heavenly;; mike shinoda.

capítulo i.

Las gotas caían una tras otra sobre las calles debido a la lluvia torrencial. El frío y diluvio no era una buena combinación, motivo por el cual, la calle de California a las ocho de la noche estaba desolada.

Y, dentro de alguno de los hogares, los gritos de cierto hombre también eran lo suficientemente audibles como para que los vecinos abran un poco sus ventanas. Estaban entre llamar a la policía o no entrometerse, pero poco después, optaron por la segunda opción.

Entrando a esa casa en específico, la mujer de Mike Shinoda que, había dejado que su marido se desquite en aquella habitación, cuando el sonido de unos vidrios romperse reinó en todo el hogar; cualquier pensamiento se esfumó y se adentró al mismo lugar que él para detenerlo.

Todo era un desastre...

A veces él quisiera saber si su amigo difunto sabe por todo lo que él está pasando, si siente todo el dolor que lleva dentro de sí. Sus manos ya parecen carne cruda, esta vez se está lastimando más de lo normal. Shinoda siente que ya llorar no le sirve de nada, aunque lo está haciendo en estos momentos.

Sin embargo, aunque Anna gritaba porque el hombre la escuchara, él no lo hacía. Aunque ella lo agarrase para que se detuviera, para que deje de lastimarse a sí mismo; la tortura no era sólo física, sino mental.

Por supuesto, ella tuvo que tragarse su corazón destrozado cuando su marido vociferaba que lo dejara en paz y que no lo entendía. ¿Cómo no lo haría? De hecho, ¿por qué no? ¿Acaso olvidaba que ella también fue cercana a Chester?

Había una realidad y, era que, Anna pretendía ser fuerte para Mike.

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En otra parte de California, había una mujer que acababa de acostarse luego de un largo día laboral.

La fémina deslizaba su pulgar en su teléfono celular. Específicamente, andaba en Instagram y la página le sugirió que siga al usuario m_shinoda.

¿Qué tengo que perder?

Pensó ella y apretó el botón de seguir. Empezó a revisar el perfil del hombre y le gustó, en el sentido de que a ella le pareció linda su forma de expresarse y el cómo estaba profundamente agradecido con cada uno de sus fanáticos. También, vio que el hombre tenia historia, le dio click y observó que Mike estaba preparando café.

Ella ríe y se pregunta, ¿por qué muestra cómo hacer café? En las dos historias mostraba lo mismo, la mujer sabía bien que él nunca iba a contestarle pero, de todas maneras, le respondió la historia.

—Hey, a mí también me encanta el café pero, ¿por qué lo pones en tu historia?

En cuanto envía el mensaje, deja el teléfono sobre el la cómoda que tenía a su lado para, finalmente, recostarse y caer rendida ante el sueño.

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En el balcón de su hogar que daba a las calles de la ciudad, se mantenía expectante observando cómo las gotas caían lentamente desde el techo luego de la lluvia.

Sus pensamientos viajan a su comportamiento hace unas cuantas horas atrás y, que en esos momentos, se cree incapaz de controlar sus sentimientos, la culpa. Nuevamente, se cuestiona si su amigo sabrá por el infierno que es su propia mente y cómo su ser se está consumiendo por el mismo cargo de consciencia.

De todos modos, sería realmente egoísta querer eso.

Sus memorias salen a flote y, cada que eso sucede, lo único que hace es soñar y añorar por su amigo. Desear volver al estudio y encontrarse con que él estaba atrapado en el baño, tal y como una vez sucedió y por eso ni él ni sus amigos supieron nada de Chester durante horas.