7. ¡Me enamoré de la persona equivocada!

3.8K 149 5
                                    

Hacía tres semanas que Logan pudo besarme en el club y no lo hizo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hacía tres semanas que Logan pudo besarme en el club y no lo hizo.

Dos semanas que me propuse enamorarlo.

Una semana que empecé con la estúpida operación.

Y hace solo unos días descubrí que me gusta.

Desde que me ignoró frente a sus amigos y me encontró a solas llorando desconsoladamente en el pasillo del instituto, han pasado tres días.

No entiendo por qué me sentí especial en ese instante. Tal vez porque me miraba con sus enormes ojos cargados de preocupación, turbación y disgusto. Me dejé llevar.

Hoy vuelvo a darme cuenta de que cuando lo tengo enfrente me dejo guiar por sentimientos que no existen.

Su frialdad me intimida. Su ternura cuando nadie de sus amigos nos veía, me emociona. Recuerdo lo dulce que fue con su pequeña hermanita y vuelvo a sonreír a pesar de mi angustia.

La idea de enamorar a Logan se esfumó de mi cabeza. Me obligué a terminar con esta tontería. No debía y no podía hacerlo. Acabaría más lastimada de lo que me hallaba. Un daño provocado únicamente por mí. Fui la culpable.

Me cuesta admitirlo pero me gusta ¡Me enamoré de la persona equivocada! No voy a hacer correspondida. Menos cuando él no está hecho para sentir algo por alguien que no sea él mismo.

Le gusta romper el corazón a las chicas. Las usa y luego las desecha como si fuera basura. Yo no quiero eso, sé que al principio deseaba su boca sobre la mía, pero ya no más. No soportaré verlo con alguien. Tendré celos y me odio por dejar que mis sentimientos sean de esta manera cuando al principio me exigí no enamorarme.

Quise jugar con fuego y terminé quemándome.

Es viernes.

En la semana intenté por todos los medios no pensar en Logan. Mi atención la volqué en los estudios. Las clases y la biblioteca se volvieron mi refugio. Es el único lugar donde no puedo escuchar ningún rumor sobre la persona que acelera mi corazón.

Mi pecho duele. Es tanto el dolor que siento por pensar en Logan con alguna chica que me hiero a mí misma. Soy una masoquista. Trato de no pensar, pero en mi mente aparecen sus labios sobre los de otra, sus manos acariciando a otra, todo es él con otra. Me duele y a la ve enfurece.

¿Por qué me hago esto? Siento asco y náuseas por el ser tan insignificante en que me eh convertido.

Mi mejor amiga está preocupada. Me he vuelto a convertir en la chica tímida, solitaria y callada de antes. Mis profesores y la señora de la biblioteca están preocupados. Sienten miedo de que vuelva a cometer una locura como lo hice cuando aquel falso rumor sobre mí se expandió por todos los pasillos del instituto.

—Hola. —Una ronca y masculina voz logra llamar mi atención.

Bajo mi libro y levanto la vista. Unos enormes y preciosos ojos azules, me observan con serenidad. Su rostro no expresa nada. El ceño arrugado. Su rictus serio. Quiero creer que luce preocupado pero desecho esa idea.

Lleva una remera de mangas cortas color negra y vaqueros. Su cabello oscuro alborotado y despeinado como de costumbre. Adoro su flequillo que cae por su frente. Carraspea ante mi silencio.

Estoy sorprendida. ¿Qué hace aquí? No me he cruzado con él desde el lunes y ahora encontrarlo parado frente a mi mesa me asombra.

Siento pánico por no saber qué es lo que quiere. Mi corazón late con fuerza contra mi pecho. Muerdo mi labio inferior buscando qué decir. Mi mente se niega a ayudarme. Nada sale de mi boca, solo un balbuceo incoherente.

—Hola —vuelve a decir—. ¿Está todo bien?

Asiento suavemente con la cabeza. Arrastra la silla que tiene cerca y se sienta quedando delante de mí con las manos sobre la mesa. Las tiene entrelazadas. Ladea la cabeza y me observa como si estuviera en un interrogatorio.

—¿Q-Qué haces aquí?

