67. Eliminando recuerdos

222 13 16
                                    

All the memories
so close to me, just fade away... 🎶
(Avril Lavigne)

Todos los recuerdos,
tan cercanos, se desvanecen.
*****

JANE POV

Una de las ventajas de ser asquerosamente rica y la vampiresa más sádica del mundo, es que podía conseguir todo lo que quisiera sin necesidad de respetar los plazos eternos de la burocracia humana. Una de las locuras que la Jane de Benjamín hizo, fue cambiar su nombre a Julianne Malek y crear documentos con los nombres Vulturi Malek para sus hijas. La primera vez que vine a Nueva York, no me había percatado de ese irritante detalle, sin embargo, luego de unos cuantos ceros y una mirada amenazante, pude disfrutar de un nuevo pasaporte a nombre de Julianne Vulturi y mi hija estreno el suyo a nombre de Shakira Vulturi.

A pesar de que los humanos sabían de nuestra existencia, algunos viendonos como monstruos, otros con recelo y otros con admiración, hasta el punto de pedir fotos y autógrafos, Shakira y yo pudimos disfrutar de un vuelo tranquilo en primera clase. Para mi era algo bastante común viajar en avión, era una de mis formas favoritas de viajar ya que odiaba correr a velocidad vampírica de un lado a otro. Para Shakira fue algo problemático el momento en que el avión despegó. A pesar de sus conocimientos adelantados en física, le era difícil comprender como un avión podía volar. Uno de los problemas que no fui capaz de predecir fue su incapacidad de estar quieta, aunque si fuera una madre más devota lo hubiera notado. Shakira era sumamente inquieta y quería pasear y bailar por todo el avión, hablaba sin parar de cada pequeña cosa que había visto en el aeropuerto y avión, provocando que perdiera la paciencia y me arrepentiera de haberla traído conmigo. Tuve que darle mi teléfono para entretenerla un poco, desgraciadamente, me devolvió el teléfono con muchos juegos infantiles que llenaron mi memoria.

Todos creían que iría a Isla Esme con Shakira, sin embargo, había decidido hacer una parada en Nueva York a pesar de que había vuelos directos desde Florencia a Río de Janeiro. Los miembros de mi guardia personal se encontraron sorprendidos al ver que estamos en tierra estadounidense. Como fui yo la que cambio el destino para resolver un asunto, decidí que no les diría nada. Bajamos del avión y luego de recoger las maletas, tome mi bolso de mano y los mire.

-Caballeros, a partir de aquí la princesa y yo seguimos solas.

-Maestra, no creo que sea una buena idea.

-No fue una opinión, fue una orden -sonreí angelicalmente a Dylan, quien retrocedió instintivamente-. Ustedes se quedaran aquí y cuidaran las maletas mientras yo voy a hacer algo sumamente importante.

-Pero...

-Se quedan aquí y punto -eleve un poco la voz y el suspiro resignado-. El vuelvo a Río sale en pocas horas, si quieren sentirse útiles pueden comprar muchos cubos de Rubik para entretener a la fierecilla.

Sonreí y tome a Shakira de la mano para salir del aeropuerto. Subimos a un taxi y luego de darle la dirección al taxista me recoste en el asiento para ver como la niña, maravillada, miraba todo por la ventana. A pesar de que era de noche, la cantidad de personas en la calle era asombrosa. La pequeña se sorprendía con todos los letreros que veía, de nuevo, había comenzado a contarme cada cosa que estaba viendo a pesar de que yo también podía verlo. En un momento, ella se puso de pie y apoyo sus manos en la ventana. Tuve miedo de que la puerta del auto se abriera y puse mi brazo alrededor de su cintura para evitar cualquier desastre.

Llegamos a nuestro destino y le pedí al taxista que nos esperara. Shakira estaba tranquila, algo raro aunque apropiado para la ocasión. Ambas caminamos lentamente y tuvimos la suerte de que una pareja saliera para poder entrar sin anunciarnos. Subimos las escaleras y toque el timbre del loft. Segundos después, él abrió la puerta.

Lady VulturiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora