trágicas y eso; espero les guste, me ayudan con una estrella y un comentario para seguir.

Advertencias:

Lenguaje vulgar.

Escenas explicitas (mas adelante :#)


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Había pasado un mes completo desde que Orión llego a la casa enorme de Mawang, el hombre había decidido adoptarla como su hija ante todas las personas de su compañía y amigos. 

Todo era tranquilo, los demonios de la casa parecían llevarse bien con ella.

Menos Ohyeon. Uf, el muchacho tenía el leve problema de que la chica se pegara como chicle a el, sabía que no debía ser malo con ella pero a veces escucharla y olerla cerca le causaba distracciones terribles que hacían que las cosas le salieran mal. Como aquella vez que estaba limpiando su auto y Orión salió de la nada sonriendo y buscando la atención del chico, Ohyeon terminó rompiendo el parabrisas con la fuerza de solo uno de sus brazos. O como esa vez en la que Seonmi le encargo que ordenara aquel repostero lleno de sus vasos de cristal favorito traídos desde París; Orión apareció por las escaleras y le sonrió, solo fue una sonrisa alegre por haberlo encontrado y el, bueno, su madre se enojó por completo cuando encontró todos sus vasitos rotos. 

- ¡Ohyeon! - la suave voz de Orión lo sacó de su estupefacción, los platos que lavaba como castigo cayeron de sus manos y quebraron otros que estaban dentro del lavatorio - ¡oh dios, lo siento, te asuste! 

Ohyeon se tensó al sentir la presencia de ella a su lado, el calor y el leve aroma que emanaba ella lo dejo idiota como las otras veces en la que la veía.

- estas sangrando - susurró ella tocando su mano.

Un escalofrió recorrió su espina dorsal con solo un leve toque de ella. 

Haeah te va a matar.

Su inconsciente volvió a saltar.

- disculpa...es que quería pedirte un favor...no he visto al tío Mawang para decirle que quiero volver a la escuela y no se si tu puedes...uh, ya sabes, decírselo si sales - susurró con la mirada en su mano mientras mojaba el corte en el dedo anular del chico.

Ohyeon suspiro y dejó de sentir el tacto de la chica cuando la aparto con cierto toque de fuerza, no quería hacer eso pero debía dejarle en claro que no le agradaba su presencia a su costado.

- le diré cuando lo vea - susurró - ve a tu cuarto.

- ¿eh?, pero si estoy todo el día metida ahí - susurró con tristeza, no quería que lo escuchara.

Aunque Ohyeon tenía unos oídos superdotados así que si logró escucharla.

- ¿y tu amiga la muerta? - preguntó regresando a sus quehaceres.

- Taeyon - 

- si, la muerta - respondió el - ¿por que no esta contigo?, los primeros días estuvo rodeándote y soltando groserías como posesa mientras me miraba de mala manera.

- ah, Taeyon suele ser muy directa y a odiado a las personas - susurró ella apoyándose contra la refrigeradora - a la humanidad en si. Pero es buena persona, siempre me ha defendido de las matonas de la otra vez, le tengo una gran admiración.

- igual que yo - susurró Ohyeon - desde esa vez que aleje a esas chicas me has seguido.

Orión no le creía, pero supuso que era cierto, había estado viendo a Ohyeon todos los días y siempre mencionaba su nombre las 24 horas al día.

La odisea del amor (The Korean ODYSSEY/화유기)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora