30 Lágrimas de Tinta

Día 2

Día 2: Escribir sobre la historia de amor de alguien cercano.

Cuando pienso en un amor en la vida real se me ocurre la de las dos personas que me trajeron al mundo. Sí. Mis padres.

Empezaré diciendo que se conocieron de casualidad, o quizá no, en el trabajo de mamá. Ambos estaban solteros y sin apuros. Parece que fue lo que la mayoría llama “amor a primera vista”, porque el galán de mi padre siguió yendo el resto de los días a ver a mi madre siempre comprando lo mismo. Muy tierno, ¿no?

No tengo experiencia en el amor así que diré que al principio todo era color de rosas, al igual que en las novelas. Citas, pasar el día juntos, compartir gustos, hacer pequeñas escapadas hacia la naturaleza que nos rodea, etc. Hasta que llegó la gran pregunta. ¿Quieres que seamos marido y mujer? Claro que aquí mi padre no se arrodilló ni mi madre lloró a moco tendido porque la pregunta surgió tras una larga conversación. Pero oye: en la mayoría de los libros el chico le propone matrimonio a la chica después de muchísimo drama y peleas de por medio. Siendo honesta no sé qué sucedió en ese tiempo, pero conociendo a mi padre que él no es celoso y mi madre que prefiere callar para evitar conflictos… supongo que todo iba perfecto.

No tuvieron la gran boda (o casamiento como me gusta más decirlo) pero sé que fue un lindo momento. Tampoco sé si tuvieron la famosa luna de miel pero sí que al tiempo recibieron la noticia de que yo venía en camino.

Ahora quiero hacer una pausa en el tiempo  porque cada vez que hablo con mi madre sobre la relación con mi padre me cuestiono muchas cosas. No sé qué sucedió, no interesa las veces que lo escuche no le encontraré el sentido: ¿qué sucedió?

Mientras escribo esto imagino la vida amorosa de mis padres dentro de un domo de nieve y, de pronto, se cae y se rompe en miles de pedazos. Nadie entiende el por qué se rompió ni quién lo movió, sólo se ve todo desparramado. Porque es exactamente lo que sucedió después del casamiento; había algo que comenzaba a amenazar la relación de ellos.

Daba la impresión de que mi padre poco a poco se convertía en un sujeto irreconocible, ya no era el hombre paciente y tierno de antes. Pero a la vez admiro la valentía de mi madre y su enorme corazón para perdonar las cosas que siguieron después. Entonces me lleva a preguntar: ¿es realmente una historia de amor? ¿Realmente existe amor entre éstos dos? Porque cuando yo me pongo en su lugar, definitivamente no perdonaría que me hagan esas cosas y me preocuparía por mi integridad primero.

¿Realmente ellos siguen juntos porque se quieren o porque no quieren estar solos? ¿Hasta qué punto llegó la dependencia? Porque los años pasaron y cada vez fue peor. Donde ya no sabía si él mentía, si ella fingía o si yo estaba delirando y buscando un culpable.

No siento que ésto sea exactamente una historia de amor porque hubo más lágrimas y tristeza que felicidad. Lo único que traía un poco de alegría era yo cuando mostraba mis calificaciones o cuando obedecía sin oponerme.

Pienso que mis padres son extremadamente fríos y me decepciona un poco no ver una historia de amor más cálida y hermosa. Quizá esa sea la razón por la que soy igual de inexpresiva. Actualmente las cosas están tranquilas, por lo menos se llevan un poco mejor pero sigo sin sentir que esto sea verdadero amor.

Entiendo que las relaciones no son fáciles y siempre habrá diferencias en una pareja pero, ¿hasta qué punto debe uno ceder? ¿Hasta qué límite se debe soportar pero que no sea  consideraba a la vez una relación tóxica? Y no sé si mi madre está ciega porque creció en una época conservadora pero me asusta que niegue el machismo que sufrió. Porque, al final, es lo único que reconozco.