Capítulo 1

5.1K 239 6
                                    

(Lorena)


Tranquila, tranquila, tran... Dios estoy temblando ¿Y si también sale mal? ¿Estaré bien? Que nervios. Estaba frente a la puerta de la clase.

Hoy es mi primer día de clase, ya son más de cinco cambios de instituto. El motivo de cambiar siempre era el mismo. En todos los institutos acababa siendo acosada por mis compañeros por una mentira que en perseguía.

Vamos Lorena respira, inspira, expira, Inspi...

-¿Te has perdido? –interrumpió alguien.

Al girarme vi que era mi tutor. Me lo habían presentado el día que viene con mis padres a matricularme.

-No, solo estoy nerviosa.

-Tranquila, vamos –dijo abriendo la puerta de clase- sentaros todos, va. Hoy tengo una noticia que daros. Tenemos una nueva alumna, espero que os llevéis bien.

Me quede quieta en el pasillo. Vi a mi tutor haciéndome gestos para que entrara en clase. Di un paso hacia delante, quedando bajo el umbral de la puerta.

Todos empezaron a murmurar cosas sobre mí, no entendía que decían pero sabía que era sobre mí por las miradas. Iba a ser la comidilla de la clase.

-Os presento a Lorena, a partir de ahora estará con nosotros tratarla bien. Siéntate ahí.

Me señalo el único asiento libre que era el penúltimo asiento de la fila de la pared. Me senté y la clase empezó.

Delante tenía a una chica rubia y atrás a un chico rubio. Hubiera preferido sentarme en la última mesa.

En cuanto acabaron las primeras clases cada uno se fue con su grupo de amigos a almorzar.

-Hola, Soy Sara –dijo la rubia girándose.

-Lorena –me presente.

-¿Quieres almorzar conmigo? –Me pregunto sonriendo.

-Claro.

Nos levantamos y nos fuimos a la cafetería.

-¿Cómo que te has venido a este instituto?

-Nos tuvimos que mudar de ciudad por el trabajo de mi padre –mentí.

-Que guay, espero que nos podamos llevar bien.

-Yo igual.

Seguimos almorzando y me presento a muchas personas, no solo de nuestra clase sino de otras clases también, pero fueron tantos que me olvide enseguida de los nombres. Poco a poco ya me los aprenderé.

Acabo el descanso y volvimos a clase. Sara me paso un papelito.

"¿Quieres ir al centro comercial después de clase?"

Le conteste que sí. Me hacía ilusión.

En cuanto acabaron las clases mande un mensaje a mi madre diciéndole que me iba de compras con una compañera. Me respondió que lo pasara bien.

-Vamos.

Fuimos caminando, dando una vuelta, mientras me hablaba sobre cosas del instituto, me hablo sobre los compañeros quien estaba con quien y cotilleos similares que en el fondo a mí no me importaba mucho pero era divertido verle hablar con tanta alegría, se notaba que se llevaba bien con todos.

-Tengo que comprarme un bañador nuevo para las clases.

-¿Haces natación?

-Claro, en gimnasia hacemos un día de natación cada semana.

-¿En gimnasia?

-Si ¿Tu también tienes que comprarte uno?

-No –digo- yo no puedo hacer natación.

-¿Y eso? –pregunta confusa.

-Tengo un problema y no puedo hacer ejercicio.

-¿Cómo es eso?

-Sufrí un accidente pero no me gusta hablar de esto.

Lo dije para cortar el tema, no quería hablar de eso. No quería que me juzgaran sin conocerme como habían hecho en los otros institutos donde había estado. Había mentido antes, no nos habíamos mudado por el trabajo de mi padre sino por mí, porque da igual a donde vaya siempre acaban por saber sobre mí y odiarme todos hasta el punto de ir a por mí.

-Vaya palo –dijo con pena en la voz.

-No pasa nada.

Se estuvo probando trajes de baño, le aconseje, dentro de lo permitido por la escuela y acabo comprando dos muy monos. Luego pasamos a ver ropa de verano, me compre una camiseta de manga corta rosa aunque Sara me insistía que mejor la de tirantes o escotadas por la espalda ya que con el calor estaría bien, pero no me gusta mostrar mi espalda.

Tengo un gran complejo con mi espalda. Es un motivo por el que mis antiguos compañeros abusaban de mí. Desde mi accidente tengo una marca de quemadura por toda mi espalda. Me queme en un incendio, por culpa de otra persona, pero eso es otro tema.

-Vamos a parar un rato ¿y tomamos un refresco? –pregunto a salir.

-Si por favor. Que calor –dijo abanicándome con la mano.

-Si hoy hace especial calor.

Fuimos al local más cercano, nada más entrar vi al chico rubio, que se sienta detrás de mí en clase, junto a un grupo de chicos que rápidamente reconocí que eran de clase.

-Mira Lorena, los chicos, vamos –me cogió del brazo y me llevo hasta ellos- Hola.

Todos nos saludaron, por vergüenza salude con la mano y sonriendo.

-¿Nos podemos acoplar? –pregunto Sara sonriendo.

-Claro –dijeron y empezaron a hacernos sitio.

Sara se sentó junto a la chica y a mí me toco frente a ella al lado del rubio.

-¿Te acuerdas de sus nombres, Lorena?

-Lo siento, me has presentado a muchas personas.

-Que graciosa. Ella es Paula –la chica de al lado suyo- Él es Raúl –chico moreno con crestita- Frente a Raúl esta Shaun –un chico también moreno pero con el pelito algo más larguito que el resto, rollo kpop- Y por último él es Sebastián.

-Eres la nueva ¿no? –pregunto Sebastián, el rubio de mi lado.

-Sí, hoy ha sido mi primer día de clase.

-¿Y qué hacíais aquí? –pregunto Paula a Sara.

-He ido a por bañadores para piscina y Lorena me ha ayudado a elegirlos. Tiene muy buen gusto.

Estuvimos un rato charlando en el local y luego nos pusimos a dar una vuelta por allí. Se nos hizo tarde, el sol ya se había ido cuando empezamos a volver a casa. Algunos habían tomado ya un autobús otros habían cogido un camino diferente. Ahora yo caminaba sola hacia mi casa.

Me había divertido mucho, eran todos muy amables. Tenía ganas de volver a verlos mañana. Había ido genial el primer día de clase.

Durante la cena le explique a mis padres como había ido mi día, ellos se veían felices también.

Marcas imborrablesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora