Los personajes le pertenecen a la grandiosa Rumiko Takahashi
- indica dialogo
"indica pensamiento"
"habla bestia interna"
Kagome
Todo en el castillo le parecía sorprendente, desde la diversidad de yokai que vivían hasta el castillo mismo, la primer persona en conocer fue al general Hitoshi Gekkota, de complexión robusta; por lo que había escuchado de las sirvientas tenía una fuerza y agilidad solo superada por el Daiyokai, sus escamas azules le brindaban una protección ante el fuego y sus ojos eran de un color platinado dándole un efecto de que eran completamente blancos, solo su pupila de un intenso negro señalaba la vida en su visión.
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Hitoshi la atendió cuando Seshomaru se retiró, fue muy cortes con ella y le indico la habitación que ocuparía además de que le presento a una de las sirvientas la cual se encargaría de ayudarla en todo lo que necesitara, la joven yokai llamada Kasumi tenía unas lindas orejas como las de Inuyasha, sus ojos eran de un azul profundo y su cabello era como miles de hilos dorados, aparentaba una edad de 10 años, era algo tímida pero al platicar un poco con Kagome se tranquilizó dejando relucir lo dulce y atenta que era, le alegro mucho a Kagome tener con quien conversar además que su forma de comportar la serenaba.
Al día siguiente se levantó muy temprano para preparar el desayuno de Seshomaru pues este le había indicado que era una de sus tareas, después lo ayudo con su trabajo en la oficina pero lo que la sorprendió mucho fue la absurda orden que le dio.
"Ayudar a Seshomaru en el baño, es completamente irracional, no lo voy a hacer, diga lo que diga no pienso seguir esa orden"
Caminaba hacia su dormitorio a paso veloz mientras pensaba en el yokai y como evadir su orden, al llegar a la puerta había tomado una decisión
"le demostrare a ese testarudo Daiyokai que es una pésima idea el tenerme ahí como sirvienta, solo falta pensar como lo haré"
Con ese pensamiento se recostó en la amplia cama, cubrió con su brazo sus ojos para evitar la luz del sol que entraba en la habitación mientras seguir planeando su estrategia.
La noche llego y ella estaba tan sumida en sus pensamientos que no noto la intrusión del yokai en su habitación hasta que este azoto la puerta detrás de él.
Su furia era palpable para Kagome, entendía la razón pero no se arrepentía de su actitud
-¿Por qué no me obedeciste?-
-No tengo porque obedecer tan estúpidas peticiones- giro su cabeza para apartar la vista de la iracunda mirada del Daiyokai
-Veme a los ojos y dime ¿a quién debes tu patética vida? ¿A QUIEN DEBES OBEDECER?-
