Capítulo IX

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La noche en el hospital estuvo llena de sentimientos encontrados, hubo bastantes lágrimas, en cuando Dominic entró, Vladimir se puso de pie y salió ignorándolo completamente, lo dejó sólo con Jade.

Ver a su madre sonriendo, con los ojos abiertos, le causó mucha felicidad, sentía que sus esperanzas cobraron más vida de la que ya tenían.

Se hablaron de lo mucho que se habían extrañado, Dominic mintió diciendo que todo iba perfecto en la escuela, le invento que cada vez estaba más cerca de su graduación y que su relación sentimental con Marlen iba de maravilla, hablaron de todo lo que harían en cuanto Jade saliera del hospital, irían juntos a la playa, acamparían en el bosque y solo se preocuparían únicamente de ser felices, todo eso hasta que el sol comenzó a emerger de las tinieblas.

Le dijo que tenía que irse, no porque quisiera sino porque las clases ya iban a comenzar y tenía que pasar a su casa por su mochila y sus cosas, antes de salir beso a Jade en la frente, abrió la puerta y la miró, ambos sonrieron y después cada quién continuó con sus asuntos.

El día se tornó muy estresante, el subastar pinturas y esculturas es una tarea muy complicada, más de lo que aparenta, primero se tiene que llegar a un acuerdo con el pintor, después esperar a que un grupo de personas codicien lo que se va a vender, en caso de que no sea así entonces simplemente se pone a la venta y ya está, pero en las subastas se tiene que organizar un pequeño banquete, el lugar donde se realizará la subasta, un equipo de personas que atiendan a los interesados, son muchas cosas y encargarse de todo eso le genera estrés, Carolina siempre a sido una mujer muy trabajadora, nunca a requerido un asistente o alguien que le ayude con la agenda, todo lo hace sola, principalmente porque puede y es capaz de hacerlo.

Al salir de su oficina ubicada en uno de los 2 museos Nova recuerda a Dominic, son las 3 de la tarde así que ya tiene que estar fuera de la universidad, marca su número y espera a que le conteste.

- Hola, ¿Quién habla? - contesta.
- Hola Dominic, buenas tardes, ¿Estás libre para ir a comer? Quiero hablar contigo.
- Claro, pero solo un rato, más o menos a las 6 tengo que ir al Blue Berry.
- Esta bien, ¿Dónde te veo?
- En el café Colombian Fest.
- Vale, bye.

Colgó, subió a la camioneta y antes de arrancar busco en el GPS el café en el que vería a Dominic, pensó en su padre, a el también le gustaba el café, en especial el Caribeño.

No le tomo mucho llegar al punto de encuentro pero puesto que ella sabía que su acompañante no tenía auto era de esperarse que tardaría un poco, estacionó la camioneta y bajo de ella, cruzo la acera y entro en una librería que estaba enfrente de la cafetería, la recibió uno de los empleados con una sonrisa servicial, revisó los estantes donde se mostraban todos los títulos, los fue analizando poco a poco, había de todos los géneros, desde novelas juveniles hasta los clásicos de la literatura, tras observar un rato los libros optó por escoger un libro llamado "El guardián entre el centeno" un clásico de la literatura.

Lo guardo en su bolso y camino rumbo a la cafetería, al entrar vio a Dominic en una de las mesas más alejadas, se acercó a él, cuando se dio cuenta de su presencia se puso de pie y la abrazo con calidez, ambos se sentaron y un camarero se acercó a ellos, Carolina pidió un café americano y Dominic un Latte.

- ¿Cómo has estado estos días Dominic? - le preguntó sonriendo.
- Mejor que antes, mi madre ha despertado de su coma y...
- ¿En serio? - sonrió de felicidad - me alegro mucho por ti.
- Yo me alegro aún más - sonrió, no podía evitar mostrar su felicidad, eso alegraba a Carolina pues lo veía más sonriente, más feliz, más vivo.
- ¿Sabes? No es hora como para tomar un café.
- Tal vez no pero con este frío de otoño yo creo que lo mejor es tomar algo caliente.
- Eso sí, ¿Cómo van los estudios?
- ¿La verdad?
- Creí que siempre me hablabas con la verdad.
- No me malentiendas - el camarero llegó con sus pedidos - siempre lo he hecho, es solo un decir.
- No te preocupes, era broma.
- No he ido a la universidad, no he tenido mucho tiempo y tengo que trabajar en el BlueBerry, no tengo mucho tiempo ni muchas ganas, además no quiero encontrarme con mi novia.

Un Desencanto EncantadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora