♠|| One More Time ||♠ Paperhat

✨| Conspiraciones |🎩

•🎩🍃🎩🍃•

-- Ya veo, entonces me dice que en verdad no ha visto nada.

-- ¡Sí, así es!

-- Tranquila, la llevaré a un lugar donde estará a salvo. -sonrió de manera cálida tomando sus manos y cubriéndola con una manta-.

Las personas de aquel lugar caminaban de un lugar a otro, el aroma de los restos inundaba el ambiente. Se trataba de otro incidente que ocurrió hace un par de horas.

-- Parece que jamás abandonarán ese deseo, ¿verdad?

WhiteHat soltó un suspiro.

-- No podemos hacer nada, las personas no cambian sin la intención.

Clemencia ayudaba a los casos heridos para llevarlos a rehabilitación al igual que su jefe y 6.0.6. La tarea de los héroes se complicaba debido a la tensión que se propagaba en esos momentos, debían ayudar a las familias y agentes de policía. Cada hora parecía más tortuosa y desgarradora, el deber de tener que levantar personas de rastros con cenizas y ver los rostros de tristeza y desesperación. Sus corazones debían ser fuertes para ayudar en todo lo que pudieran y más.  

-- Un incendio a estas horas -decía mientras tomaba una taza con agua caliente y preparaba un café- ¿De quién crees que se trate?

La sala del hospital estaba por fin en tranquilidad, los heridos y sus familiares ya se encontraban en sus respectivas habitaciones. Los tres héroes estaban tomando un respiro, sus energías estaban bastantes agotadas.

-- Lo importante ahora es que no hubo tragedias mayores. -dijo mirando a 6.0.6 recostado en un sillón a lado suyo, este se acercó a su jefe y se acomodó en sus piernas. Sonrió y acarició su pelaje.-

-- WhiteHat, sabes que hiciste lo que pudiste, incluso tuviste golpes mucho peores por hacer tu trabajo.

-- Eso no es suficiente.

Un par de tazas de café estaban en frente suyo. El mayor no pudo evitar sentirse terrible, aunque este tipo de conflictos no fueran algo nuevo en esa ciudad sabía que era su responsabilidad el proteger a toda la gente que habita ahí. Sus manos se entrelazaban intentando detener el pequeño temblor que sufrían, su mirada era decaída y seria.

El salvar a alguien es una enorme responsabilidad. Se odiaba a sí mismo por no poderlo hacer en algún momento de su pasado.

-- No debes preocuparte -tomó su mano y sonrió con dulzura, el contrario la miró con sus ojos cristalizados- Eres nuestro héroe, el mejor de todos.

Esas palabras llegaron a su pecho de manera inmediata, era muy importante el poder servir para el bien. Unas lágrimas salieron de esos ojos color dorado y Clemencia las limpió rozando las yemas de sus dedos en sus mejillas.

-- Gracias Clemencia. -respondió con una voz entrecortada-.

Un dolor en el que se supone que debieras estar acostumbrado ya no tendría por qué afectarte. Desgraciadamente, para alguien con un corazón tan grande era inevitable sentir esa agonía en cada accidente. Sin embrago, es la persona más fuerte con la que puedes toparte.

-- Creo que debemos relajarnos un poco, además esta bolita de pelos ya se durmió -dijo señalando al mencionado, era verdad- Será mejor irnos a casa.

-- Vayan ustedes, yo voy a quedarme.

-- Pero ellos ya están bien, estás aún en malas condiciones. -habló con preocupación-.