Un Desencanto Encantador

Capítulo VII

Después de su terrible retiro del mundo de la lucha no le quedó más que entrar en el mundo de los negocios, monto un par de talleres automotrices con los cuales obtenía el sustento de la familia, siempre le habían gustado los coches, en especial los deportivos clásicos como los Mustang o Porsche.

Cuando se enteró de la enfermedad que padecía su pareja no le quedó más que tomar todos los ahorros que había juntado mientras era peleador, en menos de un año se habían ido poco más de 60,000 dólares, supuso que valdría la pena el hecho de haber gastado tanto dinero en ello pues Jade estaba bien, se sentía feliz, su cabello comenzó a crecer de nuevo y su sonrisa volvió con más intensidad que antes.

Sin embargo había algo que nadie más esperaba, el cáncer se había escondió bastante bien y había logrado resistir la potencia de las quimioterapias, estuvo oculto por mucho tiempo, como un fantasma, reponiendo fuerzas y esperando el momento más propicio para manifestarse, esta vez lo hizo con mas fuerza que la primera vez, casi logra matar a Jade en su primer asalto.

Nuevamente el miedo de perder a la persona que más amaba estaba consumiendo vivo a Vladimir, era como si el cáncer se personificase en una especie de bestia, un depredador con pieles negras, colmillos largos y amarillos, con un aliento que despedía el hedor de todas las muertes que había causado, eso es lo que sentía Jade cada vez que pensaba en que se estaba enfrentando.

Vladimir metía cada céntimo en los tratamientos y medicinas de su esposa, tomo medidas de austeridad muy severas para asegurarse de siempre tener con que pagar todos los gastos médicos, comenzó por comprar comida más barata, con un sabor más artificial y menos agradable, después a dejar de lado las marcas de ropa cara y a utilizar ropa de paca, parecía que eso no bastaba y un día tomo la decisión de vender uno de los talleres, así lo hizo y por un par de meses obtuvo calma y serenidad, estaba en el ojo de la tormenta y aún no lo sabía.

Después de ese tiempo los problemas económicos volvieron a atacar, continuo una guerra que se había mantenido en pausa por un tiempo, al ver que no se daban abasto con todo y que parecían estar perdiéndolo  poco a poco, Vladimir decidió entrar a las peleas clandestinas.

No fue difícil encontrar algún contacto que lo metiese en ese mundo lejos de la fama y la gloria que le daban las peleas profesionales, en ese mundo tan under se corrió rápido el rumor que “La muerte blanca” había regresado, aquella leyenda herida parecía retomar del olvida para pulirse un nuevo nombre en un mundo más oscuro y oculto.

Su primer batalla fue con un luchador de piel negra, tenía una musculatura muy desarrollada y una mirada de cazador, al momento de verlo pensó en que tal vez sería demasiado para él, llevaba años sin luchar y su herida de guerra era algo que le restaba habilidad.

Al principio de la pelea parecía que Vladimir estaba en desventaja pero algo se despertó en el, era como un instinto de supervivencia, supo sobrellevar los golpes de su rival con bastante tolerancia al dolor que le causaban y justo cuando pensaba que perdería esa batalla de desgaste obtuvo una oportunidad, su rival abrió demasiado su guardia, con su pierna herida lanzó una patada hacia su rostro rompiéndole la nariz y tumbándole un par de dientes, ganó la batalla por K.O., “la muerte blanca” había regresado.

Así paso el tiempo, pelea tras pelea sentía como se estaba cansando más y más, ya no era el joven de 20 años que alguna vez fue, todo eso se le olvidaba cuando veía a Jade en la cama luchando por su vida, sabía que no se detendría por nada y que sobre todo, valdría la pena no hacerlo.

Esta al lado suyo, observándola luchar, sigue hablándole a pesar de no saber si lo escucha o no, tiene la esperanza de que sea así y que sus palabras la alienten a despertar, terminar de envejecer juntos, de quizá posponer la muerte unos cuantos lustros más.