14. Un día con Ohyeon

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Aclaraciones: los personajes originales de la serie no son míos, los utilizo para hacer una bonita historia para ustedes y para mi; por que si, amo escribir cosa trágicas y eso; espero les guste, me ayudan con una estrella y un comentario para seguir.

Advertencias:

Lenguaje vulgar.

Escenas explicitas (mas adelante :#)

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- muy mal señorita - dijo la señora Seonmin mirando a Orión, la mujer estaba molesta por haber recibido las noticias que se agarró a trompadas con otras chica de su salón, incluso casi la expulsan por aquello - el director fue bueno, solo te puso un castigo.

Ohgong estaba sentado a un lado mirando el televisor, de vez en cuando escuchaba la conversación de su mujer, le daba risa como actuaba de madre de nuevo, cuando Ohyeon hacia travesuras ella lo castigaba y le decía que las malas juntas no eran buenas.

- y como así la golpeaste - preguntó Seonmi.

- ¿Le diste en la cara? - preguntó curioso Mawang.

- si -

Mawang sonrió.

- buen señora Seonmi, debe haberse defendido bien de la abusadora esa, ya le dije al director que si vuelve a pasar, que me avise, puedo hacer que esa niña que te estuvo molestando vea el infierno - sonrió acomodando su traje de gala.

Orión había pensado que todo iba a ser un caos cuando se enterasen de que peleo con alguien, pero fue tan grata su sorpresa de que incluso Ohgong y Mawang le preguntaran si había ganado la pelea.

- pero eso no te salva de un castigo niña, y se que serás de gran ayuda como siempre lo es Ohyeon -

La chica no entendía.

- ¿también con ella? - pregunto Ohgong mirando de reojo a la chica - bueno, es samjang ahora.

Y siguió sin entender, a penas vio que Ohyeon bajaba por las escaleras se alegró. El chico tenía un saco largo de color negro y unos jeans de color claro cómodos, las zapatillas adidas lo hacían ver mas guapo, no sabía el por que.

- niño, desde ahora te llevaras a Orión - habló Mawang - mientras, debo irme a ver a unos hombres, necesito hablar de algo urgente.

Ohyeon se quedó mirando a la chica, aquel uniforme le hacia ver mas pequeña, se sintió un pedófilo por que el ya había vivido bastante tiempo, los demonios eran de por si diferentes a los humanos.

- ¿a donde vamos? - preguntó curiosa.

- El trato que hicimos con Ohyeon para que no vaya a la escuela y aprendiera en casa era que debía de ayudar a Mawang a cumplir sus años ganando puntos para los cielos, tenía que salvar a las almas perdidas y a los humanos de los demonios - comentó Seonmi acercándose a Orión - Mawang necesita ayuda, en un tiempo también estuve con eso y no me fue tan mal.

Su esposo soltó una risa nasal, como burlándose.

- y moriste- susurró Ohgong en son de broma

Orión trago duro.

- pero ahora tengo una bonita familia...ese no es el punto - la mujer rodó los ojos y miró a su hijo - ira contigo así que cuídala.

Ahora Ohyeon no solo tenía que cumplir su trabajo, si no que debía estar al lado de la chica que le gusta a su primo, y no sabía que era lo que sentía por la muchacha en ese momento. Oh, estaba tan frito como para admitir su verdad.

Ambos chicos salieron de casa tranquilos, ella se puso encima una casaca por el frío y se dejó el uniforme por que le dio flojera cambiarse, en su mano estaba la sombrilla amarilla de la cual jamás se separaba.

- ¿a donde debemos ir? - preguntó la chiquilla mientras intentaba seguir el camino de Ohyeon.

El muchacho sonrió, por alguna razón, que la chica estuviera detrás de el preguntando a cada momento le hacia sentir cómodo, cuando el salía solo a hacer sus labores, usualmente estaba callado y solo. De vez en cuando Dohyun lo acompañaba y este no dejaba de mensajearse con Hanbyul, así que casi no hablaban.

- hay un espíritu que está atormentando a una familia por aquí- comentó el muchacho mirando de reojo a Orión.

- ¿cómo sabes que los atormenta? -

El chico no quería decir como se enteraba de aquello.

- bueno...hay una página para desesperados y publican sus molestias, Dohyun y yo lo creamos hace tiempo, queríamos hacer más fácil mi trabajo - murmuró acomodando su saco - es tonto, lo se.

Orión soltó una risa nasal.

- claro que no, es ingenioso, si hubiera encontrado esa página hace tiempo en aquellos dias que tenía miedo se mi misma...me hubieras ayudado -

Orión se avergonzó de decir aquello tan repentinamente, así que comenzó a caminar con mas rapidez, intentando que Ohyeon no mirara su cara roja.

- espera - habló Ohyeon.

- ¿hm? - murmuró volteándose.

- es aquí donde debemos entrar - dijo señalando la casa del costado. Era grande y parecía de ricos.

Ohyeon toco el timbre y espero a que abrieran, volvió a mirar a la chica y noto que estaba nerviosa, a punto de preguntarle que le pasaba, la puerta se abrió.

El chico que salió de sorprendió al ver a la muchacha frente a él, Ohyeon se fijó en el uniforme que tenía el chico.

- ¿la rara? - se burló - no bromees.

Orión miró el suelo y silencio.

Ohyeon se sintió molesto por alguna razón, quería agarrar a ese chico y darle un golpe con fuerza, pero se contuvo.

- vinimos por el mensaje a la página, soy Son Ohgong, servicios especiales de fantasmas - habló mostrándole la tarjeta.

- que haces aquí ni... - a punto de soltar alguna grosería, Ohyeon detuvo al chico.

- quieres que saque el mal de tu casa o quieres que lo deje y lo empeore - murmuró Ohyeon sujetando al chico de su camiseta.

El muchacho, a quien llamaremos Bobo, asintió temeroso by entró a la casa dando paso a ambos chicos.

Orión de inmediato saltó al ver como un espíritu paso frente a ella, Ohyeon la sujeto de la cintura antes de que resbalara con sus propios pies.

- gracias - murmuró.

Ohyeon se fijó en el espíritu que la había asustado, era un hombre con mirada oscura y su aura era negra, definitivamente un demonio.

- ¡oye! - se quejó con molestia.

- oh, esto es nuevo, la samjang de este ciclo esta en esta casa -

El compañero de clase de Orión no entendía por que se quedaban mirando la pared como locos, tan solo se preguntaba que cosas iba a usar en contra de la chica el día de mañana.

- ¡basta, deja de joder a esta familia! - gritó Orión.

- ¡Jajajaja, dijeron que las samjang eran groseras! - rió el demonio - pero tu eres de por si muy grosera.

Ohyeon ya estaba en su limite.

- querido cliente, puede ir a su cuarto, mi ayudante y yo haremos el trabajo de sacar el espíritu de su casa - sonrió Ohyeon empujando al chico hacia las escaleras - no salga hasta que se lo diga.

El chic asintió y comenzó a subir las escaleras.

- jajaja, ¿creen que pueden sacarme? - se burló el demonio.

- claro que si - respondió Orión - el tiene esto.

Orión levantó la mano de Ohyeon, la cual tenía el abanico que heredó de su padre, era de color blanco y llevaba un listón de color ojo en el mango.

El chico sonrió y agitó un poco su mano, una ráfaga de luz salió y cayo en el pecho del demonio, el cual comenzó a quemarse.

- ¡No, el gran demonio! - 

Orión sonrió, no iba a ser tan malo estar castigada.

La odisea del amor (The Korean ODYSSEY/화유기)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora