MinHo sentía culpa.
MinHo sentía muchísima culpa desde la última vez que se habían visto.
La culpa subía por sus venas, por entre su sangre, se albergaba en su cerebro y volvía a bajar por cada vena, de manera fría y congelada, para recordarle lo idiota que había sido y el poco respeto que había tenido con TaeMin cuando él se había jurado a si mismo ser la persona más respetuosa existente.
(Una persona que no lo fue y que se convirtió en el extremo opuesto solo a causa de que su sangre se hubiese calentado demasiado y de que su cuerpo funcionara de una manera en que no debía).
Pero ya estaba ahí.
Estaba ahí sin estar muy seguro si debía estarlo porque desde la última vez en que le había visto, no sabía cómo habían terminado las cosas ni cómo se sentía TaeMin luego de que le dijera esa frase que aún no sabía cómo interpretar, pero que le había dejado más preocupado que cualquier otra cosa que se pudiera sentir. Porque sabía que algo grave pasaba con su chico y no sabía exactamente qué, por lo que no podía dejar de pensar en eso.
(Y claramente la idea de preguntarle a TaeSun fue la primera en querer desechar porque asumió que era algo que no se sabía públicamente y que quizás generaría más problemas por comentar cosas que no le incumbían).
Mira de reojo la hora en su auto y suspira. Quedaban menos de cinco minutos para que TaeMin saliera de su ensayo y no estaba tan seguro de que él quisiera verle ahí. Porque le había avisado el día anterior que no era necesario que fuera a buscarle esta semana, aunque él ya asumía que solo era una pequeña mentira blanca para no tener que verse envuelto en una situación que claramente, quería evitar. Una en la que sabía que él le pediría explicaciones que TaeMin, probablemente, no tenía ganas de dar.
Pero que ahora MinHo pensaba exigir de todas formas.
Y no porque fuera entrometido, sino que simplemente porque estaba preocupado por él. Preocupado de verdad. Preocupado a tal punto en que no estaba durmiendo bien y en que no se sentía confortable consigo mismo desde el momento en que le fue a dejar a su casa aquel día, en donde todo se hizo peor con cada minuto que pasaba hasta que llegó el momento en que se separaron. TaeMin sin despedirse con un beso y él sin ser capaz de exigirlo porque sabía que de todas maneras sería incómodo.
Incómodo para él, incómodo para si mismo.
Sin embargo, ahora estaba ahí, esperándolo y asumiendo que esa situación incómoda llegaría y que no quería evitarla. Ve la hora una vez más y los minutos ya habían pasado lo suficientemente rápidos como para hacerle bufar y mirar rápido hacia la izquierda, encontrándose con aquel cuerpo que esperaba y que le miraba fijo a un par de metros más allá, al otro lado de la calle. No sabía desde hace cuánto TaeMin le estaba mirando, pero estaba ahí, con ese rostro que le hacía dudar si era buena idea el forzar una comunicación que quizás debió esperar más.
Enciende las luces para hacerle una especie de gesto que TaeMin ignora y que le hace pensar que simplemente seguirá caminando y le ignorará. Pero su educación es mayor a sus pensamientos porque cuando TaeMin cruza, lo hace para acercarse hasta él y para subirse al asiento del copiloto sin saludarle antes. Solo se sube, se sienta y suelta su bolso. Como cualquier día de la semana pasada en donde todo había estado normal.
MinHo le mira y TaeMin le evita. Tiene la cabeza gacha y suelta un suspiro pesado y cansado luego de cinco segundos que él fue capaz de contar de manera mental.
(Claramente él no había sido el único en estar mal durante este horrible fin de semana. También lo había estado TaeMin. Y quizás mucho más. El quíntuple más).
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· Venus as a Boy ·
FanfictionMinHo nunca había escuchado la palabra transgénero en su vida, pero cuando conoce a TaeMin, no solo es su percepción la que cambia, sino que también, su propio novio.