—¿Estás ocultándote de mí, Julieta? —Sus palabras suenan recelosas. Su voz es ronca y no puedo no dejar de sentirme intimidada. Vuelve a esperar que conteste, pero simplemente mi mente vuelve a negarse—. ¿Qué lees?

Sé que no le interesa saber qué estoy leyendo. Lo ha preguntado porque quiere que hable y busca la manera de que comience a soltar la lengua para luego volver a intentar saber qué me sucede.

—¿De verdad te interesa saberlo? —Una media sonrisa florece en sus labios.

—Chica lista. La verdad no me interesa. Solo buscaba conversación. Así que, ¿qué haces aquí?

—No te importa. ¿Qué haces tú aquí?

—Te estaba buscando —confiesa mientras se encoge de hombros. Sonríe. Sus ojos azules brillan divertidos—. Necesitaba verte para saber qué es de tu vida. Desapareciste.

—No desaparecí. —Estoy a la defensiva. En segundos su sonrisa desaparece. Vuelve a tener su rostro inexpresivo. Está enfadado y me doy cuenta de que le irrita el simple hecho de que lo contradiga.

—Julieta, ¿de qué estás huyendo?

¿Por qué me siento indefensa? ¿Por qué me afecta? ¿Por qué? Mi corazón late con más fuerza. Creo que volveré a derrumbarme. Lloraré delante de Logan y no quiero. Necesito ser fuerte.

Toda la semana pude esconderme con éxito y ahora este maldito infeliz me encuentra para hacerme sentir mal. Cierro el libro con brusquedad.

—Necesitaba estudiar un poco. Tengo un examen de lengua. No estoy huyendo. Tampoco desaparecí ¿Contento? —No responde. Asiente. ¿Ahora por qué sonríe?

—Pero te estabas ocultando de mí, ¿verdad?

—No, Logan, no me oculto. —Trato de sonreír y lo logro. Lo miro con una sonrisa fingida en los labios y me doy unas palmaditas imaginarias en mi hombro por ser tan buena actriz. Su sonrisa se ensancha.

—Creí que lo estabas haciendo y ahora que está todo arreglado nos vemos esta noche. —Mi boca se abre. Se levanta y arrastra la silla hacia su lugar. ¿Cómo que nos vemos esta noche? Estoy muy, muy confundida y lo nota—. Pasaré por tu casa. Iremos a una fiesta —aclara.

—¡Logan, no! —contesto de manera atropellada. Estoy casi gritando.

Él camina hacia donde me encuentro sentada y se inclina quedando su rostro a escasos centímetros del mío. Sus ojos azules brillan. Es hermoso. No puedo creer lo enamorada que estoy de este criminal.

—Quiero llevarte a una fiesta, muñeca. No me contradigas en todo lo que digo o quiero hacer contigo—. Una sonrisa se dibuja en sus perfectos y rosados labios.

Trago saliva con dificultad y su rostro se acerca peligrosamente un poco más. Sus labios van a tocarme, pero desvía su camino y dirige su boca a mi oído.

—No estamos juntos desde el lunes, debemos ponernos al día. Quiero estar contigo.

Besa mi mejilla. Mi piel arde por culpa de sus labios. Mi corazón parece querer salir fuera de mi pecho. Las cosquillas en mi estómago me hacen temblar. Me encuentro ruborizada. Lo sé.

Lo veo alejarse y salir de la biblioteca. Dejo escapar un suspiro. ¿En qué momento contuve la respiración? ¿Qué acaba de suceder?

Siento la mirada de alguien a mis espaldas. Giro y encuentro la mirada iracunda de la señora Portth, la encargada de la biblioteca. ¡Mierda!

Hice el maldito esfuerzo para poder quitarlo de mi cabeza y ahora viene y actúa normal como si nada. Él quiere ganar siempre. Sé que esta noche estaré lista para irme con él. Lo haré, lo sé, porque estoy enamorada y quiero pasar tiempo a su lado cueste lo que cueste.

Logan Lisboa logró sacarme de quicio en unos minutos. Soy una idiota.

Criminal - Mi Rompecorazones [+18] EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora