Eres Un Idiota (Starco) (Badboy)

11. Tom, el chico pesado

—Star ¿Qué te pasó? —preguntó Jackie mientras sacaba un libro de su casillero mientras yo estaba recargada en la pared de brazos cruzados mirando al suelo —¿Qué es esa marca en tu mejilla? Janna y yo lo notamos cuando llegamos...solo que no nos atrevimos a preguntar pero ahora nos preocupas —termina mientras cierra su locker.

—No es nada Jackie. Solo que en ese día me lastimaba con todo lo que me cruzaba —dije forzando una sonrisa. Jackie solo se acerco y miro de cerca mi rostro lastimado, luego me ve a los ojos, se aleja y me mira frunciendo el ceño.

—Star —dijo friamente —Me mientes.

Solo niego una y otra vez pero no me cree.

—Te digo la verdad. Fue solo eso, Jackie.

Perdona si miento, pero no quiero preocuparlos de más. Pensé.

La clase comienza, estoy feliz de que Marco no haya venido el día de hoy, no me molestará, las clases son de Geografía.
Miraba por la ventana, luego un recuerdo me pasó por la cabeza:

Quedé sumida en mis pensamientos tratrando de olvidar todo lo que Marco me había dicho. No entiendo, porqué me siento feliz de recordarlo, porqué mi corazón late con fuerza cuando pienso en esa frase y ese beso en la mejilla. ¿Por qué me siento felíz de estar cerca de mí?

 —Star Butterfly  —doy un pequeño brinco por el susto —¿Estás prestando atención?

 —A-ah si, claro  —digo con una sonrisa nerviosa.

 —¿Qué es la erosión entonces? Si prestaste atención podrías responderme la pregunta.  —Mira con aire de superiodidad.

 —La e-erosión es...es el desgaste de los su-suelos y rocas q-que producen distintos procesos en la superficie de la tierra.  

La profesora frunce en ceño por unos segundos y sonríe.

 —Exelente, señorita Butterfly.  —le devuelvo la sonrisa.

 Pasado el tiempo camino con Janna y Jackie.

 —La pijamada estuvo genial, Star  —dijo Janna.

 —Lo sé. Me divertí mucho. Mi primera pijamada en la Tierra  —digo con una sonrisa mietras saltaba a su alrededor.

 —Bueno, bueno  —dice riendo  —Vayamos con Alfonso y Ferguson, nos están esperando.

—Vaya vaya, Butterfly —abro los ojos como platos, Janna voltea pero la detengo y lo ignoro, me alejo lo más posible de él.

 —¡Hey! ¿Ese no es Tom? —No respondí su pregunta.

 —Janna vete con Alfonso y Ferg. Iré al baño. No me esperes  —asiente y se va.

Voy al baño para lavarme el rostro, al salir siento que alguien me toma por los aires y coloca mi abdomen en su hombro, ahora se supone que soy un saco de papas.

—¡Oye bajame pelirrojo! —digo golpeando su espalda pero no me suelta, tengo su trasero en mi vista, asco.

—No vale la pena, Butterfly. Irás conmigo.

—¿A dónde? —digo fastidiada y él no reponde.

Que chico más pesado.

—Eres como un acosador ¿Sabes? Un acosador muy pesado.

Él no reponde, solo me da una palmada en la espalda.

El pelirrojo me tiene los pelos de punta.
Nomas me queda mirar el suelo mietras vamos a un lugar que no se dónde quiere llevarme.

—¡Hey! Bájala Tom —escucho.

—Esto no es de tu incumbencia —dice desafiante.

—Es mi amiga, suéltala.

Mientras Tom y Janna discutían, él parecía aflojar su agarre y obviamente lo aproveché dando una patada en su entrepierna, cae de rodillas y aprovecho para escapar.

—Gracias Janna.

—No hay de qué.

—No vuelvas a acercarte a mí, Tom. Núnca —digo finalmente y me voy con Janna.

Mientras caminamos hacia el patio trasero Janna habla.

—No ha venido Marco al instituto —dice con aire pensativo.

—¿Y?

—Nada. ¡Mira! Ahí están Alfonzo y Ferguson. Y Jackie está ahí —dice apuntando a Jackie y a Oscar que están sentados bajo un árbol mientras él toca el teclado. Que tiernos. —Hola chicos ¿Qué hacen?

—Nada. Estamos aburridos.

—¿Helados? —dice Janna sacando dos bolsas llenas de helados de la nada.

—Por supuesto —dicen ellos al mismo tiempo.

—¿De dónde... —soy interrumpida.

—No hagas preguntas del cuál no quieres saber las respuestas —dijo con aire misterioso. Solo me limité a sonreir.

Caminando hasta casa el cielo se pone gris, corro lo más rápido ya que empiezan a caer gotas de agua, abro la puerta y cierro. Estoy un poco empapada. Suelto un bostezo, hoy fue un día cansado y dejo mi mochila en el suelo, me tallo los ojos y me acuesto en el sofá.

Cierro los ojos.

—¡Hey! ¿Qué haces aquí?

Ay no.