17. Callejón

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Mi corazón late fuertemente empiezo a sudar, miro a Cremita y está durmiendo. 

La felicidad y tranquilidad invade mi cuerpo y empiezo a lanzar suspiros, algunos entrecortados pero luego empiezo a relajarme y suspiras con normalidad poco a poco.

Me llevo una mano al pecho.

—Uf... —respiro entrecortadamente —Gracias a los reyes de Mewni. Fue....fue...solo un...uf...sueño. —empiezo a reír —¡Ha! ¡Esto no fue real, nada de esto lo fue! —me levanto para abrir la ventana con felicidad y es de día el sol ilumina toda la habitación.

Aunque el parecía ser real sé que fue un sueño.

Bajo las escaleras con felicidad y abro el refrigerador para tomar un jugo de naranja y agarro un vaso, voy a la sala y me siento dejando el juego y el vaso en la mesa. Destapo el jugo de lo coloco en el vaso.

—Hola, Rubia

—Hola, Marco —digo sin mirarlo.

Esperen ¿¡Qué!?

—¿Marco? ¿Qué haces aquí? —me mira a los ojos con seriedad y bufa.

—Solo estoy aquí para verte fracasar dentro de tu casa, Rubia tonta. —ya es el colmo —¿Y por qué tan feliz? ¿Soñaste de que te daba una paliza?

Me pongo roja de la ira.

—Eso no es de tu importancia, eres muy bipolar ¿Sabes? Ayer me estabas hablando de la mejor manera posible y ahora al parecer estás de muy mal humor. —me levanto —Ahora vete, castaño. Sabes que no eres bienvenido en mi casa. Vete —digo señalando la puerta.

Me mira con odio y se levanta.

—Bien, no importa. De todas formas tu casa es un asco.

—Lo mismo digo de la tuya, Castaño. Eres insoportable y sigo sin entender una cosa de ti— Marco voltea y me mira serio.

  — ¿Qué? 

— No entiendo como tus padres son unos caramelos y tú eres un limón bien agrio, si fueras uno —digo señalándolo—Serías el limón más agrio y podrido del mundo.

—¡Cállate! —grita y mi rostro arde, una cachetada. Mis ojos se cristalizan y se escapan gotas de lágrimas mientras suelto un quejido.
La ira que contengo dentro de mí no es normal.

—Aw ¿La rubia quiere llorar? —dice haciendo un gesto con los dedos las lágrimas que caen de los ojos —Aceptalo, tú eres una...

Recibe una cachetada muy fuerte de mi parte que lo deja tirado en el suelo, veo la marca de mi mano en su mejilla. Una bastante roja. Mi mano empieza a picar por la cachetada.

—¡ERES UN IDIOTA, MARCO DIAZ! ¡UN IDIOTA EN MAYÚSCULA! ERES MUCHO PEOR QUE TOM...CREÍ QUE PODRÍA HABER ALGÚN CAMBIO EN TI, PERO SEGUIRÁS SIENDO EL MISMO ESTÚPIDO HASTA SIEMPRE! ¡ERES UN... desgraciado sin sentimientos, un desastre...  —digo con las lágrimas cayendo a mares. Lo agarro de la oreja lo más fuerte que puedo y lo arrastro hasta la salida, escucho como se queja y lo tiro más fuerte clavando mis uñas en ella —Si te acercas a mí no sabrás lo que te espera, Díaz. —doy un portazo mientras corro hasta el baño a lavarme la cara.

Empiezo a llorar lo más fuerte que puedo, ya no puedo contener el dolor dentro de mí. Abrazo mis piernas  y mis lágrimas caen en mis rodillas. Siento unas manos dándome palmadas en mi espalda.

  —Cálmate, Star. Es un idiota.— mis ojos se abre con sorpresa ¿Cómo entró sin que yo me diera cuenta? Limpio rápidamente mis lágrimas.

  — ¿Janna? ¿Qué haces aquí?— digo mientras me levanto.

— Escuché griteríos cuando venía hasta tu casa y entonces vi que discutías con Marco...pero—se detiene al hablar por unos minutos.

— ¿Pero qué? Janna, habla.

—Quiero decírtelo pero...ahora no es el momento indicado... ¿Te importaría esperar hasta que ese momento llegue?— dice con una sonrisa de lado, sorbo un poco los moquillos por la nariz, asqueroso pero bueno.

— Bien...esperaré.— digo tratando de sonreír.

 — Aw...esta es mi Star—  dice abrazándome y correspondo su abrazo—Además no hagas caso al tonto de Marco Díaz, es un tonto, idiota, egoísta, maleducado, sin vergüenza...

  — Okey, okey, Janna— digo soltando una risa— Eso solo quiero decirlo yo.

— Como quieras.

 [***]

Camino a la escuela mientras toco mi mejilla, aún me duele. Honestamente...aunque me cuesta admitirlo sé que Marco puede cambiar, estoy sonando absurda ya que dije de que jamás podría cambiar y ahora pienso todo lo contrario. Tonta, decide de una vez.

En mi sueño se veía un chico nuevo, con sentimientos, buen humor y cuando más pienso en ese sueño, más empiezo a creer de que Marco realmente puede cambiar para bien, de que personas como él pueden cambiar, dejar de lado lo malo y caminar por el lado bueno. El cambio no es malo. Sé que él puede cambiar. Estoy sonando cursi.

De repente una mano tapa mi boca y adentra en un callejón oscuro, pero puedo ver claramente el rostro de mi ¨secuestrador¨ me tira al suelo se acerca.

  — ¡Aléjate de mi!— grito con fuerza mientras él se coloca encima de mí inmovilizándose para no poder escapar, el desgraciado pelirrojo empieza a besar mi cuello. Dejo escapar un quejido.

— Sabes que no me voy a alejar de ti, hasta que seas mía.— dice acercándose a mi rostro.

Eres Un Idiota (Starco) (Badboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora