Guren:
Miraste el reloj mordiendo tu labio nerviosa, ¿por qué aún no llegaba? Eran las 3 de la mañana.
Cuándo te había dicho que iba a salir con Shinya, sabías a lo que se refería y no tenías problema con eso. Pero esta vez se había pasado. Mañana tenía trabajo que hacer, y realmente no creías que pudiera hacerlo si no llegaba a esta hora.
Suspiraste, después de todo no era tu problema.
Te levantaste perezosamente de la cama cuando escuchaste la puerta tocar y una escandalosa risa.
El idiota se había emborrachado.
Abriste la puerta, para encontrarte con un pensativo Guren con los ojos llorosos: "¿Por qué no me abre..? ¡Bebé!" Su rostro cambió drasticamente al verte, con una radiante sonrisa.
"Uh... Puerta equivocada, señor." hablaste, para luego cerrar la puerta, pero su pie se encontraba en el marco de la puerta.
Te miraba pensativo, con los ojos entrecerrados. "Err... pero te pareces mucho a mí ____..."
Abriste los ojos sorprendida al escuchar 'mi', realmente el no solía ser así todo el tiempo.
"Oh, no. Soy..." miraste a tu alrededor, buscando algún nombre; lo único que llegaste a ver fue un cuadro de una mujer que había en tu apartamento y un jarrón de flores. "Señora Flores, un gusto..."
"Glen." te tendió su mano, mientras parecía irse para atrás, para luego recobrar su postura, yéndose hacia adelante. "No espera, así no era..."
Soltaste una pequeña risa, Guren borracho era realmente gracioso y tierno. Se lo contarías mañana.
Shinya:
"Bebéééé~" canturreó sentado en el sofá, sin embargo lo ignoraste y seguiste preparando el café. Hacía media hora que había llegado borracho junto a Guren, pero éste último se había ido.
Realmente habías luchado para lograr que se quedara sentado quieto, contándole que si no iba a venir Kureto y se iba a enojar. También habías que tenido que contarle un cuento para que se quedara callado, pero eso era historia aparte.
"oh, no... ¡Se fue! Ahora va a llegar Kureto y..." lloriqueó, mientras se escondía tras el sofá hecho una bolita.
"Shinya, estoy aquí." Saliste de la cocina con una sonrisa algo cansada, mientras te sentabas a su lado. Le entregaste la tasa de café, y le di un sorbo para luego gritar.
"¡Está caliente! ¡Mi lengua!" lloró mientras interiormente te dabas un facepalm.
Te levantaste arreglando tu pijama.
"¿A dónde vas?" se levantó tras de ti asustado.
"A dormir, si quieres puedes dormir en el sillón" el peliblanco asintió. Le entregaste una frazada y luego fuiste a tu habitación.
Te acostaste en tu cama, cubriéndote con las frazadas. Cerraste los ojos intentando dormir, pero instantáneamente tu puerta sonó. "____..."
"Shinya.." Murmuraste en un tono perezoso, mientras lo mirabas algo tambaleante en tu puerta.
"¿Puedo dormir contigo? E-es que tengo miedo de que Kureto-nii venga..." sonreíste con ternura ante sus palabras y asentiste, mientras le hacías un espacio a tu lado.
Rápidamente se acostó bajo las frazadas, y te tomó de la cintura dándote un corto beso. "Buenas... Noches..." murmuró algo soñoliento, cerrando los ojos.
Tenías al novio más tierno de todos.
Kureto:
Kureto ni siquiera había tocado tu puerta para entrar, incluso siendo borracho seguía siendo un mandón engreído.