34. Los Vulturis no dan segundas oportunidades

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BENJAMÍN POV

Estaba junto a Jane en la sala de entrenamiento. La presencia de Aro ya me estaba aburriendo y debía mantener la apariencia de buen esposo ya que Alec otra vez estaba de visita.

Vi a Jane practicar con su arco y flecha y cree una pequeña corriente de aire que dirigí hacía ella para desviar la flecha. Ella me miro mal y reí.

-¿Te parece gracioso que falle?

-No pude evitarlo -reí y fui hacía ella mientras la abraza por la cintura- no me odies mi angelita del mal.

-No me gusta fallar, supongo que debere castigarte.

-No lo hagas -hice un puchero- sabes que no quieres castigarme.

-Pero lo hare -vi una sonrisa traviesa en su rostro y sonreí.

-No lo harás.

-¿Y como lo evitaras?

-Así -alce su mentón y comence a besarla suavemente hasta que oí que alguien carraspeo. Nos separamos y vi de mala gana que Alec estaba en la puerta.

-Lamento interrumpir su entrenamiento.

-¿Qué pasa Alec? -pregunto Jane.

-El Maestro Aro acaba de asignarnos una misión en Florencia. Hay un vampiro causando problemas y debemos ir a solucionarlo lo más pronto posible.

-En 5 minutos salimos -dijo Jane decidida.

-¿Tu iras? Ahora eres Maestra.

-Lo se, se que ya no debo hacerme cargo de las misiones pero ya no quedan guardias. Además... Estoy cansada de tanto papeleo y estoy casi segura de que se mataran mutuamente si se van solos.

-Eso es cierto -dijo el y se fue.

-Vamos, quiero verte vestido como un Vulturi -dijo ella feliz.

-Entonces vamos.

Rápidamente llegamos a nuestra habitación y me puse un traje negro y por encima la capa que también era negra, me puse el collar de los Vulturis y me sentí extraño al verme en el espejo. Definitivamente no era yo. Jane estaba a mi lado vestida de idéntica forma y me sorprendí al ver que a ella si le quedaba bien la ropa, es como si ella realmente fuera parte de el mundo Vulturi. Salimos a buscar a Alec y lo encontramos vestido de forma identica a nosotros. Comenzamos a correr rumbo a Florencia.

Llegamos a las afueras de la ciudad y nos dirigimos hasta un galpón algo olvidado. Vimos un montón de cadáveres humanos y en el fondo vimos a un neófito bebiendo la sangre de un cuerpo.

-¿Que quieren? No pienso compartir.

-No queremos compartir -mire a Jane ya que me sorprendio la frialdad de su voz- acabas de cometer un crimen y pagaras por eso.

-¿Alimentarse es un crimen?

-Lo es cuando lo haces en exceso hasta el extremo de que los humanos se preocupen.

-No me importan los humanos, ¿quienes son ustedes?

-Somos la muerte que viene por ti.

-No me importa.

-¿Quien te creo?

-Que te importa niña, vete y dejame en paz.

-Dolor -vi a Jane sonreir e inmediatamente el hombre comenzo a gritar y a retorcerse de dolor. Me preocupe por el hombre y vi con horror como Alec lo miraba de forma indiferente y Jane lo disfrutaba. Por primera vez tuve que darle la razón a Amún. Esta era la verdadera Jane, fría y sádica, un ángel de la muerte y del dolor. Una bruja que nada tenía que ver con la niña dulce y cariñosa que usa pijamas de gatitos. Amún tenía razón y luego de 2 años pude ver el monstruo con el que me case. El hombre dejo de gritar y lo vi con alivio.

-¿Quién te creo? -repitio ella.

-¡¡¡Vete al infierno bruja!!! -Jane volvió a sonreir y comenzo a torturarlo de nuevo. Esta vez aprete mis puños para contenerme y espere a que terminara.

-Benjamín... -dijo como si estuviera aburrida- encargate de esto. Quiero volver a casa.

-¿Encargarme? -la mire con ojos abiertos.

-Sí. Matalo y quema todo para que podamos irnos.

-No lo hare -dije mientras me alejaba de ellos.

-¿Perdón?

-Lo que oiste, no pienso hacer nada.

-Benjamín -dijo con una furia apenas contenida- te amo pero en este momento soy tu jefa, soy una Maestra y me debes obediencia. Si te digo que lo mates, usaras tu fuego y lo haras.

-Pero no hizo nada malo para que lo castigues así.

-Esta matando humanos sin medir las consecuencias, ¿ya pensaste en lo que puede pasar si los humanos empiezan a sospechar que estas muertes son obra de un vampiro? Todos los años en los que nos esforzamos para mantener el secreto hubieran sido inutiles.

-El no sabía las reglas, estoy seguro de que si le explicamos las reglas el entenderá y no lo hara más. Ten un poco de piedad, ¡es un neófito y esta solo!

-Si se le perdona la vida a uno, hay que perdonarle la vida a todos. Las reglas existen para ser respetadas no para romperlas.

-Por favor, no te cuesta nada hacerlo.

-Los Vulturis no dan segundas oportunidades -dijo fríamente- rompió una regla y pagara por eso. Tu lo harás, tu le darás el castigo que merece.

-No lo hare -me quite la capa y el collar y salí de ahí.

Comencé a correr sin saber a donde ir, lo unico que quería era alejarme lo más rápido posible. Tome el telefono y llame a Amún.

-¿Hola?

-Quiero matar a Jane -dije desesperadamente- tenías razón, es un monstruo y quiero verla sufrir.

-Te dije que un día se le caería la máscara a la bruja y mostraría su verdadero yo.

-Ya no me importa el daño que pueda hacerle, solo dime que debo hacer.

-Muy bien, te dire que hacer.

JANE POV

Ví a Benjamín irse y quise matarlo. Antes de que dijera algo, Alec fue y rápidamente lo mato.

-Tu marido no sirve para ser un Vulturi.

-Necesita pasar mas tiempo con nosotros e ir a misiones.

-No lo justifiques, todos sabemos que no sirve -rode los ojos y volvimos a palacio en silencio.

Llegue a mi habitación y me cambie de ropa, me quede quieta durante un rato hasta que Benjamín llego.

-Volviste.

-Si -dijo serio.

-¿Sigues enojado por lo de hoy?

-Sabía que eras mala pero no imagine tu grado de maldad.

-Eso es lo que se hacer, para eso me entrenaron.

-Pues hazlo mejor, con menos maldad.

-No puedo evitarlo -susurre.

-Solucionalo -hizo una pequeña maleta y salio de la habitación.

-¿A donde vas? -dije preocupada mientras lo seguía.

-Lejos de ti y de tu maldad.

-Benjamín -dije sin poder creerlo y lo seguí hasta el auto.

-Dejame solo -entro al auto y comenzo a conducir. Lo vi irse y me quede sin saber que hacer.

Entre al palacio mientras me sentía perdida y rechazada. Me cruce con Renesmee pero la ignore y me encerre en la habitación. Abrace una almohada y me quede sollozando mientras pensaba en sus palabras.

Lady VulturiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora