Pensaron que podían vivir en paz, que ya no existía la maldad hasta que el dragón negro empezó a despertar.
¿que hará el hijo de Song Oh Gong cuando la encuentre a ella?
Aclaraciones: los personajes originales de la serie no son míos, los utilizo para hacer una bonita historia para ustedes y para mi; por que si, amo escribir cosa trágicas y eso; espero les guste, me ayudan con una estrella y un comentario para seguir.
Advertencias:
Lenguaje vulgar.
Escenas explicitas (mas adelante :#)
***
Siseo al sentir el ardor en su labio y en su mejilla al poner las gasas, con cuidado coloco las cintas en la zona herida, luego se miro en el espejo.
Su piel lucia mas pálido de lo normal, aquel moreton bajo su ojos estaba desapareciendo pero el otro en su cuello estaba fresco, sus ojos eran grandes, de un color marrón oscuro, no parecía coreana en nada. Y era pequeña, muy pequeña.
El uniforme de Orión estaba desordenado, tenía manchas de polvo y los botones de la camisa desabotonadas. La parte de la rodilla de su pierna estaba arañada y de el salia sangre, no había podido hacer mucho con el, si colocaba curitas estas se mojarían y de nada serviría haber limpiado aquella zona para que luego se volviera a mojar.
¿Por que estaba toda herida y moreteada? , Bueno, había peleado hasta romperle la nariz a Yeri luego de que ella y sus secuaces la llevaran a la parte de atrás de la escuela e hicieran de la suyas. Estaba muerta si regresaba a su casa, su padre ya debería de haberse enterado a esas alturas de todo.
Sintió una opresión en su pecho y no evito soltar un gemido de dolor, uno, por que ella no había pedido ver fantasmas, y dos, tener un padre como el suyo. La golpearon por que la encontraron hablando sola en el pasadizo, la chica miraba la pared como si estuviera loca y eso a Yeri le dio una oportunidad de molestarla.
- ¿Orión? - escucho la voz delicada de Taeyon detrás de ella.
Taeyon era una chica muy bonita, muchos chicos de la escuela querían salir con ella o meterse entre sus piernas, pero siempre se negaba por que prefería a las mujeres. Era pequeña y tenia la cara de una niña de 14, su cabello era corto y de color café oscuros, siempre se pintaba de rosa los labios y de ellos salían groserías que superaban a cualquiera.
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- ¡no ahora Taeyon! - susurro Orión dolida, no quería echarle la culpa a su amiga, pero por ella fue que la golpearon.
- lo siento, si no hubiera aparecido en ese momento no te hubieran golpeado...¡por la mierda! - soltó llorando.
Orión se entero de que su amiga estaba muerta luego de que apareciera frente a ella la semana pasada en su baño, el rostro de Taeyon estaba pálido y llevaba el uniforme de la escuela, tenia marcas en el cuello de que había sido estrangulada.
- no, lo siento,no debí haberte gritado, tenia que decirte e ir a otra parte - respondió Orión llorando - siempre es mi culpa Taeyon, mamá hubiera vivido si no nacía, papá no me odiaría ahora, no vería espíritus y hasta me podría defender si no fuera por todo. No quiero esto.
Taeyon miró a su amiga, intento darle consuelo pero no podía tocarla como las otras veces, estaba muerta.
Orión dejo las gasas a un lado y vio las cicatrices en sus muñecas.
- Tu me salvaste la última vez...no habrá vuelta atrás - Orión miró su reflejo en el espejo del baño, con cuidado saco el collar que su abuela le dio antes de morir, era una estrella pequeña de color dorada, era el único recuerdo que tenía de ella. Con cuidado se lo saco y lo dejo a un lado.
Camino hacia la puerta de su cuarto y salió hacia el comedor, su padre no estaba y tampoco la ama de llaves, de seguro se había metido a su cuarto a ver alguna novela, en silencio abrió la puerta de su casa y se dirigió descalza hasta la salida de emergencia.
- que haces Orión -
- lo que empece aquella vez - susurro dolida - ni si quiera te pude salvar Taeyon, estas muerta y este don al que llamas no me a ayudado nunca. No quiero vivir así.
Taeyon comenzó a alarmarse, no podía tocar nada y tampoco ayudarla estando muerta.
Había escuchado en aquel puente donde apareció tras su muerte sobre un demonio que quería convertirse en divinidad, así que no espero mucho y desapareció, si quería ayudar a su amiga tenía que hablar con un demonio de alto riesgo, según los libros de su madre, una budista, acercarse a un demonio le costaría la vida...pero a esas alturas ya estaba en la otra vida.
Apareció en diferentes partes, en una alcantarilla, un bar, un edificio, su casa y al final logro hallar el lugar que quería.
Era el edificio de aquel hombre que tenía a varios modelos y actrices, Entrenamiento Lucifer, a Taeyon le sorprendió lo joven que se veía a pesar de tantos años.
- hey tu - escuchó, pensó que llamaban a alguien mas pero un chico se paró frente a ella, era alto, de piel blanca y su cabello lucia perfecto - espíritu, que haces aquí.
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Taeyon se sorprendió, no solo por que la veían, si no que era el hijo de un actor famoso, Dohyun.
- ¿me puedes ver? - pregunto la chica.
- claro que si muerta, que haces aquí, ¿necesitas que te lleven a la luz?, por que si es por eso, Mawang no esta y...
- ¡necesito su ayuda...no importa que es, mi amiga esta a punto de suicidarse! -
- ¿tu amiga? - se rió el chico - los muertos no pueden reír.
- Orión esta viva, de carne y hueso, ella se va a suicidar - Taeyon dijo exasperada.
El chico pensó que aquel espíritu bromeaba, pero luego todo cambió cuando comenzó a oler en el aire un aroma delicioso, tanto que le dieron ganas de comerlo. Se tapo la nariz y vio a la niña frente a ella.
- oh dios...esa es la flor de loto...según la tía Seonmi, solo una persona puede tener ese aroma -
Taeyon lo vio confundida, Dohyun tomo a la chica de la mano y ambos desaparecieron.
