7 | Medvédev

7.3K 454 43
                                    

Khristeen Medvédev

Me repito mentalmente la dichosa frase "la curiosidad mató al gato" sin embargo no puedo dejar de querer indagar en un pasado y una razón por la que él podría comportarse de esa manera.

Si, el dueño de la mafia roja, el todo poderoso Nathan Zhadánov, quien tiene en su mano a muchos narcotraficantes y diferentes imbéciles que son jefes en sus países.

Rusia es conocido por ser un país sanguinario y frío, algunas de sus personas también lo son, pero con la mafia del país esos adjetivos se multiplican por mil. La bravesa con la que manejan sus negocios y la ferocidad con la que asesinan es una muestra de ello.

— ¿Conociste al padre de Nathan? - inquiero cuando llevamos unos minutos de camino.

Fredek me mira de reojo antes de volver la vista al camino. Mi padre es uno de los mayores mafiosos en este país, pero está muy por debajo de Nathan, todos lo están, sin embargo mi apellido es bastante conocido en este mundo.

— Lo hice, buen hombre.

Sin embargo el tono que usa me pone en duda su respuesta, por lo poco que oí por los guardias de la mansión supe que los progenitores de Nathan no habían sido tan sanguinarios como lo es él.

— No podría ser un buen hombre si gracias a él su hijo se volvió así.

— ¿Así como Khristeen?

Así, sádico e imbécil, pero con una gran lengua.

No lo sé, es extraño.

— No indagues en la vida de quien no debería interesarte hija.

Asiento al mismo momento en el que él estaciona frente a nuestra casa, está loco si realmente cree que le haré caso, no soy buena siendo la hija perfecta.

(...)

Fredek duerme y aprovecho ese momento para escabullirme por la casa, yendo hacia su despacho. Los hombres que habitualmente se pasean por los pasillos ya no están ya que mi padre no quería a nadie perteneciente al género masculino cerca mío.

Ruedo los ojos inevitablemente, se piensa que soy algo débil de lo que se debe encargar cuando en realidad soy todo lo contrario. No por haber estado en un internado lejos del bajo mundo soy una oveja asustadiza.

Los hombres son imbéciles, siempre creyendo que somos débiles.

Hojeo unos de los papeles sobre el escritorio y no encuentro nada de suma importancia o que me interese, de reojo logro divisar una imagen en un cuadro, la reconozco de inmediato, soy yo de bebé y estoy en los brazos de mi madre, ella sonreía feliz a la cámara, el cabello rubio lo tenía despeinado gracias al viento.

Un suspiro se me escapa, siempre voy a necesitar el amor de mi madre, ella no pertenecía al mundo de mi padre y sin embargo se arriesgo porque se enamoro del hombre equivocado, rodeado de enemigos que terminaron por arrebatarme a mi mamá.

Antes de que la oscuridad tome mi pecho logro encontrar lo que estaba buscando, en una pequeña agenda se encuentra el número, lo agendo rápidamente y salgo de allí cuanto antes, sin querer quedarme cerca de esa imagen mucho tiempo.

(...)

Juego con el número telefónico en mi móvil, sin saber porque quiero seguir jodiendolo pero estoy tan aburrida que envío el mensaje que tenía escrito.

Buenas noches papi, he de decir que te extraño. - adjunto una foto mía que acabo de sacarme.

Como si fuese una niña pequeña que acaba de hacer una travesura comienzo a reírme abiertamente. Aparece el escribiendo y me levanto de la cama, ansiosa por su respuesta, el espejo frente a mi me enseña como estoy y el calor se apodera de mi vientre.

Ni lejos dejas de joder.

Su respuesta me hace reír pero a la vez se me hace extraño que no haya recibido una buena respuesta para la foto que le envié, el encaje rojo realza mis atributos y la mirada que le dedique a la cámara era sumamente sensual.

Pero tú me puedes joder de otras formas.

Muerdo mis labios y no tarda en volver a responderme.

Si aguantas tanto voltaje.

Estoy escribiendo cuando en el chat aparece una imagen de su miembro erecto, las bragas se me humedecen y la piel se me eriza al recordar el sabor de su pene y lo caliente y duro que se sentía en mi boca.

— No soy la niñata que crees.

Sonrío traviesamente y, poniéndome en cuatro en la cama, levanto el móvil y apunto la cámara al espejo frente a mi. Envío la fotografía y vuelvo a acomodarme entre las sábanas.

— Te voy a romper el culo cuando te tenga así frente a mi.

Así de fácil se olvida que soy hija de su amigo y socio, hay que mostrar un poco de carne y ya los tienes a sus pies, todos los hombres son igual de fáciles.

La belleza femenina es como un cuchillo de doble filo, la usamos para manipular y podemos conseguir cualquier cosa que queramos, como lo que quiero yo en este momento y Nathan me lo dará.

¿Y por qué no vienes a hacerlo?

Ya no recibo respuesta y comprendo que va a ser un hueso difícil de roer. Me resulta divertida la situación sin embargo, por muy dueño de Rusia que sea es fácil manejarlo, no es inmune y me lo demostró cuando al verme desnuda no tardó en meterse entre mis piernas.

El recuerdo de como estaba con esa mujer llega a mi cabeza y se me es inevitable no pensar en querer ocupar su lugar, queriendo saber lo que se siente que un hombre con esa masculinidad te posea.

Me acomodo bajo las sábanas y cierro los ojos, olvidando todo por unas horas en las que me dejo llevar por el sueño.

/////

No olviden seguirme en Instagram (jacquelineivanawb)

Estuve con bloqueo 🥺 por lo tanto si el capitulo no resulta tan satisfactorio lo siento, prometo que el próximo lo será.

Zhadánov ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora