Asesino

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Narra Diedre

A la mañana siguiente de descubrir que los elfos buscan a Loki por alguna razón, me despierto antes de que el sol comience a salir. Necesitamos un poco de tiempo para interrogar al pueblo. Sí, leísteis bien, necesitamos. 

Si fuera sola seguro que nadie soltaría palabra. También podría disfrazarme, pero no es mi estilo umillarme yo sola. Por eso llevaré a el soldado Barnes conmigo, ya que es el único que sabe lo de mi padre.

Me visto con rapidez, ya que como dicen, cada segundo cuenta. Cojo uno de los candelabros de la habitación y  salgo con sigilo. Con ayuda de mi magia logro averiguar donde se encuentran los aposentos del soldado. 

Abro la puerta como si de mi habitación se tratara y dejo el candelabro en el suelo para que ilumine el cuarto. Camino hasta la cama y observo como duerme. Sus facciones, nariz pequeña, labios medianamente gruesos y rojizos...

He estado tan centrada en odiarle e intentar hacerle daño que siquiera me he dado cuenta de su atractivo.

Un brusco suspiro por su parte hace que vuelva a fijarme en la situación. Tengo que despertarlo. Mi mano se intenta posar de manera brusca en su mejilla para intentar despertarlo de un golpe, pero se dejan ver sus orbes, ahora grisáceos, quienes me observan con semblante serio antes de que su brazo de metal rodée mi cuello y me tumbe bajo su cuerpo con intento de dejarme sin aire.

-¿Cómo haces para que no pueda tomar el control?- habla con voz afilada.

-¿De qué hablas?- digo intentando quitarle de encima, pero tiene demasiada fuerza.

- Tú evitas que pueda comunicarme con James, bruja. Pero te has distraído- habla con una sonrisa cínica mientras se sienta en mi abdomen y coloca su mano humana para ejercer más presión.

-S-sofno- susurro con el poco aliento que me queda. El soldado deja de ejercer presión para caer desmayado a peso muerto encima mío. 

Le echo al lado libre de la cama y salgo de esta recobrando oxígeno.

-Maldito cabrón. No te preocupes que no volverá a pasar- susurro mientras camino al cuarto de baño por una jarra de agua fría. Cuando la tengo camino hasta llegar a su lado y se la echo encima. 

Barnes se incorpora bruscamente en la cama con los ojos desmesuradamente abiertos.

-¡Joder!- grita al fijar su mirada en mí.

-No grites, no quiero desperatar a nadie- hablo entre susurros mientras le mando callar.

-¡¿Por qué has hecho eso?!- grita ignorando mi petición.

-No te despertabas- hablo mientras me encojo de hombros. En parte es cierto lo que le he dicho, aunque haya omitido la parte en la que el tío que hay en su cabeza casi me extrangula.

-¿Y para qué quieres que me despierte a estas horas?- habla mientras se cruza de brazos sobre su pecho, mientras frunce el ceño.

-Quiero ir por el pueblo para saber qué dicen sobre mi padre. Antes del alba tenemos que volver si no queremos levantar sospechas- hablo tranquilamente mientras le doy sus ropajes para que se pueda vestir.

-¿Y no sabes ir tú sola?- habla para después emitir un gruñido.

-Si voy sola nadie soltará prenda. Saben quien soy.

-Si voy contigo seguiran sabiendo quien eres.

-No si nos disfrazamos- hablo con una sonrisa traviesa.

-No voy a disfrazarme, Diedre- habla negando con la cabeza.

-Nadie sabrá de esto nunca, Soldado. Lo prometo, y una princesa siempre cumple sus promesas- hablo mientras extiendo la mano. Él lo sopesa en su mente, para después de unos minutos suspirar.

Born to die (Bucky Barnes) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora