capítulo decimo primero:Siempre te protegeré

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Bueno! nuevo capítulo, siento que debo de ponerme a trabajar más a menudo, chamos, se acerca el final! ustedes decidirán, ¿quieren final triste o final feliz? O prefieren un final abierto, en fin, ¡espero que les guste este nuevo capítulo!

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Desde el día de su boda, uno podría decir que las cosas entre la feliz pareja pudieron cambiar, tal vez, inclusive para mal; sin embargo, nada estaba más alejado de la realidad que eso, ya que luego de la primera noche, ambos parecían poseer mejor humor que nunca, Dice, con una radiante sonrisa, atendía de forma precisa e inteligente el casino, generando muchísimas ganancias, cosa que a su "suegrito" querido ponía de mejor humor, éste, por su parte, parecía haber aflojado la mano que se cernía sobre el cuello de sus deudores, a aquellos a los que cazaba sin piedad alguna, obligándolos a pagar sus condenas y recogiendo los contratos después de derrotarlos en batallas a cual más, peligrosas de las que los deudores nunca salían bien parados; más sin embargo, desde el día de la boda de "su hija" se mostraba más indulgente con aquellas almas en desgracia que por una cuestión u otra, habían entregado sus almas a cambio de, sea dicho, favores, dinero, poder, o cosas parecidas. Dice, aún con cierto grado de cautela, le recordaba cobrar sus deudas de vez en cuando, ganándose una sonrisa cargada de los más puros y tiernos sentimientos que el demonio tenía por él; éste,tomándole de la mano, estando solos en su oficina, repetía siempre las mismas palabras para tranquilizar a su ya muy preocupado gerente sobre las situaciones con los deudores 

-Iré a cobrarles mañana, lo prometo-aunque claro, era una de las mas grandes mentiras que podía decir, pues el demonio, o se olvidaba de ello, o simplemente dejaba que los días pasasen; así transcurrió su primer año de maridaje, con la alegría bien oculta y reservada tras bambalinas, donde además de palabras de amor, caricias y besos, compartían las inquietudes del otro durante pláticas nocturnas a la luz de la luna, bebiendo café mientras el demonio pedía, como siempre, a Dice que cantase una de las canciones que más le gustaban, Dice nunca se negaba y cantaba con una voz calma y tranquila, haciendo que el demonio olvidase inclusive que era el señor de la oscuridad y la maldad, haciéndole sentir tan vivo como cualquier habitante de Inkwell, con una vida apacible y tranquila, donde las posibilidades eran infinitas y casualmente, nada podía salir mal. 
En la primavera de su segundo año de matrimonio, Dice recibió de nuevo, como cada año, el ramito de violetas sin tarjeta y con un poema escrito del puño y letra de su jefe mientras trabajaba en el casino; Dice se apartó de todos, como siempre, para leer la carta envuelta en fuego fatuo de color verde mientras pegaba el ramo a su rostro, cerrando los ojos para olfatear el suave perfume que despedían las violetas frescas y recién cortadas. Se preguntaba si su jefe se pondría a buscar esas flores por todo inkwell o si tendría un plantío escondido de la vista del mundo por ahí en el casino... o a las puertas del infierno, tal vez en algún momento le preguntaría; desenvolvió el papelito cuidadosamente enrollado y comenzó a leer para sí en silencio lo que aquella misiva decía, dibujándose con cada párrafo que leía, una ligera sonrisa en sus labios, mientras un purpureo sonrojo iluminaba su rostro

"Cuando la luna resplandece en el firmamento, 
veo en ella el relucir de tus ojos verdes,
tu sonrisa tan clara como las aguas del mar apacible llena de fervor y gozo mi pútrida y condenada alma,
 la serenidad y jovialidad que despides es más hermosa que cualquier perfume que hubiera tenido la oportunidad de oler jamás,
Eres mi vida, y te quiero
-Siempre tuyo, tu demonio favorito."

Con esas palabras terminaba la carta, oh, su esposo sí que sabía como sacarle una sonrisa con solo un par de palabras, en silencio, dobló la pequeña hoja encendida en fuego fatuo para guardarla en el bolsillo de su saco, dejando con cariño el ramo de violetas sobre su escritorio para después volver a salir a continuar con su trabajo; El demonio, en silencio, le contemplaba oculto en la oscuridad, sonriendo al sentir como el alma de Dice se llenaba de alegría, de cierto modo, eso le hacía sentir que no era tan malo después de todo.

bunch of violets(DevilDice)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora