Capítulo 12: Sumiso

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No es una sorpresa que no veo a Harry en los días lectivos de la siguiente semana, y preguntar por él es una completa inutilidad; además de una estupidez por mi parte, así que ni lo pienso. En realidad, el tema no sale hasta dos días después de que hubiera pisado su apartamento. Zayn está jugando al baloncesto con unos chicos y Niall y yo estamos sentados en las gradas, terminando un asqueroso batido de fruta que se ha empeñado en comprar.

-¿Por qué te fuiste con Harry?- pregunta, sorbiendo sonoramente el batido; antes de poner una leve mueca de asco. Me quedo paralizado por unos segundos, casi habiendo aceptado que todo lo que tuviera que ver con el rizado sería lo suficiente banal para Niall como para dejarlo pasar; pero no. Ato mis dedos al plástico del batido y me centro en los pies patosos del moreno sobre la pista.

-Salí con Liam y Eleanor, pero me tuve que ir pronto porque me encontraba mal.... Me encontré a Harry en la calle y se ofreció a llevarme- miento, dudando si mi frase ha sido demasiado larga. Mentir nunca ha sido lo mío, tampoco es que haya tenido que hacerlo. Puedo ver a Niall asentir por el rabillo del ojo.

-¿Pero por qué te llevó a su casa?

-Quería vomitar- es rápido y firme, como si quisiera demostrar algo. Niall se gira hacia mí, las cejas tan levantadas que dudo si mis palabras no están bajo algún tribunal.

-¿Harry te ofreció su casa?- cuestiona sorprendido. Me obligo a asentir, dudando si Harry es un capullo incluso con sus amigos. Niall levanta una de sus manos, queriendo estrecharla conmigo; riendo.

-Me sorprendes Lou, Harry sólo nos deja entrar a los más íntimos, ni siquiera lleva allí a sus ligues...creía que nos os llevábais bien.

-Y no lo hacemos, pero cuando empiezas a morirte en medio de la calle; las medidas son drásticas- bromeo, riendo con él. Supongo que se me nota la mentira en los ojos, o que mi risa no es tan real como otras veces; pero Zayn acude como una salvación silenciosa. Nos pide la botella de agua y se lanza a la pista de nuevo, a perfeccionar su táctica de perder 15-0.

Lejos de ese incidente, todo lo que tenga relación con Harry se ha quedado apartado de mí; sin embargo, no puedo ignorar que estos días han pasado como balas a centímetros de mi cabeza, a punto de hacerla estallar. En gran parte, todo gira en torno a la inexistente despedida del martes. La actitud de Harry cambió en segundos, debido a que algo no fue como él quiso. Es un comportamiento infantil, caprichoso e incomprensible; y aun así, no puedo parar de pensar en ello.

Incluso puedo decir que la culpabilidad hacia ello me ha atacado en más de una ocasión, pero es rápidamente sustituida por una culpabilidad mucho más entendible: la infidelidad a mi novia. En lo que respecta a Eleanor, todo ha seguido igual, hundido en la ignorancia de ella; e incluso así, me veo cuestionado por sus ojos castaños miles de veces, al borde de gritar mis delitos.

Y el último aspecto con relación a Harry, aunque no menos importante, es, sin duda, las marcas y el dolor en mi culo. Dedos marcados en la piel clara, manchas de sangre tintando el rojo central y un dolor punzante es todo lo que he tenido que esconder de Eleanor; además del deleite por ello. Me sentí fuera de mi cuerpo cuando lo observé en el espejo, casi admirando la obra que Harry había hecho. Al contrario, el dolor es fácilmente ignorable, más molesto que excitante; aunque siendo un recordatorio claro, ha sido casi imposible no ponerme duro en cada cambio de clase.

Lejos de mí, él ha seguido haciendo su vida al margen de la experiencia que vivimos. Supe por un rápido comentario de Zayn que Harry había llamado a una tal Sasha para acostarse con ella y que la chica, a su vez, había llamado a Zayn enfadada y avergonzada por haber aceptado, de nuevo. Fue una odisea no resoplar mientras la historia salía de los labios del moreno con un cierto tono de reproche.

Pain {Larry Stylinson}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora