2Doc Stories

Agarrados de la mano

Las lágrimas corrían por mis mejillas. Lo único que en ese momento me reconfortaba era el tibio calor que proporcionaba el sol de Plastic Beach.

Maldita soledad asfixiante, maldita réplica de metal que imitaba a Noodle, maldita voz que me había condenado a esa isla.

—¿2D?—Escuché que me llamaban por detrás. Sabía perfectamente quien era, pero no deseaba verlo, él era quien me había provocado todo.

—¿Qué quieres Murdoc?—Pregunté  sorbiendo mi nariz, no quería que se diera cuenta de lo débil que estaba en ese momento.

El bajista no dijo nada, simplemente se sentó a mi lado mirando como el sol se ocultaba poco a poco.

Antes había pedido compañía de manera inconciente, pero no ese tipo de compañía, lo más seguro es que se encontraba ebrio.

—Escucha, sé que es mi culpa que estés así y que no merezco perdón alguno pero...—Murdoc no me miraba para nada, era extraño. Ahora estaba dudando si en realidad estaba ebrio.— en verdad lo siento 2D. No soy un buen amigo y no sé como controlarme, siempre me digo a mi mismo que mis mierdas no las debo desquitar contra ti y es lo que siempre termino haciendo.—Soltó un suspiro, siempre había sido muy difícil que él se expresara y ahora lo notaba más que nunca, le había costado decir eso. Sin embargo había algo que aún me molestaba, no me miraba.

—Tienes razón. —Murmuré abrazando mis piernas.— Eres un imbécil y no mereces perdón.

Miré de reojo a mi amigo y noté como se giraba a verme sorprendido. Lo había logrado.

—Creí que jamás te atreverías a verme.—Dije esbozando una sonrisa.

De igual manera Murdoc sonrió y negó con la cabeza.

—Nunca dije que era un imbécil, honey. Escucha con atención cuando hablo.

Murdoc estaba siendo igual que antes, era un cambio extraño pero agradable.

Sin darme cuenta de cuando y cómo, la mano de Murdoc se encontraba entrelazada con la mía, no dije nada porque no era nada desagradable. En realidad era todo lo contrario, era muy reconfortante.

Había logrado esfumar mi tristeza. Puede que si haya estado un poco ebrio pero no importaba. Los borrachos siempre dicen la verdad, ¿no?