Diedre Lokidottir

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Narra Loki

Broocklyn 1946

-¿No te parece este mundo fantástico, hermano? - me pregunta Thor mientras paseamos por las calles de una ciudad de Midgard.

- Impresionante, Thor, los mortales de aquí de ven muy cariñosos- digo mientras veo a una pareja dándose unos cuantos achuchones. Thor dirige la mirada a donde está la mía y ríe.

- Sí, sí que lo son- seguimos caminando hasta llegar a una especie de taberna donde ponía "Bar Louise".

- Vamos hermano, será divertido- ruedo ojos, Thor es un patán que sólo piensa en beber y luchar.

- Ahora entro- Thor asiente y entra a la taberna de la tal Louise.

Decidí seguir caminando, vi como una mujer con un bulto entre los brazos entraba en un callejón a unos metros de mí para después salir corriendo. La curiosidad me pudo y entré al callejón, a primera vista no vi nada así que decidí marcharme, hasta que oí un llanto. Giré sobre mis talones y vi en una esquina, debajo de una escalera de metal, una cesta. Me acerqué a esta y vi una manta arrebullada en ella ocultando algo que había debajo. Me agaché y quité la manta gris.

- Por Odín- susurro al ver a una pequeña mortal.

Ella al escuchar mi voz me mira. Tenía unos ojos extraños uno castaño en el que podrías perderte de lo oscuro que era y el otro de un azul claro, casi cristalino.

- No puedo dejarte aquí, hace demasiado frío- cogí a la mortal junto con la manta entre mis brazos. La niña me miraba con sus grandes ojos con curiosidad. Le mandé una corta sonrisa y me dirigí al bar donde se encontraba Thor.

- ¡Hermano! - grito al verlo en una mesa junto a un par de midgardianas.

- ¿Loki? ¿De dónde...? ¡¿Cuanto tiempo llevo aquí?!- pregunta alarmado.

- Solo cinco malditos minutos, Thor. Pero hay que irnos a casa, ahora- Thor se despidió de las dos damas que se encontraban junto a mi hermano y salimos a toda prisa de la taberna.

- ¿Dónde la encontraste, hermano? - me pregunta mientras la coge con sus enormes manazas.

- Vi a una midgardiana dejarla en el callejón contiguo al bar- Thor se quedó mirando a la niña con su sonrisa boba.

- Trae que se te caerá- digo mientras la vuelvo a coger.

El dios del trueno suelta una risa seca para despues seguir a su hermano por la calzada de aquel barrio midgardiano.

- Padre no se lo tomará nada bien- dice preocupado mirando a la niña.

- Pero madre logrará convencerle, siempre quisieron nietos, pues ya la tienen- digo encogiéndome de hombros.

- Sí, pero es midgardiana.

- Siempre sacando pegas a todo- Thor iba a volver a hablar pero le interrumpí llamando a Heimdall para que abriera el Bifröst. La luz nos envolvió haciendo que la niña riera.

- Veo que tienes valor niña- le digo mientras le toco la nariz, ella cogió mi dedo con bastante fuerza.

- Y fuerza también- la niña rió y soltó mi dedo. Por fin llegamos a Asgard y Heïmdall nos estaba esperando.

- Príncipe Thor, Príncipe Loki... - Heïmdall se quedó mirando a la niña que estaba en mis brazos.

- Suerte- dice sin más.

Una mueca apareció en mi cara antes de montarnos en los caballos y cabalgar hasta palacio. Cuando llegamos los guardias nos anunciaron y entramos a la sala real.

Born to die (Bucky Barnes) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora