Entraste en aquella habitación blanca y casi vacía.
El sol se estaba levantando, lo que hacía que una tenue luz se filtrara por las cortinas. Aún así, podías verlo acostado en la cama con una expresión pacífica. Sus heridas ya estaban curadas, por lo que su rostro se encontraba en un buen estado, mucho mejor al de hace unas semanas. Mucho mejor al de esas 5 semanas que había permanecido allí, durmiendo.
5 semanas.
35 semanas.
50400 minutos.Y aún no despertaba, lo que provocaba que te sintieras más inquieta.
Ignoraste el dolor en tu pecho, mientras te sentabas en una silla que se encontraba a su lado.
"¿Sabes? Esta semana ha sido muy aburrida, desde que estás acostado aquí he sido yo la que ha tenido que ir a las reuniones, son realmente aburridas" reíste sin gracia, haciendo una mueca, "me acuerdo cuándo solías contarme de lo extensas e indefinidamente aburridas que eran; ¡juro haber pensado que exagerabas! Oh, Shinya..." negaste, recordando aquellos momentos. Cuándo el estaba despierto, a tu lado.
Acariciaste su blanco cabello, admirando su expresión "Nunca me perdonaré que te encuentres acostado en esta cama, es mi culpa" negaste disgustada, con lágrimas en los ojos.
"Debería haberlo dado todo, pero tuve miedo. Y por eso tú estás así. Debería haber dado mi vida por ti, incluso si eso no era suficiente debería haberlo hecho" tu voz sonó algo ahogada, mientras contenías un sollozo. Acariciaste el dorso de su mano con tu pulgar y lo admiraste por varios minutos, esperando a que despertara. Rogando que lo hiciera.
Miraste tristemente a tu alrededor y suspiraste. "Una vez leí, que uhm, cuándo las personas están en coma son capaces de escuchar lo que la gente dice, ya sabes a lo que me refiero, claro, sí es que me estás escuchando..." dejaste escapar una leve risa nerviosa, "por eso he decidido decirte lo que nunca pude, "qué cobarde" dirás. Lo sé Shinya, lo sé. Pero no es fácil cuándo estás enamorada de tu mejor amigo confesárselo."
Guardaste silencio por unos segundos.
"Eso es, Shinya. No sólo me gustas, me encantas. Me tienes enamorada hasta el último milímetro. Con todos tus defectos y virtudes, no hay ninguna por la que no haya caído ante ti" reíste con un leve rubor en las mejillas "desde esa escalofriante actitud escurridiza que tienes de aparecer de la nada, o ser un stalker hasta el amor que le tienes a las tostadas ó esas bromas pesadas que solías hacer, ¿recuerdas? Cuándo me molestabas todo el día y tu excusa para hacerlo era que te gustaba verme molesta, ¿verdad? Eso mismo habías dicho, y yo me había molestado más. Te había dicho que dejaras de hacerlo, y lo hiciste, ¡dejaste de molestarme!" lloraste, soltando su mano para limpiar tus propias lágrimas "¡Oh, Shinya! No debiste haber dejado de hacerlo. Ahora mismo haría lo que fuera para que me molestaras. Para que despertaras y te burlas de mi pelo, estatura o cara... ¡qué me digas que soy adorable y te rías en mi cara por eso!" te cruzaste de brazos sobre la cama, sollozando.
La habitación estaba en completo silencio, realmente parecía que le hablabas a la nada.
Por un segundo juraste haber escuchado la cama crujir, cómo si el peliblanco quisiera levantarse, lo que hizo que dieras un pequeño salto por el susto y lo vieras con los ojos de tamaño de un plato.
Pero no.
Seguía durmiendo.
Tú labio inferior tembló, mientras volviste a tu posición anterior sollozando más fuerte, "buaaaaaaaaaa".
"Ahya~, ¿no te han dicho que eres algo ruidosa?" temblaste al escuchar su voz, cayendo de tu silla.
Te paraste rápidamente, sin poder creerlo, y ahí lo encontraste: con una pequeña sonrisa y los ojos entreabiertos.
Las lágrimas cayeron de tus ojos mientras lo mirabas con asombro sin saber que hacer.
"Mi linda ___-chan, no llores" tosió un poco, haciendo que te sintieras alarmada. Te acercaste lentamente a él, y le picaste la mejilla. Era real. Definitivamente era real, ¡estaba despierto!
Alzó una ceja ante aquella reacción, haciendo el gesto de que te iba a morder el dedo, haciendo que te asustaras. Río fuertemente, tosiendo de por medio. Esa risa, definitivamente era su risa.
"Así que... ¿de verdad quieres que te vuelva a molestar?" habló en un murmuro, alzando las cejas.
"¡Kya! T-tú... ¡Idiota! ¿Lo escuchaste t-todo?"
"Defintivamente todo."
Shinya se recuperó y tan pronto cómo eso pasó te invitó a una cita.
ahre.