El colegio era enorme. Llevabamos como una hora andando y tan solo habíamos visto la planta de las chicas, algunas aulas y la cafetería. En el poco tiempo que habíamos pasado juntas me había dado cuenta de que Victoria era una chica orgullosa, poco confiada y reservada. Chloe en cambio era alegre, cariñosa e ingenua. Ambas llevaban en el internado más de tres años, y por lo que había podido observar eran bastante populares allí.
Nos dirigimos a la parte de atrás. Salimos por una gran puerta y me encontré con una especie de jardín con un camino de arena que llevaba a una gran fuente. Muchos alumnos estaban sentados por el cesped hablando animadamente.
-¡Mira! ¿Ese no es Cam?- exclamó Chloe señalando a un chico moreno que estaba sentado cerca de la fuente. Chloe empezó a gritar su nombre y el muchacho se giró. En cuanto la vio sonrió y le indicó que se acercara con la mano. Chloe y Victoria no se lo pensaron más veces y fueron directamente hacia aquel chico, seguidas por mí.
-¡Chiiicas! ¿Qué tal el verano?- las saludó levantándose. Les dio a cada una un abrazo y yo me quedé más apartada. Segundos después aparecieron tres chicos más: uno con el pelo negro y ojos celestes, otro con el pelo rubio y un poco ondulado y el último muy alto y castaño. Hicieron lo mismo que su amigo y saludaron a mis compañeras con exclamaciones y abrazos. Empezaron a hablar todos a la vez mientras yo seguía ahí de pie sin moverme observándoles. Fue entonces cuando el de pelo marrón posó sus ojos almendrados en mí y frunció el ceño.
-¿Quién eres tú?- me preguntó sonriendo. Abrí la boca para contestar pero Victoria fue más rápida:
-Es Charlotte, nuestra nueva compañera de cuarto.- contestó sin ganas.
-Hola Charlotte. Yo soy Luke.- se presentó alegremente el chico castaño.
-Cameron, pero llámame Cam.- dijo el moreno guiñándome un ojo.
-Mason.- el del pelo verde sonrió.
-Y yo Andy.- finalizó el del pelo ondulado. Levanté la mano a señal de saludo pero no me moví ni dije nada.
-No mordemos.- bromeó Cam. Chloe me cogió de la mano y me arrastró a su lado.
-Ven, acércate.- dijo dulcemente. Pero no quería acercarme. No quería estar con ellos. No quería estar en ese internado. Quería estar en mi casa, con mis libros, mi ropa normal y mi "soledad". No sé en qué pensaba mi padre mandándome a este lugar. Los chicos siguieron hablando de sus vacaciones. Aunque realmente no estaba prestando atención. Fue entonces cuando noté como unos ojos azules estaban posados en mí. Miré de reojo y me encontré con la mirada de Luke. En cuanto de dio cuenta de que le había pillado bajó la cabeza y se frotó la nuca. Pero en cuanto volví a darme la vuelta él volvió a mirarme. Quería decirle que parase, porque sinceramente me estaba incomodando. Sin embargo no le dije nada, no quería ser borde ni sonar como una cría. ¿ Es que acaso tenía algo en la cara? ¿ Por qué me miraba, dios mio? Me di cuenta de que Victoria también había dirigido su mirada hacia mí. En realidad sus ojos pasaban de Luke a mí, para volver otra vez a Luke. Su boca era una línea recta y algo me decía que no le gustaba lo que veía. ¿ Es que acaso Luke y ella...? Bueno, entonces que la mire a ella no a mí.
-Luke, ¿tú que has hecho?
El rubio miró a Cam y empezó a contar su verano. La verdad es que era guapo. Y alto. Sobre todo era alto. Cuando terminó de relatar su historia volvió a agachar la cabeza, no sin antes echarme una fugaz mirada otra vez.