Caballero y Doncella

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¿Por qué me acusáis de no amarte?
Ya sabéis que el sentimiento, no sabe de razón.
Dejad de ponerle negativas a éste amor,
cuando sois la razón que se halla tatuada en mi corazón.

No penséis... Ni por un momento, en olvidarme.
Vuestra negación, solo aumenta mi tormento.
No pongáis barrera a lo nuestro os lo pido,
que me desangro en versos, imaginando los labios vuestros.

En la lejanía te observo presumida,
dueña de altiva belleza que me acongoja...
Triste, al verte pasar, por mí culpa cohibida,
y mi alma lloriquea suspiros que el viento aloja.

Mujer.. ¡Ámame como yo te amo!
Detened tu mano en éste impío pecador.
Sonreíd con las letras que por vos nacen,
Do mis ojos, residen crucificados.

No permitáis que las rosas no florezcan...
O que el canto de los pájaros se detenga...
No permitáis que éste lacayo muera,
resumido en cenizas, del ser que antes de ti fuera.

las letras de mi alma.

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