Caótico
A partir de ese primer beso, las cosas fueron empeorando y todo comenzó a desvanecerse.
Una noche me invitaste a una fiesta que organizaba uno de tus amigos y yo acepté demasiado gustosa. Era la primera vez que iba a una fiesta donde el alcohol reinaba y había parejas besándose por doquier.
Al llegar al lugar donde se celebraría, te perdiste de mi vista y no te volví a encontrar hasta unas horas después, estaba decepcionada, frustrada y quería irme a casa, pero tú estabas pasándola tan bien que puse tu felicidad por sobre la mía; supongo que ese fue uno de los tantos errores que cometí contigo.
—Sonríe Lottie—Tu aliento a alcohol chocaba contra mi mejilla y me hacía sentir incómoda.
Jamás te había visto en tal estado, no podías ni sostenerte de pie, pues tu equilibrio tambaleaba. Tuve que ayudarte a subir las escaleras para llegar hasta un cuarto aislado de todo el ruido y te arropé en la cama.
—Acuéstate conmigo—Extendiste un brazo y sonreíste con tanta dulzura que me fue imposible decirte que no, a pesar de que estaba enojada contigo.
Me rescosté sobre tu pecho y me quedé callada para poder sentir tu corazón latir. Iba lento y suave, armónico. Era increíble como cada parte de tu ser me parecía perfecta.
—¿Estás enojada conmigo?
—No.
—Si lo estás.
—Te digo que no.
—Dame un beso—Tu pedido me descolocó, pero aún así me acerqué lentamente a tus labios y los rocé con delicadeza.
Ese simple gesto fue suficiente para hacerme sentir mejor.
—No estoy enojada—Te miré a los ojos y acaricié tu cabello.
—Eres lo más bello que he visto, Lottie—Me diste otro beso chiquito y me acurrucaste contra ti.
Aún me odio por haberme creído todas y cada una de tus palabras, cargadas de mentira y cariño falso.
***