Día 12

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Día 12: Escribir sobre una pérdida

Perdí una persona que no conocía.

Me llamaron llorando y maldiciendo, mientras yo aguantaba pacientemente tratando de comprender lo que ocurrió. Cuando mi mente hizo click, me había quedado sin palabras. Helada. Y al rato me sentí mal por no saber consolar a los demás.

Entonces pensé, recordé el pasado -que para mí es confuso- y busqué razones del por qué. Pero más pasaba el tiempo y más vil me volvía. Me decía que no lo conocía, lo único que nos unía era un árbol genealógico. Nunca hizo por contactarme y yo tampoco, porque tengo esa convicción de que si el otro no muestra interés entonces no debo insistir.

Investigué un poco -en momentos así nadie quiere dar detalles-, uní la piezas pero siguen faltando. Aún así pude ver el rompecabezas casi completo y, es ahí cuando la tristeza y la ira aparecieron.

Se fue sin más, sin despedirse de nadie, sin explicar el por qué o pedir ayuda. Se fue y para todos es un misterio su ser. Pero lo que duele es que nunca más podremos volvernos a ver. Miré las fotos que me mandaron, en ellas había un hermoso chico alto y delgado como un palillo que irradiaba de felicidad. Imaginé nuestro encuentro y cómo sería nuestra relación. Imaginé sus chistes, payasadas y todo lo que hacía para sacar una sonrisa a los demás.

Sentí ira porque siempre estuvo gritando en el silencio. Siempre hubo una señal, un llamado de atención. Pero todos estuvieron inmersos en sus mundos que lo ignoraron. Lo menospreciaron, lo subestimaron. Y él se fue sin saber la verdad.

Me quedaron vagos recuerdos sobre la infancia pero en ese entonces le tenía miedo y cierto desprecio porque no entendía su manera de actuar. Pensaba que él me odiaba o no me quería y eso me llevó también a alejarme, para estar a salvo.

Duele pensar en su sufrimiento, lo perdido que estuvo, la soledad y tristeza que atravesó. Me hubiera gustado estar ahí para darle mi mano o unas simples palabras. Porque descubrí que lo quiero, aún sin conocerlo.

Se cumplirán tres meses de su partida pero él siempre estará en nuestros corazones y mentes, recordando ser el chico perdido que buscó ayuda pero, culpa de la negligencia, decidió buscar la salida más rápida. Y más dolorosa.


Nota: aprovecho este espacio para pedir que todos debemos informarnos sobre la salud mental y las enfermedades. Nunca sabemos si alguien está sufriendo o atravesando una depresión, porque nos ignoran y no nos creen. Siempre hay una señal, una pista, siempre hay algo que nos avisa pero está en nosotros aprender a leer e interpretar.

30 Lágrimas de TintaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora