El Club

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Despertó en su apartamento del Poble Sec abrazada a su gatito, su primer pensamiento fue, ha sido un sueño, el siguiente, como he llegado a casa. Se asomó al balcón y vio su moto bien aparcada. Tiene que haber sido un sueño no ha sido real, pero seguía excitándose cuando le venía algún recuerdo de la noche pasada, además notaba un leve dolor en la ingle, pensó no puede haber sido un sueño pero ¿algo así podía ser real?. Miró la hora en el móvil y vio que eran casi las cinco, su jornada laboral empezaba a las ocho, también vio nueve llamadas perdidas de Quim y un mensaje de Quim también, decía que se había pasado varias veces por casa, que donde estaba, que estaba preocupado. ¡Mierda! empezaba a estar harta de aquella situación, tenía que arreglarlo ¡ya!. No podía aguantar más, sino la quería, que la dejase en paz, se suponía que era su novio no su padre, además últimamente él venía cada vez menos pero ella se sentía acosada y controlada, como si alguien la estuviera siguiendo.

Intentó no pensar más en Quim, tenía otras cosas en la cabeza y tenía que ir a trabajar, se sentía con un hambre atroz, se fue a la nevera y se hizo un sencillo bocadillo de pan con tomate y salchichas crudas, desde pequeña había comido salchichas crudas, le gustaban pero hoy especialmente le apetecían, pensaba en carne cruda y se le hacía la boca agua. Cuando iba por el segundo bocado se abrió la puerta y apareció Quim, la miró y de seguida se puso a gritarle y insultarla, ella ni se inmuto, se sentía demasiado bien como para que ese capullo la insultase, le obligó a sentarse con una orden, se sorprendió de ella misma y de la reacción de él al oírla.

---¿Que es lo que tú quieres de mi?, ¿quieres que formalicemos esta relación?, si es lo que quieres buscaré un trabajo de día, nos juntamos y quiero tener niños, ¿eso es lo que tú quieres?---él siguió callado---ves tú y yo no tenemos futuro, lo mejor es que lo dejemos aquí.

---Pero yo no quiero dejarte, me gustas, lo pasamos bien, salimos mucho, viajamos y nos compenetramos---gritó.

---Llevamos juntos más de cuatro años y no conozco siquiera a tú familia y solo vienes por casa cuando te apetece, la mayoría de veces que te llamo no coges el teléfono---le miró enfurecida---, no necesito tú dinero para pasarlo bien, solo aguantaba esta situación porque te quiero, pero me he hartado.

---Todo esto es por tú trabajo, sales por ahí a saber con quién, vuelves a las tantas, vete a saber que habrás hecho hoy.

---¡Deja de gritar!---él se enfureció---, solo salgo por ahí para llamar tú atención, hoy todo puede cambiar, si quieres una relación más profunda dime te quiero, sino sal por la puerta y deja tus llaves en la entrada.

Él se levanto e hizo lo que Selegna le había pedido, abrió la puerta y le tiró las llaves.

---Esto no se va a quedar así---cerró con un portazo.

Había comenzado un cambio en su vida y después de la noche anterior no se arrepentía de lo que acababa de hacer.

Se acabó el bocadillo con una cerveza y tomo un chupito de Jack Daniels para la resaca, pero en realidad no sabía si lo que sentía era resaca, aun se sentía dentro de un sueño y empezaba a darse cuenta que acababa de romper con Quim, le dio un pequeño remordimiento, pero luego pensó en Gala y sonrió, fuese o no real lo pasado, Gala si era real y tenía unas ganas locas de volverla a ver. La llamó pero no le cogió el teléfono, le dejó un mensaje para que se viesen, se vistió y se maquilló, cogió la moto y se fue a trabajar.

Estuvo pendiente toda la noche de la puerta pero esa noche no apareció Gala, ni las noches siguientes. Se fue con unos amigos a la disco pero esa noche no le apetecía bailar, tampoco se sentía a gusto con el ambiente, solía ir casi cada noche y se pegaba unas fiestas tremendas pero hoy le aburría, decidió irse a casa. Cuando subía por la escalera de su estudio sintió que la miraban, otras veces había tenido esa sensación y corría escalera arriba, en cambio hoy no sintió miedo, sentía que esa sensación había desaparecido para siempre, subió tranquilamente y cerró la puerta.

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